Revista Diarios del Terruño. Reflexiones sobre Migración y MovilidadNo. 4 / julio-diciembre 20172448-6876Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa
Carlos Alberto González Zepeda
Rodrigo Rafael Gómez Garza
El Comité Editorial de Diarios del Terruño. Reflexiones sobre Migración y Movilidad agradece el apoyo brindado por el Departamento de Estudios Institucionales (DESINUAM) y el Seminario de Investigación de Estudios Institucionales (IDESIN) a través del Dr. César Vargas Téllez y la Dra. Elodie Ségal, para la edición de este cuarto número. Los trabajos aquí presentados son resultado de distintas experiencias de investigación, orientaciones teóricas y estrategias analíticas que ofrecen un punto de vista que pretende sacar a cada uno de nosotros –lectores, investigadores y curiosos de las los movimientos migratorios– de las zonas de comodidad, forzándonos –como apuntamos en números anteriores– a construir un diálogo interdisciplinario que nos permita explorar con otras herramientas teóricas y/o metodológicas las vetas que aún yacen en los estudios migratorios. En los trabajos que conforman este número sobresalen perspectivas distintas que invitan a participar en un diálogo más crítico que estimule la auto-reflexión. En la sección Redes Migratorias, los artículos que se incluyen resaltan los impactos que las redes tienen en los territorios donde se localizan, modifican y consolidan las relaciones sociales entre los diferentes actores. Además de las funciones de apoyo, integración, reivindicación e incluso de control que éstas desempeñan en diversas escalas: local, transnacional y transcontinental. Los trabajos de esta sección resaltan el interés en la transmisión cultural e intergeneracional que las redes migratorias favorecen, subrayando su importante papel en la circulación de información y de otra serie de recursos monetarios, materiales y simbólicos a través de las fronteras. En este tenor, Iliana Vázquez Zúñiga en el artículo Economía visual de la migración: nostalgia, comunidad y video en el sur de Puebla, México, analiza los videos caseros de celebraciones particulares, fiestas patronales y “por encargo” como objetos producidos y consumidos en el circuito migratorio entre el sur de Puebla y Passaic, Nueva Jersey. Para la autora, los videos son una herramienta de nostalgia y pertenencia que refuerza la identidad colectiva y el arraigo al terruño por parte de los migrantes. A partir del estudio de caso en la localidad de Axutla, en el estado de Puebla, la autora explica cómo los videos forman parte de una economía visual de la migración que alienta los sentidos de comunidad y los lazos de afecto de las familias. El trabajo resalta el argumento de que los recursos sensoriales y tecnológicos de los videos como medios de comunicación son detonantes de experiencias y subjetividades que inciden en la formación de estructuras de sentir sobre sentidos de comunidad en contextos migratorios. De esta manera, la autora logra explicar cómo el video y la visualidad han sido una herramienta de comunicación que mantiene vigente una “economía visual de la migración”.
Por su parte Cristina Cruz Carbajal en el artículo Las implicaciones de lo rural y lo urbano en las redes de migración. El caso del circuito Puebla, México-Nueva York, Estados Unidos, analiza los conceptos rural / urbano y las contradicciones que surgen desde las distintas perspectivas de análisis. La autora en su discusión, relaciona lo rural y lo urbano con la manera en que las redes se forman y se desarrollan según el contexto en el que se originaron. Además, explica cómo diversos cambios suscitados actualmente en torno a las migraciones están relacionados con el origen de una red migratoria. Para reforzar el argumento anterior, se señala que la migración de retorno, para el caso del estado de Puebla, también se ve influida por la formación y consolidación de redes de migración, y que los perfiles de los migrantes determinan casos específicos respecto a variaciones como edad, género y uso de las remesas. A lo largo del texto la autora explica algunas diferencias entre las redes urbanas y rurales: por ejemplo, que la rural se mantiene más cerrada y mejor cohesionada entre sus miembros; mientras que la red urbana presenta mayores fracturas. El trabajo concluye que algunas fracturas en las redes se manifiestan en los cambios de los flujos migratorios hacia Estados Unidos. Sobre la misma línea, el artículo La paradoja de los vínculos sociales: migrantes indígenas ante la crisis del mercado inmobiliario en California, Estados Unidos, de Yuribi Ibarra Templos se centra en el análisis de los recursos económicos y sociales utilizados por migrantes mixtecos establecidos en California, Estados Unidos, para hacer frente a la crisis del mercado inmobiliario suscitada en 2006. En este trabajo la autora analiza y discute el papel de las redes sociales en los casos de ejecuciones hipotecarias experimentados por una familia extensa. De esta manera logra explicar cómo las redes sociales que en algún momento brindaron apoyo y soporte a los migrantes y sus familias para establecerse en el lugar de destino, en otro pueden acotar los recursos para hacer frente a una ejecución hipotecaria. Es decir, la fortaleza de la red les permite acceder a créditos hipotecarios, los limita de contactos e información para diversificar los recursos y responder con mejores herramientas a la ejecución de la hipoteca o acceder a servicios financieros con mejores beneficios. El trabajo concluye que los vínculos fuertes han sido una herramienta importante durante todo el proceso migratorio y el posterior establecimiento en los lugares de destino, pero en momentos coyunturales, como una crisis económica, evidencia sus límites. Como se puede apreciar, el hilo conductor de los tres artículos que conforman la sección es la idea de la migración como una red que vincula el lugar de origen con el de destino, ya sea a través de relaciones de parentesco, relaciones económicas, o a través de vínculos identitarios compartidos que refuerzan un sentido de pertenencia y solidaridad. El análisis de redes es un enfoque bastante conocido por los estudiosos de la migración que abarca un enorme abanico de posibilidades investigativas, es una de las tantas herramientas teóricas que permiten apreciar al fenómeno con una gran cantidad de matices y perspectivas sobre todo a un nivel micro, lo cual es un buen complemento para algo que en general las grandes teorías migratorias fallan en apreciar al enfocarse en dinámicas más abarcantes como las crisis económicas, la división internacional del trabajo, o la idea de la dinámica entre centros y periferias. En este número de la revista presentamos tan sólo una muestra de lo que ver a la migración como “redes” permite, esperando que los y las lectores no especializados puedan acabar la lectura de los artículos reflexionando sobre nuevos enfoques y perspectivas que tal vez no se encontraban en su horizonte analítico. En la segunda parte de la revista incluimos tres artículos de algunos integrantes de la Red de Estudiantes de Migraciones Internacionales (REMI), un grupo en el que participan investigadores de instituciones en España, Argentina, Ecuador, Reino Unido y México, que desde diversas áreas de estudio generan y comparten información, construyen vínculos con otros académicos y/o centros de investigación interesados en la temática migratoria y las movilidades. El primero de ellos es el artículo de José David Gutiérrez Sánchez titulado Menores Gitanas rumanas en contextos de vulnerabilidad social en Madrid, España: etapas de desarrollo y prácticas transnacionales, en éste el autor expone una aproximación a las menores gitanas rumanas asentadas en el poblado chabolista de El Gallinero en Madrid, España. Su trabajo explica las dinámicas intrafamiliares donde es necesaria una intervención social que aglutine y coordine tanto a las entidades sociales como a las administraciones local y regional. El autor diserta sobre la movilidad transnacional de las familias la cual afecta directamente al pleno desarrollo de las intervenciones que llevan a cabo las Administraciones Públicas y Entidades Sociales, resaltando el papel de las menores por su doble condición de exclusión, como mujer y como menor de edad. La premisa es que el discurso sitúa al caso de estudio en un escenario que a pesar de manifestarse complejo, muestra una perspectiva de actuación que contempla nuevas formas de análisis y de intervención social ante un contexto catalogado como de riesgo o vulnerabilidad social. El trabajo concluye que es relevante perseguir el origen de determinadas causas que propician la exclusión, para abordar e incluir procesos de intervención, ello contemplaría aquellas situaciones que albergan una gran carga discriminatoria y por supuesto de dominación a los menores en general, lo cual es comprobado en este trabajo por medio de las etapas evolutivas: familiar-escolar y proyección a la vida adulta. Por su parte Ana G. Sanchis analiza la evolución de las migraciones en España durante el período 1998-2015, concentrándose en la población con nacionalidad española establecida en países latinoamericanos. En el artículo Expansión y crisis económica en España a principios del siglo XXI: su reflexión en la migración latinoamericana, utiliza las fuentes de datos procedentes del Instituto Nacional de Estadística (INE) España, y explica sus limitaciones metodológicas y la subestimación de los datos demográficos en materia migratoria. La autora explica la inmigración extranjera recibida en España durante la expansión económica, para posteriormente analizar las emigraciones de retorno a países del continente americano y las emigraciones de los españoles. Este análisis pretende incorporarse a la reciente discusión acerca de los destinos migratorios de la población española, comparando los datos de stock de la población con las tendencias de los flujos de población. Para la autora, una parte importante de las salidas migratorias desde España tiene encubierto los retornos de población extranjera, que consiguió la naturalización española, a sus países de origen en Latinoamérica, América Central o El Caribe. El trabajo concluye que es necesario que se realicen futuras investigaciones centradas en algún país latinoamericano para contrastar los datos mostrados con las fuentes oficiales de inmigración en los países de destino, embajadas, consulados, servicios de frontera, extranjería u otras fuentes oficiales de las que se pudiera conseguir información algo más precisa. La sección cierra con el artículo Migración y (sub) desarrollo: una aproximación teórico-estructuralista, de Jorge Morales Cardiel. La premisa del trabajo es que el libre movimiento internacional de la mano de obra del trabajador migrante debería ser la lógica respuesta al cuadro de retracción del mercado de trabajo en un mundo cada vez más globalizado y desigual. Sin embargo, para el autor, una vez que ha hecho un repaso teórico, no existe ninguna armonización teórica dentro del campo de las migraciones en la práctica, lo que existe en la realidad son restricciones políticas cada vez más marcadas por las naciones desarrolladas. De esta manera el artículo propone discutir y reflexionar sobre la migración indocumentada desde un punto de vista instrumental, pero dentro de la ineludible perspectiva del desarrollo económico. Así, se discute cómo las políticas públicas de la migración de los países de origen se han caracterizado por instrumentar la práctica transnacional del migrante como actores locales del desarrollo, debido a que poseen una inserción importante en sus comunidades de origen como inversionistas. El trabajo concluye que la respuesta gubernamental, para el caso mexicano, no ha alcanzado a responder a las verdaderas necesidades de las comunidades de origen de la migración, en gran medida debido a que estas políticas se adaptaron sin considerar las características específicas de cada lugar de origen, a causa del contexto de generalización en las que fueron creadas. Si bien la sección no posee un hilo conductor temático más allá del tema general de la migración, como sí lo fue en el caso de la primera parte del número, al Comité Editorial de la revista Diarios del Terruño le pareció relevante agrupar los textos de estos investigadores pertenecientes a un mismo grupo de trabajo, REMI, ya que creemos importante resaltar los vínculos con otros grupos de trabajo similares al nuestro que día a día reflexionan sobre una problemática que nos atañe a todos como sociedad. Al hacerlo de esta manera, el Seminario de Estudios Multidisciplinarios sobre Migración Internacional (SEMMI) a través de esta revista que le sirve como medio de difusión, pretende hacer un llamado a otros grupos de trabajo para generar vínculos y sumar esfuerzos en el estudio de este amplio e inacabable campo académico que es el estudio del fenómeno migratorio.
En la sección Notas críticas incluimos el trabajo de Ma. Isolda Perelló Carrascosa titulado Sobrevivir al riesgo en la frontera de Ceuta, en éste la autora explica cómo en las rutas migratorias en Ceuta comenzaron a establecerse campamentos de migrantes en los montes marroquíes, a la espera de poder cruzar a la península. Empujados por las condiciones extremas de vida y el acoso ejercido por las fuerzas auxiliares marroquíes, en el trabajo se describen las vivencias de los primeros saltos colectivos de las vallas y los diversos dispositivos de control empleados en aquella zona fronteriza. Posteriormente, Elizabeth Ortiz Estrada en el texto ¿Una broma del destino o una oportunidad? Relato breve sobre una experiencia migratoria individual, nos relata la serie de experiencias que como mujer migrante indocumentada tuvo que enfrentar en los Estados Unidos después del fallecimiento de su esposo. Violencia doméstica, desempleo, problemas de salud e incertidumbre son algunas de las situaciones que la autora narra a través de su propia experiencia. Finalmente, el número cierra con la Reseña bibliográfica realizada por Patricia Mejía Ruíz al libro Los usos del pragmatismo. Un paseo por las ciencias sociales entre México y Estados Unidos. Siglos XX y XXI, de Philppe Schaffhauser M. Esperamos que quien se atreva a explorar el contenido de esta revista encuentre en sus páginas temas de interés que obliguen a la reflexión y abran nuevas perspectivas de análisis. Como con cada número el Comité Editorial espera generar debate dentro y fuera de la academia para ahondar en el conocimiento de la problemática migratoria, deseando siempre que la investigación no quede sólo en el conocimiento de datos o estadísticas sino que vaya más allá y contribuya, así sea un poco, a la transformación (para mejor) del mundo que nos rodea. Diarios del Terruño agradece a los y las colaboradoras de este número por el interés en compartir los resultados de sus investigaciones, asimismo al Comité Científico Editorial por el trabajo realizado en aras de fortalecer este proyecto editorial. Extendemos el agradecimiento a René Arceo, pintor, grabador, educador y activista de los Derechos Humanos de la comunidad inmigrante en Chicago, Illinois, EE.UU., por permitirnos hacer uso del grabado USA Justice que aparece en la portada de este número; y, por supuesto, al Posgrado en Ciencias Sociales y Humanidades así como a la DCSH de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Cuajimalpa, nuestra Casa Abierta al Tiempo.
Revista Diarios del Terruño. Reflexiones sobre Migración y MovilidadNo. 4 / julio-diciembre 20172448-6876Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa
Economía visual de la migración: nostalgia, comunidad y video en el sur de Puebla, México
Visual economy of migration: nostalgia, community and video in the south of Puebla, México
Iliana Vázquez Zúñiga
Este artículo analiza los videos caseros de celebraciones particulares, fiestas patronales y “por encargo” como objetos producidos y consumidos en un circuito migratorio entre Axutla, Puebla, México y Passaic, Nueva Jersey, Estados Unidos. El argumento central es que los videos son una herramienta de nostalgia y pertenencia que refuerza la identidad colectiva y el arraigo al terruño. A partir de un estudio de caso en la localidad de Axutla, ubicada al sur del estado de Puebla, México, se muestra cómo los videos forman parte de una economía visual de la migración que alienta los sentidos de comunidad y los lazos de afecto familiares. Asimismo, con base en el ejemplo de las filmaciones de eventos particulares, se argumenta que los videos permiten la formación de negocios del entretenimiento. Finalmente, se resaltan los recursos sensoriales y tecnológicos de los videos como medios de comunicación, detonantes de experiencias y subjetividades que inciden en la formación de estructuras de sentir sobre sentidos de comunidad en contextos migratorios.
This paper analyses home-made videos recording private celebrations, 'patronate' and ‘by request’ holidays, as objects produced and consumed within a migratory circuit between Axutla, Puebla, Mexico, and Passaic, New Jersey, United States. The central argument is that videos are a tool of nostalgia and belonging that strengthens collective identity and ties with the hometown. Focusing on a case study in Axutla, Puebla, a town in the south of the Mexican state of Puebla; this paper shows how videos are part of a visual economy of migration that encourages senses of community and affective bonds in families. Likewise, using as example private event films, it is argued that videos are crucial for the formation of businesses dedicated to entertainment. Finally, sensorial and technological resources of videos are highlighted as detonators of experiences and subjectivities influencing the formation of structures of feeling about the meaning of community in migratory contexts.
economía visual de la migración, nostalgia, comunidad, videos caseros, videos por encargo, migración y visualidad, migración Puebla-Nueva Jersey.
visual economy of migration, nostalgia, community, videos, migration and visuality, Puebla-New Jersey migratory circuit.
Maestra en Antropología Social por El Colegio de Michoacán. Actualmente alumna del Programa en Antropología Social en El Colegio de Michoacán. Líneas de investigación: industrias de entretenimiento, movilidad laboral y migración internacional, clases medias rurales y movilidad social.
ilia.vazzu@gmail.com.
La autora agradece la lectura minuciosa y comentarios críticos de Gabriela Zamorano Villareal y Denisse Román Burgos a versiones previas de este artículo. También reconoce los señalamientos y acotaciones valiosas de los dictaminadores anónimos. El producto final es sólo mi responsabilidad.
Este artículo es una reflexión sobre la producción, circulación y consumo de videos caseros en un circuito migratorio que entrelaza el sur de Puebla con Passaic, una ciudad comercial del estado de Nueva Jersey en el área metropolitana de Nueva York. Muestro cómo el video y la visualidad han sido una herramienta de comunicación que mantiene vigente una “economía visual de la migración” (nota 1) que funciona a través de circuitos de movilidad e intercambio de videos caseros que refuerzan la nostalgia, los lazos emocionales entre las familias y los sentidos comunitarios en momentos clave del calendario festivo de las localidades migrantes. Doy cuenta de la producción casera de videos en distintos formatos: videos de acontecimientos del ciclo de vida como bodas, bautizos, cumpleaños, etcétera; videos de eventos religiosos y de entretenimiento (fiestas patronales, bailes de feria, jaripeos, etcétera); videos “documentales” (elaborados con un guión previo basado en la historia de la población); y videos “por encargo” de celebraciones familiares y grabaciones de las obras de infraestructura de la localidad. Es importante mencionar que pese a que el avance tecnológico y la difusión de plataformas digitales (Facebook, Youtube, Instagram, etcétera) así como la comercialización de celulares y equipos de videograbación han facilitado la producción individual, la grabación en tiempo real y la circulación de videos de corta duración, no he considerado esta producción en este artículo pues merece un mayor espacio y recursos analíticos que serán tratados en otra ocasión. Asimismo, di prioridad a los videos que se comercializan (en formatos de cassettes y dvds) e intercambian en los mercados regionales y el circuito migratorio Puebla-Nueva Jersey, ya sea por empresarios locales o “por encargo” entre familiares. Muchos de estos videos fueron producidos previo al “boom digital” del Facebook en la década de los noventa y principios del 2000.
En este artículo retomo dos conceptos fundamentales. Por un lado, la idea de “economías visuales” de Deborah Poole (2000) me permite explicar la visualidad como una forma de producción, circulación y consumo de videos bajo ciertas características de estética y comercio local cimentado en el proceso migratorio que se ha desarrollado en esta región. En ese sentido, muestro la formación de un mercado de lo visual donde surgieron gradualmente nuevos formatos, estilos y contenidos de los videos, así como “pequeños empresarios” de producción de videos caseros. Explico también cómo los videos son utilizados con fines políticos en una estructura de poder local donde la aportación de remesas es de suma importancia en la administración municipal y la reproducción social. En menor medida, discuto cómo los videos dialogan con nociones de cultura popular, al mostrar imágenes del entretenimiento rural y el ocio de las poblaciones migrantes.
En segundo término, analizo los videos como mecanismos de nostalgia que crean sentidos de comunidad (nota 2) y pertenencia con el concepto de “estructuras de sentir” (Williams, 1977). Aunque Raymond Williams (1977) utiliza el término “estructuras de sentimiento” para una propuesta de análisis literario en su trabajo sobre “El campo y la ciudad” (2001 [1973]), sugiero que el término es útil precisamente en relación a la formación de circuitos de intercambio, no sólo de videos como mercancías, sino de formas de subjetividad que definen una o varias generaciones de migrantes. Las estructuras de sentir son formaciones sociales de carácter ideológico que implican ideas, imágenes, símbolos, discursos que articulan un imaginario compartido por una comunidad, en este caso, una comunidad migrante. En este sentido, la nostalgia (nota 3) funciona como un elemento articulador de la experiencia personal y comunitaria en la formación de las estructuras de sentir. Para Hirai (2009) la nostalgia es un sentimiento que tiene que ver con el desplazamiento. “Es la tristeza, el malestar o el dolor causado por la distancia y la separación de la tierra natal y de los seres queridos al viajar a un lugar lejano” (2009: 21). Pero la nostalgia no sólo implica el extrañamiento o añoranza por la separación física sino un sentimiento de pérdida (del lugar de nacimiento, de objetos o personas). La nostalgia es “un romance con una propia fantasía” que sobrevive en tanto exista un distanciamiento (Boym, 2001: xiii-xiv). Para Boym (2001), el sentimiento de nostalgia se nutre de una serie de superposiciones de carácter simbólico que se mantienen en constante comparación en la mente de los sujetos: terruño-distancia, pasado-presente, idealizaciones-cotidianidad. Entonces, la nostalgia es un sentimiento ambivalente que se exacerba por las tecnologías visuales, los medios de comunicación y los canales globales de producción de imágenes. Como se verá en los ejemplos, la nostalgia es un elemento crucial en la formación de estructuras de sentir a través de imágenes porque fortalecen una dimensión utópica que alimenta la continuidad de los sentidos de comunidad y proyectos de vida personales ante la movilidad.
Para lo anterior hago un breve recuento de la emergencia del video y su importancia para el fortalecimiento del sentido de comunidad, así como una forma de registro que permanece y que se comercializa. Inicio con la década de los noventa por ser de la que se tiene más registro en la selección que los informantes hacen de sus historias con las cámaras y videos. Asimismo, en el caso poblano, los noventa fueron la década de la “migración acelerada” (Binford, 2003), un periodo corto de tiempo en que los patrones de migración se dispararon en comparación con décadas anteriores (nota 4). Agrego ejemplos que datan de 2012 a la fecha, periodo en que realicé mi trabajo de campo para mi proyecto doctoral. Por tanto, abordo una generación que actualmente oscila en las edades de 38 a 58 años, misma que vivió su juventud y edad adulta con el desarrollo de los videos por encargo y las filmaciones de las fiestas. Esta generación es la que se identifica con una “estructura de sentir” de nostalgia y arraigo en una etapa de apogeo de la migración acelerada en esta región en los años noventa, donde las tecnologías de registro visual dominantes permitían la movilidad de imágenes a través del videocassette y dvd.
Tomo los ejemplos e información etnográfica de Axutla, un municipio pequeño de 947 habitantes (INEGI, 2010) en el sur de Puebla. Axutla es precisamente uno de los municipios en Puebla con más altos índices migratorios, ya que ha registrado un descenso demográfico de -13.94% entre la década de 1990 y 2000 y de -27.32% entre 2000 y 2010 (nota 5). Una particularidad en Axutla, pese a la movilidad y dinamismo de su población, es la ausencia de servicios de internet y celular. Esto no significa aislamiento ni retraso, sino una relación más tardía con la tecnología digital que implica que las generaciones jóvenes busquen salir de la localidad a ciudades medias cercanas (a 25 km la más próxima) para “conectarse” a través de sus celulares y redes sociales digitales hasta entrados la década del 2000. Es por ello que en los casos que expongo en las viñetas etnográficas destacan los videos elaborados en contextos de fiestas patronales o familiares y editados por los empresarios locales, o solicitados por familiares en distanciamiento. Es decir, no se incluyen los videos de corta duración grabados en celulares y subidos a la red a través de diversas plataformas ya que considero que esto implica otro tipo de relación con las tecnologías visuales y digitales. Asimismo, estos videos son producidos más tardíamente por una generación más joven que creció con una mayor cercanía a dichas tecnologías.
Esta población al sur de Puebla vivió un flujo constante de emigración hacia Estados Unidos desde la segunda mitad del siglo XX. Los axutecos han maniobrado sus vidas entre Passaic, Nueva Jersey, principal destino, y su localidad, conjuntando sus tiempos de trabajo y ocio entre estos dos espacios. En sus constantes viajes los paisanos (nota 6) podían ver a sus familiares, traer encargos y regalos para otros paisanos y llevar objetos representativos del terruño. Entre los objetos que circulan en ese ir y venir se encontraban cámaras de videograbación y videos caseros que registraban eventos comunitarios o familiares.
Parte de la información que desarrollo en el documento surgió en charlas informales y estancias prolongadas en la zona, a la cual tengo un apego personal desde la infancia ya que parte de mi familia vive ahí. Realicé trabajo de campo para mi tesis de maestría en estancias de tres meses en el verano de 2012 y el invierno de 2013. Luego por periodos más prolongados de seis meses a partir de julio de 2014 para mi tesis de doctorado, combinando una estancia en Nueva York-Nueva Jersey de abril a octubre de 2015 y, finalmente una última estancia de noviembre de 2015 a marzo de 2016 en una localidad vecina llamada Tulcingo y cada que viajaba a Tulcingo visitaba Axutla unas semanas para obtener información complementaria de la región. (nota 7) Visitaba a la familia Vivanco, Delgado y Morales ocasionalmente y veía con ellos los videos que ellos elegían en momentos de convivencia. Entrevisté al señor Morales, dueño de un negocio de filmaciones, y algunos de sus familiares. Este artículo forma parte de varios replanteamientos de mi proyecto doctoral y trabajos realizados en El Colegio de Michoacán, a la luz de los recursos metodológicos y analíticos de la antropología visual. Agrego que los nombres de los informantes han sido cambiados para proteger su identidad. Las viñetas son elaboraciones mías con descripciones de mi diario de campo.
Registro, experiencia visual y sentidos de comunidad
El video del baile de feria.
"A fines de octubre de 2015 me encontraba en una temporada de trabajo de campo en Passaic, NJ. Caminaba por la Third Street, una de las calles donde algunos axutecos tienen sus negocios. Era una tarde fría y lluviosa de domingo que incitaba a un café. Entré a “Gallito’s Bakery”, una panadería atendida por Miguel Ángel, su dueño de 37 años, quien se había convertido en un buen amigo. Miguel Ángel no tenía papeles y llevaba viviendo en Passaic 18 años, tenía 11 años sin volver a Axutla.
Cuando entré me di cuenta de que la panadería tenía más gente de lo normal. Los clientes, la mayoría conocidos y parientes de Miguel, hablaban entre ellos y observaba atentos el televisor. En la pantalla se proyectaban imágenes de un baile de Axutla, el baile de feria anual. El video hacía notar el ambiente festivo del evento. Se escuchaba la música de fondo, un grupo “en vivo” que amenizaba la fiesta y mandaba saludos a los axutecos de Estados Unidos frecuentemente. Aparecían parejas bailando en la pista de baile, ataviados como noche de gala, las mujeres de vestido, los hombres de camisa y pantalón de vestir. La cámara avanzaba lentamente enfocando en plano general los cuerpos de los bailadores. Por momentos la cámara se desviaba a las mesas donde enfocaba lentamente los rostros de las personas. Los amigos de Miguel Ángel en la panadería señalaban a las personas que lograban conocer en la pantalla y platicaban entre ellos sobre sus vidas y las últimas noticias de sus paisanos. Entre risas y anécdotas, rememoraban con el video el baile más reciente:
-¿Y qué tal se puso el baile este año? –preguntó Miguel Ángel a sus amigos
-Muy bueno, fue más gente que el año pasado –contestó Juan, que estaba más cerca de la barra donde Miguel Ángel despachaba el pan.
-Dime quiénes son esos que están bailando muy juntitos –señaló el televisor-, ya no conozco a la gente.
-Son novios, la muchacha es una hija de “la paloma” y el muchacho hijo de “el bimbo”, dicen que se van a casar, -contestó Juan con prisa.
Entre esas conversaciones, interrumpí a Miguel Ángel para saludarlo. Miguel Ángel se notaba alegre. Le pregunté cómo había estado. Con un tono nostálgico, acomodando el pan en la barra, me contestó:
-Bien, aquí chismeando
-Ahora tienes visitas, -le seguí la plática.
-Si –dice Miguel Ángel- ya que no puedo ir al pueblo por lo menos pongo los videos, me distrae…"
A principios de los noventa, las cámaras de videograbación eran una novedad para algunas familias en Axutla que, a través de sus redes de parentesco en Passaic, podían adquirirlas. Algunos paisanos financiaron las primeras cámaras que fueron enviadas a sus familiares para que éstos grabaran los acontecimientos más representativos de la historia local. Así, las primeras grabaciones describen reuniones políticas, eventos religiosos, celebraciones familiares en las que los paisanos en Nueva Jersey solicitaban el registro de todo el evento.
Una de las primeras grabaciones que me mostraron en Axutla fue sobre la celebración de la decoración del templo en 1992. (nota 8) El evento se había realizado por un comité religioso con el apoyo económico de los paisanos. El video comienza con un recorrido por la iglesia de afuera hacia su interior, dejando el ruido del ambiente. El camarógrafo camina lentamente en toda la iglesia, haciendo pausas en el decorado de las paredes y los muros del templo, con tomas fijas y acercamientos constantes. Luego, el video registra una comida en el atrio donde aparecen algunas mujeres con playeras similares (nota 9) sirviendo a los comensales. El ambiente es festivo porque la gente luce contenta, disfrutando de la comida y platicando entre ellos. Las tomas son fijas y prolongadas, dejando que el video fluya durante el transcurso de la comida. El video duró aproximadamente dos horas con pocos cortes.
Para el señor Vivanco, en estas primeras grabaciones empieza a surgir la necesidad de registrar los eventos que parecen trascendentes en la historia local. El aparente público para los videos es la generación futura y la posibilidad de que este material pueda ser trabajado y pueda “decir algo” de la forma de vida comunitaria de los noventa. Aunque no se conocía muy bien la tecnología visual, los videos que se grababan, en formato VHS, eran guardados por sus propietarios como material que en el futuro podría ser útil como medio informativo.
En otro sentido, el registro de estos eventos era una forma de mostrar a los paisanos ausentes que sus esfuerzos y donativos económicos habían sido bien canalizados en la conclusión de la obra que se había proyectado. El registro visual era una forma de constatar y comprobar los proyectos y deseos de los paisanos ausentes y, además, incluirlos en la toma de decisiones de las actividades político-religiosas. A través del video del señor Vivanco, los paisanos constataban los colores y características del decorado del templo. Entonces, cada vez más paisanos solicitaban el registro visual de la mayoría de los eventos significativos para la historia local, como una forma de comprobar y reafirmar su participación en la comunidad, pero a la vez como un mecanismo de control y vigilancia de los paisanos sobre las autoridades eclesiales y municipales.
Después, a mediados de los noventa, con el avance de las tecnologías y la comercialización de cámaras de uso doméstico, surgieron videos que documentaban eventos con una tendencia más recreativa. Proliferaron los videos comerciales de las ferias patronales donde se hacía un registro de todos los eventos de la feria: jaripeos, bailes, actividades religiosas, juegos artificiales, etcétera. Un ejemplo de ello es el señor Morales (nota 10), quien empezó con el negocio de las grabaciones de las fiestas patronales en 1991 aproximadamente.
El señor Morales, nativo de Axutla pero llevado por sus padres desde la adolescencia a Chicago, consiguió su cámara de video en formato VHS en esa ciudad. Al quedarse incapacitado por un accidente laboral donde perdió su brazo derecho a los 27 años, y motivado por seguir el ejemplo de otros paisanos mexicanos que viviendo en Chicago grababan las fiestas de sus localidades cuando volvían en temporadas vacacionales, el señor Morales (nota 11) inició un negocio personal de producción de filmaciones de fiestas patronales para el público “migrante”, compuesto por los paisanos que radicaban en Estados Unidos. Los videos del señor Morales fueron parte de un periodo de auge, que se dio también en otras poblaciones, de la comercialización de videos tanto de eventos familiares como de eventos comunitarios. El video consistía en la grabación en tiempo real de todos los eventos de la feria para después editarlos en una compilación que reunía en tres horas lo más representativo de la feria anual. Meses después de la feria, los cassettes eran ofrecidos a paisanos que radicaban en distintas ciudades de Estados Unidos a precios que oscilaban entre 20 y 60 dólares. El señor Morales distribuía los videos en las tiendas y establecimientos comerciales de los mismos paisanos, ofrecía los videos por teléfono a través de redes familiares y de compadrazgo.
Los videos del señor Morales eran muy interesantes pues tenían una forma de representar al pueblo muy particular. Se trataba de un video que contaba con una narrativa basada en la nostalgia por el terruño, en la que el público principal era el ausente–migrante-. El video contenía, además de los acontecimientos de la feria, fotografías de los paisajes más llamativos (el río, la iglesia, el zócalo), entrevistas a personas ancianas del pueblo y el registro sonoro de la orquesta municipal. (nota 12) El espectador entraba primero en una atmósfera campirana, cuando aparecían las primeras imágenes de los paisajes que rodeaban a la localidad con un fondo de música ranchera. Con este hilo narrativo, el señor Morales hacía un recorrido por las calles, los lugares más representativos dejando las fotografías fijas por varios segundos con el fin de que el público contemplara el paisaje. El público se identificaba con la entrada de estos videos porque a través de ellos podía comparar, en un ejercicio mental, el terruño que dejó, que mantienen como fantasía, con el terruño representado en el video. Se constata, en este ejercicio de comparación, el mecanismo de contraposición del que nos habla Boym (2001) para el funcionamiento de la nostalgia como sentimiento generador de sentidos de comunidad y de afecto hacia una situación de pérdida. Los paisanos que veían los videos identificaban algunos cambios tanto del paisaje natural como de la infraestructura de los espacios, rememoraban el pueblo que habían dejado y reforzaban de esta forma, un vínculo emocional con el lugar en el que habían crecido.
Desde otra mirada, persistía en el video una proyección turística y un tanto “exótica” de la población. Las tomas incluían acercamientos y enfoques a paisajes, calles del pueblo y de la gente. Por ejemplo aparecían tomas de los lugares donde las señoras se reúnen por las mañanas como parte de las rutinas y quehaceres domésticos: el molino y la panadería. En esta última se proyectaban fotografías del pan saliendo del horno artesanal, con las señoras a su alrededor esperando su turno. Los videos de las ferias patronales del señor Morales proporcionaban una “experiencia visual” intrínsecamente relacionada a un componente sensorial y estético. Cuando los paisanos veían el pan saliendo del horno en la pantalla, activaban sus recuerdos sobre el olor que éste desprendía, las sensaciones de las mañanas en el pueblo.
Una vez terminado el recorrido por el pueblo, como una introducción al video, aparecía el señor Morales presentando una de las actividades de los eventos religiosos: la antorcha. (nota 13) El señor Morales empezaba a explicar al público que estaban en espera de los corredores para que éstos iniciaran los otros acontecimientos. Su narración parecía un reportaje televisivo pues describía qué se estaba haciendo en ese momento y la razón del video en general. Constantemente el señor Morales mandaba saludos a los paisanos de Estados Unidos y mencionaba que el video era para ellos con la intención de que disfrutaran de la feria a la distancia.
En sus primeros videos el señor Morales hacía constantes entrevistas a personajes “destacados”, principalmente gente mayor. El señor Morales visitaba a los ancianos en sus casas y les pedía que contaran anécdotas de sus experiencias personales e historias del pueblo. Así, detonaba una preocupación por el registro visual de una “cultura inmaterial” que podría perderse debido a la edad de los ancianos y la forma en que se realizaban las fiestas patronales. En cierta forma, el señor Morales hacía documental.
Su producto final era una edición que iba de las imágenes “turísticas” del pueblo, pasando por las actividades de la feria y una idea de cultura e identidad enraizada en la historia y el folklor local representada en las entrevistas a los ancianos y visitantes migrantes. De esta forma, el video fungía como un documento visual con información trascendente para la memoria colectiva de los que integran la comunidad. Asimismo, el video reforzaba los lazos simbólicos que los paisanos en Passaic tenían con el terruño porque fungía como herramienta emotiva que despertaba recuerdos y experiencias en la memoria de los paisanos. La constante mención de los ausentes en los videos reforzaba la “presencia”, aunque no física, de ellos en las actividades del pueblo. Surge así un reforzamiento del sentido de comunidad y pertenencia facilitada a través de la circulación de las imágenes. Smith (2006) en su artículo sobre la formación de una comunidad política transnacional, argumenta, basándose en Anderson (1983), que los videos refuerzan el sentido de comunidad de los migrantes, y ayudan a nutrir una forma de simultaneidad y pertenencia puesto que quien ve el video se sitúa en su población, en un contexto de feria, como si estuviera con sus amigos y familiares en Axutla. Los paisanos se reunían los fines de semana a ver a sus familiares y amigos en el video.(nota 14) La idea era no sólo ver a los familiares sino el disfrute que les proporcionaba la experiencia colectiva: “chismear” de los paisanos, indagar en los cambios del pueblo y las noticias recientes.
Hirai (2009) propone la noción de turismo de nostalgia para explicar la forma en que los migrantes visitan sus comunidades y se vuelven consumidores de productos de nostalgia basados en imaginarios sobre el terruño según la generación. Su estudio propone que las visitas de los migrantes los vuelve turistas que buscan distraerse de sus actividades cotidianas y laborales en Estados Unidos. Hirai explica que el terruño se hace presente a través de objetos materiales que refuerzan la nostalgia. Pinturas, grabaciones de los sonidos cotidianos, libros y canciones dedicadas e inspiradas en él, venta de productos locales, fotografías y videos, entre otros, no hacen sino alimentar la memoria sensorial que se tiene sobre el terruño. Igualmente, los visitantes hacen del consumo de la nostalgia un fenómeno colectivo.
Videos en circulación: economía visual y entretenimientoEl puesto de videos.
"Era un domingo de febrero de 2015, hacía yo un recorrido por el tianguis de Tulcingo, localidad vecina de Axutla. Era el día de plaza en el que la gente de la región acude a abastecerse del recaudo básico. Caminaba entre la gente y los puestos de comida, ropa, calzado y artículos perecederos cuando en una esquina noté una gran pantalla con el audio e imágenes de jaripeos. En el video resaltaba la habilidad del jinete que trataba de dominar al toro en medio de un rodeo lleno de un público atento. Me quedé mirando el video unos segundos y luego entré al puesto. Era un local pequeño de cientos de películas con portadas sencillas pero muy coloridas de varios eventos: fiestas patronales de los pueblos vecinos, videos de compilación de bailes y jaripeos, torneos deportivos, entre otros.
“Producciones Bernal” decía un letrero en la entrada del puesto. A mi memoria llegó un video de compilación de jaripeos que vi con unos amigos en Axutla cuya portada decía por título: “¡20 jinetes al cielo! Muertes y accidentes de jaripeo”. Los filmadores, Producciones Bernal, visitaban las ferias patronales para grabar los jaripeos y editarlos en una compilación de dos o tres horas de montas. Las imágenes del video en mi memoria eran muy similares a las que estaban pasando en ese momento en la pantalla del local. Me quedé por otros minutos contemplando las montas".El señor Morales promovió en sus videos un sentimiento de nostalgia y añoranza del terruño pero al mismo tiempo lo volvió su forma de trabajo. Desde ese primer video en 1991, el señor Morales graba cada año las ferias para luego editarlas y comercializarlas entre el público paisano. No obstante, el énfasis en el registro histórico y “cultura inmaterial” a través de las entrevistas con los ancianos ha ido desapareciendo poco a poco. En cambio, debido a que la demanda del público ha señalado una preferencia por los eventos recreativos, el señor Morales dedica mayor tiempo de grabación al baile y los jaripeos. En este sentido, las actividades que se registraban se fueron especializando y fragmentando según la demanda. De tener uno o dos cassettes de VHS de dos o tres horas de compilación de la fiesta patronal narrada por el realizador, el público podía adquirir en un solo DVD, tres horas del baile de feria, dos o tres horas de jaripeos o sólo la actividad religiosa. A principios de dos mil, con el auge del formato DVD, el mercado de video dejó atrás la idea de “documental” para enfocarse en otros recursos visuales que sugerían que la prioridad era generar ganancias.
Con el auge de la piratería y la emergencia de más personas que se dedicaban a la filmación, el mercado del video expandió sus horizontes de ventas, no sólo a la población migrante en Estados Unidos, sino a la misma población de origen y a espacios regionales comunes. Se vendían videos de compilación del baile, de los jaripeos, las actividades religiosas, los eventos familiares como bodas, XV años o bautizos. Éstos últimos no sólo se vendían a las familias protagonistas de la fiesta sino que eran ofrecidos a los paisanos que buscaban ver las fiestas del pueblo en general, incluyendo las festividades particulares. (nota 15) Las plazas dominicales proporcionaban un espacio dedicado a la venta de todo tipo de videos caseros de las ferias de las localidades de la región. Algunos de mis informantes me comentaron que compraban los videos editados en los mercados y los enviaban a sus familiares por paqueterías hasta Passaic, NJ.
En cuanto a las grabaciones, desapareció el narrador que aparecía en la primera toma y constantemente a lo largo del video para explicarles a los paisanos las fiestas y resaltar a través de saludos, el papel de los ausentes. Los encuadres eran más bien de planos largos y fijos que describían al público los acontecimientos tratando de que no fueran “intervenidos” por la presencia de narradores o de otros elementos de edición. Por ejemplo, en el caso de los bailes, el señor Morales montaba en un lugar la cámara para que captara en un encuadre general todo lo que se pudiera, y luego atravesaba la pista para grabar los rostros y las parejas bailando. Con el tiempo algunos elementos tecnológicos fueron mejorando la calidad de las grabaciones, sobre todo en cuanto a iluminación y audio. Según el señor Morales, el público que le compraba los videos demandaba fijar atención en las celebraciones lúdicas más que en las religiosas.
Así, se consolidó un circuito en que los videos circulaban y se consumían tanto en Estados Unidos como en México. Esta movilidad donde los videos reflejaban una forma de identidad y subjetividad de las comunidades migrantes a través de la nostalgia y añoranza, pero también como mercancías comercializables pueden entenderse desde el concepto de economía visual de Deborah Poole. Una economía visual nos permite “pensar en las imágenes visuales como parte de una comprensión integral de las personas, las ideas y los objetos” (Poole, 2000: 16). Los videos proyectan discursos y narrativas nostálgicas cuyos usos deben analizarse desde su producción y consumo como imágenes cimentadas en estructuras de poder y de clase que organiza esta interacción entre Puebla y Nueva Jersey. Por tanto, se consolidó en la comunidad axuteca, dispersa en varios lugares de México y en Estados Unidos, un circuito entendido no sólo como la movilidad de objetos y bienes simbólicos sino como un mercado en que fluyen mercancías y en que se proyectan discursos de poder y vigilancia, a través de las imágenes. El señor Morales fue por algunos años el único “empresario” de videos que acaparó el mercado en ambos lados de la frontera y proyectó una imagen de Axutla desde las fiestas patronales y eventos recreativos.
El señor Morales adquirió popularidad a través de sus filmaciones al mantener siempre un diálogo con el público paisano. De esta forma fungió como mediador entre la localidad de origen y las familias que vivían en otros lugares. Al entregar los videos, el señor Morales contaba y actualizaba a su público de los acontecimientos del pueblo, de cómo había estado la última feria y de las noticias más destacadas de sus familiares. Utilizando estos recursos como “capital social”, el señor Morales participó como candidato a la presidencia municipal en las elecciones recientes (2014-2018), obteniendo el triunfo. Todo parece indicar que su trabajo en los videos lo hizo darse a conocer por los paisanos y locales y le permitió un reconocimiento de la comunidad como un líder o mediador importante.
La idea de economía visual da cuenta de estos procesos políticos que subyacen a la circulación de las imágenes. Ayuda a entender los contextos de producción y consumo de los videos en el caso que explico y refuerza una forma de entender las imágenes como objetos en movimiento ante los flujos globales y avances de las tecnologías de comunicación, como mercancías que encierran un valor de uso y cambio en una sociedad fetichista (Debord, 1995 [1967]; Stallybrass, 1998). Los videos que el señor Morales vendía, cuando ya su negocio empezó a dar frutos, eran una compilación de horas de baile, jaripeos y eventos particulares en formato de DVD donde se podía ver a los que acudían a las fiestas en sus borracheras, en los momentos de diversión en el jaripeo o baile, paseando por los juegos mecánicos o comprando souvenirs.
Pronto el negocio de producción de videos adquirió una mayor demanda y surgieron otros grupos de filmadores que competían en el mercado regional. Ayudados por la piratería, los filmadores de eventos fueron acaparando las plazas locales con sus DVDs. Por ejemplo, para el caso de la industria del jaripeo, los videos eran una recopilación editada de montas, mejores caídas, accidentes e incluso muertes de los jinetes. Todos editados y reunidos de distintos lugares y ferias. La economía visual de los videos que empezó en las fiestas patronales se expandió de forma regional en relación al fortalecimiento de la economía informal y la piratería. Así como proliferó un mercado hacia un público migrante, también surgieron otros públicos que consumían una mayor diversidad de imágenes donde se expresaba también una idea de cultura popular con base en los estereotipos de lo ranchero y campirano, el ocio y entretenimiento rural. En estas narrativas de las “estructuras de sentir” estaban todas esas formas de subjetividad que los videos ayudaban a formar a través de una estética que conjunta la nostalgia por el terruño y la exotización de lo común.
Videos por encargo y archivos visuales
El video de las muchachas.
"En diciembre de 2015 visitaba a la familia Delgado en Axutla. Eran vacaciones, y se aproximaba la feria del pueblo. La familia Delgado pasaba por una situación particular. Jaime, de 23 años, uno de los hijos que se había ido a Passaic, Nueva Jersey con residencia años atrás, enfrentaba un juicio por riñas callejeras ante un jurado estadounidense que amenazaba por deportarlo luego de cumplir una sentencia de varios años de prisión. En el transcurso del juicio, Jaime había estado en la cárcel hacía unos cuatro meses y, por obvias razones, no podía asistir a la feria del pueblo en ese año.
Al saludar a doña Ana, la madre de Jaime, la note ansiosa. Sacaba de sus cosas una handy cam. Al verme me saludó y rápidamente me dijo: “qué bueno que te veo, tú me puedes ayudar, yo no le sé a esto (señalando la cámara). Jaime quiere que le grabes los bailes, quiere ver a las muchachas que vienen este año, me da pena pero pobrecito, él allá encerrado…”."
Con la difusión de las handy cam, las cámaras de uso casero y los celulares, a la circulación de los videos de fiestas patronales se les sumó las grabaciones particulares que por cuenta propia hacían los visitantes que llegaban a las fiestas de Axutla. Durante su estancia en la población, los migrantes grababan y tomaban fotografías de sus experiencias para luego compartirlas con sus familiares en Estados Unidos. En otros casos, algunos paisanos encargaban los videos a familiares o amigos para que éstos registraran los eventos de su preferencia. Así, se hacía video por encargo. Las grabaciones se realizan con tomas que destacan los gustos y preferencias de los parientes ausentes, énfasis en ciertos momentos y actividades. Para los videos por encargo se suelen seleccionar eventos como cumpleaños, bodas, bautizos o actividades familiares.
En Axutla por ejemplo, existe la figura del padrino de video para las bodas o eventos particulares, que es la persona (a veces ausente) que contrata los servicios de filmación o paga a un familiar para que éste grabe todo el evento. Cuando el padrino se encuentra ausente es común que solicite la grabación de los preparativos de la boda. Por ejemplo, el video de una boda en Axutla hacia el 2011 (nota 16) iniciaba con una imagen de la familia reunida, dirigiendo un discurso de agradecimiento y atención al padrino e indicando su importancia como parte del evento, aunque físicamente se encuentre ausente. El video destaca escenas de la boda “tras bambalinas”, es decir, aquellas actividades como el quehacer doméstico, la organización de la comida y el arreglo de la novia y el novio. Se nota en ocasiones un diálogo entre los familiares presentes en el evento y los ausentes a través de saludos. Por otro lado, las imágenes registradas se vuelven, de alguna forma, exóticas al ser captadas por las cámaras y ser apreciadas después por un público ansioso de revivir, a través de la memoria que evoca el video, la convivencia cotidiana con sus familiares (cuando estaba en la localidad de origen).
Los videos por encargo, además de captar el transcurso de los eventos, registran los cambios en la propia familia y en el espacio físico de sus hogares. A través de las imágenes los ausentes pueden apreciar la asistencia de sus amigos a las celebraciones, los nuevos integrantes de las familias, las nuevas parejas, etcétera. Asimismo pueden constatar la canalización de sus remesas, si éstas fueron destinadas para el mejoramiento de la infraestructura de su hogar. En este sentido, las imágenes son una forma de ponerse al día sobre los acontecimientos de sus familias, como sugiere Carrillo (2008: 58) los videos y fotografías tienen la función de la “actualización periódica del parentesco”.
Otros ejemplos de videos por encargo son aquellos familiares que graban en agradecimiento y reconocimiento de la población migrante, pues se tiene una idea de que los ausentes han contribuido al sostenimiento de las familias y la localidad a través de sus remesas. Así lo muestra Cerano con los purépechas de Michoacán (2009) cuando explica ciertos casos en que predomina un sentido de compromiso y reciprocidad en la práctica de las grabaciones. Los familiares se sienten comprometidos con sus paisanos cuando éstos les ayudan económicamente y, por ello, les mandan videos de las fiestas como una forma de retribuir y reconocer su trabajo. Cerano (2009) argumenta que en muchos casos, los hermanos menores que radican en la población son los encargados de grabar para sus hermanos mayores en Estados Unidos los eventos que éstos consideren de mayor relevancia.
En el caso de Axutla, muchos de estos videos por encargo son para constatar los cambios en el pueblo a través del registro de las obras de infraestructura que realiza el ayuntamiento municipal (pavimentación de calles, obras de drenaje y alcantarillado, mejoramiento de escuelas, etcétera). En este sentido, los videos se vuelven un documento visual que se utiliza con fines políticos. Debido al peso que algunos grupos de migrantes tienen en las localidades de origen por la injerencia de las remesas en la economía local y la política municipal, los videos se vuelven testimonios importantes que alientan la comunicación entre los ausentes y los grupos que controlan el ayuntamiento. Los videos, en este caso, se vuelven un instrumento de registro y de comunicación pero también un “testimonio de veracidad, algo que no puede falsear la realidad” (Carrillo, 2008:59). El video es también un mecanismo de vigilancia y control de algunos grupos que apoyan económicamente las obras de infraestructura de las localidades de origen.
Para algunas familias, los videos caseros por encargo son una forma de regresar a ciertos acontecimientos de la vida familiar que refuerza los lazos emocionales a la distancia. Es notable que la acumulación de videos y las fotografías sea, de alguna forma, un archivo personal y familiar, un álbum en que cada uno da cuenta de sus vivencias y celebraciones. Al acudir al archivo visual, se tiene a la mano una biografía que constantemente se nutre de nuevos materiales, se constatan cambios y actualizaciones del propio ciclo de vida personal y familiar.
Reflexiones finalesEn este trabajo vimos cómo la visualidad es un mecanismo que está en relación a la formación de identidades y subjetividades colectivas. En el contexto de la migración, la movilidad y flujo constante de información y objetos promueven la consolidación de circuitos de economías visuales donde los videos son mercancías cuyo valor de uso y cambio están en estrecha relación dialéctica. Este circuito no se puede entender de manera autónoma a las formas en que se producen los videos, los procesos de distribución así como los usos y contextos políticos en que son creados.
El video es un recurso articulador en la formación de “estructuras de sentir” donde las narrativas de nostalgia y añoranza hacia la población de origen nutren el sentido de comunidad que cohesiona una generación. La idea de pertenencia y sentido de comunidad se refuerza no sólo por el distanciamiento geográfico sino por el mantenimiento de una fantasía que persiste por una comparación constante entre las representaciones que circulan sobre lo vivido y el terruño real. Este conjunto de representaciones se vuelven cruciales al hacerse una experiencia colectiva que articula la identidad y el sentido comunitario en los contextos migratorios.
El texto también discutió ciertas formas de representación de la cultura popular de la población. Las fiestas patronales, jaripeos, bailes, bodas y eventos familiares forman una estética “exótica” de la cotidianidad representada y capturada por los videos caseros y por las grabaciones que se venden en los mercados regionales. La visualidad de las poblaciones migrantes tiene una diversidad de formas que van desde el registro documental hasta formas en que el chisme alimenta el morbo y entretenimiento de los migrantes.
Por otro lado, vale la pena destacar en qué medida este tipo de videos producidos en contextos de movilidad han reforzado estereotipos sobre el distanciamiento y la figura del “migrante” como un sujeto moralmente arraigado y comprometido con su terruño. En este sentido, este artículo ha señalado videos producidos en la localidad de origen, pero invita a pensar en la “economía visual” de los lugares de destino ¿Qué tipo de representaciones e imágenes seleccionarían los axutecos en Passaic para ser grabadas para sus familiares en Axutla? ¿Cuáles son los contextos de consumo de los videos en los lugares de destino? El ejemplo de Miguel trabajando en su panadería nos podría ayudar. La nostalgia de Miguel no era sólo por no haber asistido al baile, sino porque las jornadas de trabajo y cansancio en su rutina diaria dificultaban ampliar sus distracciones. Los videos que Miguel y sus amigos ponían en la panadería era su momento de distracción en los pequeños lapsos de descanso en sus intensas jornadas laborales. En otro sentido, probablemente el éxito de los videos de las fiestas no es sólo por el vínculo con su comunidad sino porque representa el desborde y distracción al que aspiran luego de sus rutinas de trabajo cotidiano. Queda para futuros trabajos un mayor análisis de las historias particulares de los sujetos en una economía visual de la migración.
-Anderson, Benedict, (1983), Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo, México: Fondo de Cultura Económica, págs. 315.
-Binford, Leigh, (2003), “Migración acelerada entre Puebla y los Estados Unidos”, en Elio Masferrer Kan, Elizabeth Díaz Brenis y Jaime Mondragón Melo (coords.) Etnografía del estado de Puebla, Puebla: Secretaría de Cultura del Estado, págs. 58-65.
-Boym, Svetlana, (2001), The future of nostalgia. New York: Basic Books, págs. 404.
-Carrillo Espinosa, Ma. Cristina, (2008), “La fotografía y el video como documentos etnográficos en el caso de la migración ecuatoriana”, en Elisenda Ardèvol, Adolfo Estalella y Daniel Domínguez (Coords.) La mediación tecnológica en la práctica etnográfica. XI Congreso de Antropología de la FAAEE, San Sebastian Donostia: Ankulegi Antropologia Elkartea, págs. 49-64.
-Cerano, Dante, (2009), Purépechas vistos a través del video. Comunicación y nostalgia en ambos lados de la frontera. Trabajo de Maestría en Ciencias Humanas con especialidad en Estudio de las Tradiciones. Zamora: El Colegio de Michoacán A. C.
-Debord, Guy, (1995 [1967]), La sociedad del espectáculo. Santiago: Ediciones Naufragio, págs. 133.
-Hirai, Shinji, (2009), Economía política de la nostalgia: un estudio sobre la transformación del paisaje urbano en la migración transnacional entre México y Estados Unidos. México: UAM-Casa Juan Pablos, págs. 405.
-Levitt, Peggy y Nina Glick Schiller, (2004), “Perspectivas internacionales sobre migración: conceptualizar la simultaneidad” en Migración y Desarrollo, Segundo Semestre, págs. 60-91.
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-Rivera Sánchez, Liliana, (2007), “La formación y dinámica del circuito migratorio Mixteca-Nueva York-Mixteca: los trayectos internos e internacionales”, en Revista Norteamérica, Año 2, número 1, enero-junio, págs. 171-203.
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-Rivera Sánchez, Liliana, (2012), Vínculos y prácticas de interconexión en un circuito migratorio entre México y Nueva York, Buenos Aires: CLACSO, págs. 118.
-Smith, Robert C., (1998), “Los ausentes siempre presentes: comunidad transnacional, tecnología y la política de la membresía en el contexto de la migración México-Estados Unidos” en Sergio Zendejas y Pieter de Vries (eds.) Las disputas por el México rural, Vol. I Actores y campos sociales, Zamora: El Colegio de Michoacán, págs. 201-241.
-Smith, Robert C., (2006), “Los ausentes siempre presentes: la imaginación y la creación de una comunidad política en el ámbito local”, en México en Nueva York. Vidas transnacionales de los migrantes mexicanos entre Puebla y Nueva York. México: Universidad Autónoma de Zacatecas, Editorial Miguel Ángel Porrúa, págs. 77-103.
-Stallybrass, Peter, (1998), “Marx’s Coat”, en: Border Fetishisms. Material objects in unstable spaces. NY: Routledge. págs. 183-207.
-Williams, Raymond, (2001 [1973]), El campo y la ciudad, Buenos Aires: Editorial Paidós.
-Williams, Raymond, (1988 [1977]), “Estructuras de sentir” en Marxismo y literatura. Barcelona: Ediciones Península, págs. 150-158.
1. Tomo prestado el término de economía visual del trabajo de Deborah Poole, “Visión, raza y modernidad: una economía visual del mundo andino de imágenes” (2000) y lo entrelazo con mi propio trabajo de migración internacional en la zona.
2. Me baso en el concepto de “comunidad imaginada” de Benedict Anderson (1983). Los videos se vuelven un detonante de pertenencia, identidad colectiva, nostalgia y apego al terruño y fortalecen la imaginación de una comunidad a pesar de la dispersión de sus integrantes en varios puntos geográficos. Asimismo, los videos también incitan un sentido de simultaneidad (Levitt y Glick Schiller, 2004) alentado por las tecnologías, que permite “estar presente” de manera simbólica en las festividades y celebraciones a pesar de la ausencia física.
3. Del griego nostos-regreso a casa, algos-sufrimiento o anhelo (véase Hirai, 2009).
4. No obstante, en el sur de Puebla ya había registro de movilidad laboral desde la década de los cuarenta hacia varios estados vecinos y la ciudad de Nueva York. Ver los trabajos de Liliana Rivera (2007, 2011, 2012) y Robert Smith (1998, 2006) en la zona.
5. Elaboración personal con base en Censos INEGI (1990, 2000, 2010).
6. Término más común para “los migrantes” en Axutla. Existen otras denominaciones como norteño o gabacho pero éstas suelen ser peyorativas. La connotación de paisano, en cambio, reconoce tanto los vínculos de los migrantes con sus comunidades sin importar el tiempo de ausencia que tengan en ellas como las conexiones de “otros migrantes”, aquellos de migración interna o que viven en zonas cercanas a la localidad.
7. La tesis doctoral, todavía en proceso, es sobre Tulcingo. Axutla y Tulcingo son localidades vecinas en el sur de Puebla.
8. Video propiedad del señor Vivanco, comerciante de 56 años, Axutla (diario de campo, marzo, 2013).
9. Se trataba del grupo de catequesis juvenil de aquellos años (plática informal con señor Vivanco, Axutla, marzo, 2013).
10. Dueño de un negocio de filmaciones. Aproximadamente 55 años (diario de campo, Axutla, marzo, 2013).
11. El señor Morales llegó a Chicago en 1978 a los 16 años, ingresando al país con residencia obtenida por el trámite de sus padres, quienes ya tenían 4 años allá (entrevista, marzo, 2013).
12. Película de la Feria patronal Axutla 1995 de la Familia Delgado.
13. Es una carrera de relevos para transportar el fuego que se celebra de manera frecuente en algunos cultos religiosos. En Axutla se realiza en la víspera de la fiesta patronal de la Virgen del Sagrado Corazón cada 8 de enero. La antorcha es organizada por el mayordomo y puede realizarse desde el pueblo más cercano o desde la ciudad de Puebla con dirección a Axutla.
14. Aunque en este trabajo destaco que los contextos en los que se ven los videos son mayoritariamente una experiencia colectiva, Miguel Ángel me contó que muchos de sus amigos y paisanos en Nueva Jersey ven los videos en soledad, en momentos de melancolía y remembranza de sus familiares y el terruño (notas de campo, Passaic, NJ, octubre 2015).
15. Al vender las grabaciones particulares de fiestas a personas ajenas a la familia hubo en más de una ocasión reclamos que centraban su molestia en la privacidad de tales eventos y en los derechos de autor que sostenían tener al ser los dueños de las grabaciones. Esto puede llevarnos a otras interesantes discusiones que no se abordarán aquí sobre la autoría de los videos, la relación entre lo público-privado y la forma de representación de “los subalternos” en los videos caseros.
16. Video de la boda de José y Estrella, familia Delgado (diario de campo Axutla, diciembre, 2011). 27 de abril de 2017.14 de junio de 2017.
Revista Diarios del Terruño. Reflexiones sobre Migración y Movilidad
No. 4 / julio-diciembre 2017
2448-6876
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa
Las implicaciones de lo rural y lo urbano en las redes de migración. El caso del circuito Puebla, México-Nueva York, Estados Unidos.
Implications of the rural and the urban in migration networks. The case of the Puebla, Mexico-New York, United States migratory circuit.
Cristina Cruz Carvajal
Doctora en Sociología por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Maestra y licenciada en Historia por la misma universidad. Actualmente es profesora en la Licenciatura en Relaciones Internacionales y Licenciatura en Historia de la BUAP. Líneas de investigación: Estudios Migratorios e Historia de México siglo XX.
En los últimos años, la migración ha presenciado enormes cambios; entre ellos se encuentra el lugar de origen de los migrantes, el cual puede ser rural o urbano. El presente artículo muestra que, para el caso específico del circuito migratorio entre Puebla, México, y Nueva York, Estados Unidos, ello es un elemento fundamental para formar redes migratorias, que a su vez permitirán o reducirán la migración. Así, primero se analiza el significado de lo ‘rural’ y ‘urbano’, posteriormente cómo este origen repercute en la migración, para finalmente mostrar cómo ello afecta al migrante en Estados Unidos; especialmente en lo referente a su perfil, y a la formación, destrucción y creación de nuevas de redes migratorias.
In recent years, migration has witnessed tremendous changes; among them is the place of origin of migrants, which can be rural or urban. For the specific case of the migratory circuit between Puebla, Mexico, and New York, United States, this article shows that this is a key element to form migratory networks, which at the same time will allow or reduce migration. Therefore, first it analyses the meaning of the ‘rural’ and ‘urban’, then how this origin impacts migration, and finally how this affects the migrant in the United States; especially his profile, and the formation, destruction, and creation of new migratory networks.
rural, urbano, redes, migración, perfiles migratorios.
rural, urban, networks, migration, migratory profiles.
criscruz558@hotmail.com
“[…] mira, la verdad es muy diferente un migrante que viene de una ciudad a otro que viene de un pueblito. Los de las ciudades como que ya venimos un poco más preparados, como que más abiertos, y a lo mejor, hasta un poco menos miedosos. A lo mejor, eso se debe a que en la ciudad se necesita estar más abusado, o ya sabes, te agarran de bajada […]” (nota 1)
En el presente artículo analizaremos los conceptos rural y urbano, las contradicciones que surgen desde las distintas perspectivas de análisis y los nuevos planteamientos que se generan a partir de esto. Posteriormente, relacionaremos lo rural y lo urbano con la manera en que las redes se forman y se desarrollan según el contexto en el que se originaron. También haremos un acercamiento analítico al desenvolvimiento de las redes y de las personas en dos lugares contrastantes: Puebla y Nueva York.
Además de lo referido, se mostrará que muchos de los cambios actuales que se han suscitado en torno a la migración están relacionados precisamente con el origen de una red. Asimismo, como se presentará al final, se observará que la migración de retorno para el caso del estado de Puebla también se ve influida por las redes de migración, y que los perfiles de los migrantes determinan casos específicos en torno a variaciones como edad, género, uso de remesas, entre otros elementos.
Lo rural y lo urbano: entre los límites de discusión en las Ciencias Sociales
De acuerdo con Louis Wirth (1989), hay diferentes formas de considerar lo rural y lo urbano, por lo que las distinciones se vuelven objeto de agudas disquisiciones. La mayoría de la información censal clasifica a una comunidad como rural o urbana en función de su cantidad de habitantes; así, una población que cuente con menos de 2500 habitantes será considerada rural, y si sobrepasa esta cifra será catalogada como urbana (Villalvazo Peña, Corona y García, 2002).
Las zonas rurales y las zonas urbanas también están asociadas a las formas de producción. Las primeras se especializan en la actividad primaria, especialmente en la agricultura y la ganadería. Por lo tanto, la población económicamente activa está ligada a las actividades que realizan en la zona que habitan (aunque la migración muchas veces de carácter temporal o definitivo ofrece un panorama distinto a este concepto de arraigo residencial). Tal vez por esto, muchos autores como Wirth (1989) plantean que las comunidades rurales están compuestas de manera preponderante por niños, ancianos y mujeres, a consecuencia de la migración masculina, al tiempo que los índices de natalidad, morbilidad y mortalidad también se incrementan al hacer un comparativo de los índices que se registran en las zonas urbanas. Pero la tendencia contraria también se observa —sobre todo en América Latina— debido a que muchas comunidades rurales expulsan más mujeres a los mercados de trabajo y a la migración internacional.
Pépin Lehalleur (1996), no sólo enfatiza las actividades económicas, demográficas y geográficas para definir lo rural. La autora se refiere al tipo de relación que se juega dentro de ese contexto e inclusive externamente a él, es decir, en el trato entre citadinos y campesinos, y la manera como los citadinos se comportan en los pueblos y los campesinos en la ciudad. La autora recalca los múltiples aspectos de la ruralidad, como los sonidos, olores, forma de vestir y de hablar, y los estilos al saludarse. Para la autora “la gente hace el lugar”.
En nuestro trabajo de campo efectuado en las distintas comunidades que comprenden este estudio y que pertenecen al Valle de Atlixco, de Puebla, México, dichas contradicciones fueron evidentes. La mayoría de las familias investigadas, al haber migrado anteriormente, aún se dedican a la agricultura, aunque a menor escala, en pequeños terrenos o parcelas familiares (que a veces suelen ser los patios de sus casas, sean éstas elaboradas por ellos mismos, o compradas a través del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT). A pesar de ello, los miembros de la familia se siguen desempeñando en actividades comerciales, son propietarios de tiendas, negocios y expendios, se dedican a la venta informal de productos por catálogo, o a otros giros, por lo cual algunos investigadores denominan a estas economías como campesinas pluriactivas (Arias, 2009).
Todas las familias entrevistadas desde 2007 al presente año, afirmaron poseer terrenos o ser arrendadoras; asimismo, explicaron que tienen una fuente de ingresos propios, aunque muchas veces estos son insuficientes. En ese contexto, de acuerdo con la dinámica de los grupos campesinos, cada miembro habitante de una casa, desempeña obligaciones ligadas al autoabastecimiento familiar o a la obtención de recursos ya sea dentro o fuera de la parcela, incluida la migración tanto interna, sobre todo a la ciudad de Puebla, como externa hacia Estados Unidos. En consecuencia, la mayoría de sus miembros no se dedican a actividades profesionales, y si se dedican a ellas, las realizan en sus comunidades, tal es el caso de maestros, contadores y abogados. Se observa que sus actividades económicas y de subsistencia están ligadas al comercio. Así, entre los cambios de lo que se considera rural, se encuentra la sobrevivencia a partir de ingresos múltiples y cambiantes, lo que propicia el surgimiento de nuevas actividades y de nuevos actores sociales.
Asimismo, el rubro de división de servicios y calidad de vida coloca la demografía, la estructura y los servicios con los que cuenta una comunidad como un factor muy importante de contrastación. Por lo tanto, lo rural y lo urbano están relacionados con el tamaño del territorio, el paisaje y la antigüedad en que comenzaron los asentamientos. La perspectiva histórica es fundamental para entender los procesos de diferenciación. Raymond Williams (2001) plantea: “aquí la naturaleza, allá la vida mundana” cuando hace referencia a lo rural y a lo urbano.
En este tenor, Wirth (1989: 11) define lo urbano basándose en las relaciones sociales. De igual forma, este autor sostiene que lo rural y lo urbano están estrechamente relacionados, ya que “la vida rural llevará el sello del urbanismo, en la medida en que el contacto y la comunicación caiga bajo la influencia de las ciudades”. Asimismo, sostiene que los rasgos distintivos de la forma de vida urbana son la sustitución de los contactos primarios por los secundarios, el debilitamiento de los rasgos de parentesco y la disminución de la importancia social de la familia, la desaparición del vecindario y el socavamiento de la base tradicional de solidaridad social.
Este es un aspecto en el ámbito urbano que analizamos y que fue constantemente puesto en evidencia en Puebla y Nueva York. El tipo de relación desarrollada en ambas instancias es uno de los elementos que van a determinar las formas de operación de las redes en el origen y en el destino. Así, mientras que en el ámbito rural las relaciones se tornan más cohesionadas, en el ámbito urbano se observaron más utilitarias, a pesar de las excepciones que existen.
Los perfiles de los migrantes también variaron, según su lugar de residencia. Durante el trabajo empírico, donde en zonas urbanas se estudiaron mediante una muestra representativa en colonias masivamente habitadas como Bosques de San Sebastián, Amalucan, Manuel Rivera Anaya, La Joya, Villa Frontera, San Salvador, Historiadores, entre otras. Se observó que los fenómenos urbanos también fueron constatados: casi 80% de los miembros de las familias citadinas entrevistadas cuentan con un mayor nivel educativo, refiriéndonos a preparatoria concluida en adelante, comparado con el de los habitantes de las zonas rurales; es por eso que muchas de las actividades de sus miembros son profesionales. Cuando no es así, el comercio informal y el desempleo se hacen presentes (Cruz Carvajal, 2012).
La dicotomía en la conceptualización de rural y urbano ha sido objeto de discusión en varios sentidos. Para Wirth (1989), las diferencias entre lo rural y lo urbano también se basan en factores de atracción, que están ligados al mejoramiento de la calidad de vida los ámbitos cultural, de salud, industrial, educativo, de servicios públicos e incluso religiosos. Como se observa, las diferencias entre los medios rural y urbano se esclarecen a través de los datos censales, pero también a través de los datos cualitativos, como los que proveen las relaciones sociales. Como conclusión, tal como sostiene el mismo autor, es difícil caracterizar lo rural y lo urbano, ya que existen diversos factores que se contraponen entre sí, al tiempo que surgen otros problemas. Lo anterior provoca que cada vez sea más difícil referirnos a lo rural y a lo urbano como ámbitos encerrados en ciertas tipologías, pero también como si fueran dos instancias separadas y socialmente distintas.
Cabe mencionar que las migraciones internas e internacionales han provocado cambios en los dos ámbitos. Por un lado, en el campo se introducen nuevos conocimientos, que van desde el uso de tecnologías de la información (nota 2), hasta de aplicación en la agricultura y ganadería, así como transformaciones sociales y culturales con la introducción de modas y estilos musicales, hasta distintas y nuevas percepciones, no sólo en el entorno en el que se habita, sino en ámbitos generales. En lo urbano, la migración también modifica distintos aspectos referentes a lo laboral, y sobre distintos tipos de infraestructura, educación, etcétera.
Los enfoques en el periodo clásico de la discusión que en América Latina fue particularmente intenso hasta la década de 1960, cuando lo rural y urbano, definidos como categorías dicotómicas no eran totalmente acordes con la realidad. De hecho, a partir de esa década, fue notorio cómo esas dos instancias empezaron a “contaminarse”, por lo que se constató que no todo el campo era rural, así como tampoco toda ciudad era urbana.
La sociología creó una especialización sobre lo rural y lo urbano, pero por los nuevos enfoques y situaciones, se comenzó a discutir sobre una nueva ruralidad, y posteriormente, de una nueva urbanidad. El concepto nueva ruralidad fue propiciada por los cambios económicos, laborales y sociales que emanan de las comunidades rurales, cuyos efectos cambian el entorno y la perspectiva social local. Estos cambios se ven también en las ciudades, por lo que para ello se aplica el concepto de nueva urbanidad, ligado sobre todo, a la emergencia de nuevos fenómenos y actores sociales, cambios que han cobrado nuevas dimensiones y que se relacionan directamente con la población de origen urbano, que por supuesto, guardan relaciones con la migración, ya sea indígena hacia las ciudades, así como la migración de origen urbano hacia Estados Unidos (Cruz Carvajal, 2012). Así, la migración, sobre todo la de carácter externo, va a modificar las dinámicas económicas, pero también provocará cambios en muchos ámbitos de la vida social, como las relaciones que surgen entre las redes.
Del campo a la ciudad, y a los Estados Unidos: las redes y su conexión espacial
En términos de la caracterización espacial de las redes migratorias, que es tema importante en nuestro estudio, el origen y conformación de éstas adquiere una significación especial. Para tal efecto, iniciaremos por analizar la formación de las redes rurales. La historicidad de estas redes de migración de origen rural, comparativamente hablando es más larga que las de origen urbano, sobre todo en los estados tradicionales del país.
Muchos casos documentan que las redes rurales tuvieron sus inicios con el periodo Bracero, principalmente las que se derivan de las zonas tradicionales de migración. No obstante, en fuentes documentales y a través del trabajo de campo se observa que muchos migrantes pioneros partieron solos a Estados Unidos. A su retorno, comenzaron a formar lazos con familiares, compadres, amigos y vecinos para emprender una migración en grupo. Se recoge que los pioneros ayudaron a otros a través de préstamos o a encontrar un empleo en Estados Unidos (Binford, 2008).
Las redes de origen rural, como ya se mencionó, fueron creadas porque el retorno de uno de estos precursores incitó a otros a ir al Norte, lo que se ha denominado comúnmente en la sociología del desarrollo como el “efecto de demostración” (Cruz Carvajal, 2012). Los que no habían migrado comprendieron que las ganancias eran mucho más altas que las que obtenían en sus pueblos, y las oportunidades de alcanzar un mejor nivel de vida eran posibles a través de la migración. También se marca la posibilidad de crecimiento de estas redes, debido a que el cruce en la frontera era más sencillo antes de las políticas de endurecimiento y las restricciones limítrofes para cruzar a Estados Unidos.
Por otro lado, también se documenta que estos migrantes procedían de la misma comunidad, y en los Estados Unidos, frecuentemente llegaron a vivir en la misma residencia en ese país, por lo que este fenómeno produjo cada vez más frecuentemente, ya que se observa hacinamiento habitacional de personas procedentes de un mismo contexto geográfico. De lo anterior se deduce que las redes migratorias rurales se mantienen más constantes a causa de que sus miembros mantienen una fuerte cohesión entre ellos. Esta cohesión se debe al tipo de relaciones sociales que se llevan a cabo en una comunidad rural, como ya se observó anteriormente. Arias (2009), menciona que el espacio en donde se desarrollan las actividades ocupa especial importancia porque el espacio rural suele ser más pequeño que una ciudad. Como consecuencia, es común que los familiares y vecinos se conozcan y se relacionen, al mismo tiempo que puedan organizarse.
De este tipo de relaciones depende que las redes migratorias que se originan en estos ámbitos sean más extensas o sólidas. Es común escuchar que algún poblador se fue a Estados Unidos en compañía de familiares, vecinos, compadres o amigos. De los testimonios brindados por personas de origen rural se desprende que para ellos, la convivencia cercana con sus vecinos en el Norte también era relativamente fácil, al grado de que ha sido posible encontrar incluso parejas, las cuales tienen hijos nacidos en Estados Unidos, cuyos padres son del mismo pueblo. De acuerdo con la investigación de campo, se observa que los poblanos, en su gran mayoría, han migrado a Estados Unidos a través de las redes. Varios entrevistados que ahora habitan en la ciudad de Puebla refieren haber pertenecido o contar con padres y parientes originarios de las zonas rurales del estado de Puebla, sobre todo del Valle de Atlixco.(nota 3)
Las investigaciones sobre el tema mostraron que los migrantes de las décadas de 1940 a 1970 provenían de familias rurales que se desplazaban a las ciudades cuando eran jóvenes, de ahí que los vínculos de parentesco que formaban se expandían y asentaban (Arias y Woo, 2007). Principalmente se trata de familias provenientes del campo en cuyos territorios existían normas y fuertes compromisos sociales que la vida en las áreas urbanas, en lugar de debilitar, fortalecía, en especial cuando las personas trataban de instalarse de manera definitiva en las urbes.
A partir de aquí es cuando se genera cierto dinamismo y movilidad en las redes que muchos de los poblanos utilizan actualmente. Los relatos recabados, presentados más adelante, se refieren a distintas circunstancias en las que una red fue formada. La mayoría de los testimonios arrojan migraciones internas de las zonas rurales a la ciudad de Puebla, en un ciclo diario y cotidiano, en que el deseo de mejorar la calidad de vida de la familia motivó a un asentamiento en la zona urbana de la ciudad de Puebla.
Castles, abunda al respecto al mencionar que los bajos salarios y la falta de verdaderos empleos hacen que la vida sea más dura para los nuevos habitantes de las ciudades, en clara referencia a los migrantes internos procedentes de zonas rurales. Sostiene que al empobrecimiento, se añaden otras circunstancias problemáticas de orden social, entre ellas la corrupción y la violencia: “El fracaso en la incorporación de los migrantes de las zonas rurales hacia las urbanas en las sociedades y mercados de fuerza de trabajo de las ciudades acaba por dejar a la migración transfronteriza como la forma obvia de escape” (Castles, 2007: 279).
Esta argumentación es totalmente coherente con la observación empírica de los entrevistados urbanos. Ellos refieren que migraron a Estados Unidos con la ayuda de algún familiar, ya que muchos migrantes internacionales son a la vez migrantes internos. No obstante, en esa trayectoria rural-urbana-internacional no hay necesariamente un camino lineal y sin quiebres. Entre el asentamiento urbano de alguno de esos migrantes procedentes del campo y su migración externa se entrecruzan varios factores (patrones de asentamiento en la ciudad y procesos de integración a ésta).
Si nos atenemos a los testimonios obtenidos, constatamos que el tipo de relaciones sociales sostenidas en el ámbito urbano con los miembros originarios de las redes en las comunidades rurales cambian, pues muchas veces las relaciones, aunque buenas, no eran muy estrechas, ya que antes de la migración sólo se veían o hablaban esporádicamente en fiestas o en otros contextos, como los funerales. El testimonio de Guillermo —joven estudiante de posgrado en Economía, nacido en la ciudad de Puebla— quien migró a los Estados Unidos con ayuda de sus familiares migrantes, originarios de Atlixco, es revelador al respecto:
"[…] pues yo con mis tíos y con mis primos casi no me llevaba, sólo nos veíamos para Navidad o Año Nuevo, y eso a veces, ya que la lejanía de sus casas o nuestros compromisos no nos permitían vernos tan seguido. En cambio, en Estados Unidos, hasta viví con ellos un tiempo, aunque no están a gusto..." (Guillermo, entrevista, Puebla, 2012).
Al momento en que se toma la decisión de migrar se intensifican estas relaciones sociales, que asegurarán la consecución del proyecto. Esos potenciales migrantes necesitan de la experiencia migratoria de sus parientes residentes en las comunidades rurales, y la buscan a través de varios mecanismos. Muchas veces la madre se convierte en la principal interventora en estos asuntos. El caso de Juan Carlos —nacido en Puebla, y quien ya había tenido contacto con sus parientes residentes en Santo Domingo Atoyatempan, Atlixco— es ejemplo de lo anterior. La señora Martha, madre de Juan Carlos, refiere en la entrevista que tuvimos con ella en su casa de la colonia Villa Frontera, lo siguiente:
"[…] una misma ve que la situación de los hijos ya no es como antes era cuando nosotros [refiriéndose a su esposo y a ella] estábamos chamacos, ya uno podía trabajar en donde sea, pero ahora ya la cosa no es así. Enton’s [sic.] yo vi cómo mi hijo tenía como que el ansia de trabajar, pero le buscaba por aquí y por allá y nada, y a veces sí tenía trabajo, pero por cualquier cosita lo corrían, o si no, le pagaban una baba de perico al pobre. Enton’s, yo por eso le pregunté a mi Juan que si se atrevería a irse pa’l norte, y me dijo que no sabía. Pero yo lo fui animando, y entre eso le hablaba a mis hermanos, sus tíos de él, para que lo ayudaran a mi hijo, así fue como ellos le prestaron un dinero, le ayudaron a cruzar y ahorita así como ves, hasta viven todos juntos allá en Nueva York" (Martha, entrevista, Puebla, 2012).
Con esos recursos de solidaridad familiar, Juan Carlos obtuvo éxito para cruzar la frontera e instalarse en los Estados Unidos, inicialmente en la casa de sus parientes. No obstante, posteriormente, empezó a tener problemas con los familiares en la casa donde vivía. Esta situación no fue particular en el caso de Juan Carlos; al contrario, se trata de un patrón recurrente en los migrantes procedentes del medio urbano que migraron con la agencia de personas del medio rural. Al estar ya asentados en Estados Unidos, específicamente en Nueva York, se observan ciertas fracturas o rompimientos entre los miembros de una red rural con familiares de origen urbano. Los originarios de la ciudad, al no haber contado con tanta familiaridad con tíos, tías y primos, suelen sentirse extraños ante la convivencia con muchas personas en un lugar estrecho.
Lo mismo confirma los migrantes urbanos que no viajaron con sus familiares, sino con vecinos o conocidos de las zonas rurales. Ellos dicen que la convivencia en una casa con tantos desconocidos es difícil, al tiempo que comentan que no se sienten tranquilos ni seguros al vivir entre personas con una inadecuada organización de la vida cotidiana o con problemas de alcoholismo. Por ello es que refieren que es preferible vivir solo que con tantas personas en un mismo lugar.
Por otro lado, la formación de redes urbanas que vinculan a los habitantes de las ciudades directamente a Estados Unidos no ha sido tan estudiada. Autores como Rivera Sánchez y Lozano Ascencio (2005), así como Hernández de León (2008), afirman que estas redes ya surgieron, pero su localización suele ser más difícil de precisar. El trabajo de campo coincide con estos planteamientos, ya que se ha observado mucha dispersión en los circuitos migratorios generados en la propia ciudad de Puebla. El volumen de la población migrante en términos del total de la población hace difícil identificar a una primera vista redes migratorias más allá del contexto inmediato del migrante.
Las redes de origen urbano están conformadas básicamente a través de relaciones personales con los miembros de la familia, principalmente con los más jóvenes, entre los que se encuentran hermanos y primos carnales. Su debilidad radica en su propia extensión, ya que también suele incluir a familiares de entornos rurales, donde los vínculos entre los participantes de la red no parecen tan estrechos y se presentan a menudo ciertos rompimientos, no son como las relaciones desarrolladas en el medio rural. Además, la calidad previa de las relaciones, utilitarias la mayoría de las veces, va a provocar que una red urbana cuente con una menor historicidad. Por otro lado, este tipo de red incluye también la integración de amigos cercanos a este círculo.
Ya en los Estados Unidos, muchos de los migrantes de origen urbano afirman que fueron solos a vivir en pueblos alejados, en donde nadie más va, con el discurso de que, como ahí nadie trabaja —refiriéndose a los mexicanos—, las posibilidades de ganar más dinero son más amplias, gracias a la movilidad interna en Estados Unidos. No obstante, esta dispersión está relacionada “…con la atracción de nuevos mercados laborales para los migrantes” (Woo, 2009: 153).
También se puede verificar que abundan las actitudes prejuiciosas y hasta de segregación (espacial o afectiva) entre los propios migrantes poblanos en función de su origen, sea urbano o rural, aunque éste no es el único factor para hacer dicha distinción. En los testimonios de los migrantes procedentes de la ciudad de Puebla nunca faltan las referencias negativas hacia las personas procedentes de origen rural. Los migrantes de origen urbano describen a los de origen rural “como unas personas conformistas, ya que con cualquier trabajo se sienten a gusto, contentos de vivir junto con otras personas y de gastarse sus ganancias en alcohol, en vez de tomar un curso de inglés que los haga defenderse mejor ante patrones abusivos” (Humberto, entrevista, Puebla, 2015).
Patricio —migrante poblano de origen urbano, con estudios de preparatoria concluida—, entrevistado en su expendio de pan en la colonia Villa Frontera, de la ciudad de Puebla, al preguntarle al respecto, comentó que:
"[…] a mí me caía muy mal ver a mis compañeros del restaurant cómo los sobajaban los clientes o el patrón, a lo mejor hasta les decían puras groserías, y como ellos ni entendían, no hacían más que reír. Y fíjate que los patrones abusan más de los de pueblo, porque ellos como no fueron mucho a la escuela, no agarraron mucho la onda al inglés. Yo tampoco le agarré la onda en la escuela, pero me molestaba que a mí también me quisieran hacer así. Por eso es que yo todas las tardes, al salir cansadísimo de trabajar, viajaba más de una hora de mi trabajo hacia la biblioteca pública de Brooklyn. Ahí en las bibliotecas dan cursos gratis de inglés a quien los quiera tomar. Nomás hay que tener ganas y ya […]" (Patricio, entrevista, Puebla, 2011).
Este es un aspecto retomado de otros autores, como el caso de Adler Hellman (2008), que en sus entrevistas aborda el uso del inglés, así como lo referente al origen y destino del migrante. Asimismo, esta segregación, y algunas veces, el rompimiento con la red con la que originalmente se migró, la mayoría de las veces va a provocar el surgimiento de otra red.
Los perfiles y trayectorias migratorias, diferencias y semejanzas entre la población estudiada
Las observaciones anteriores indican que existen diferencias importantes tanto en el perfil de los migrantes que se sirven de redes rurales y urbanas, en su misma trayectoria, así como en el propio ciclo migratorio, sea de asentamiento en los Estados Unidos, o en su retorno a México. En este apartado del artículo se analizarán dos aspectos de esos tipos de migrantes: su perfil y su proyecto migratorio como base de sus diferencias.
Autores clásicos como Durand y Massey (2003) y recientemente, Alarcón, Escala y Odgers (2012) se refieren al perfil tradicional de los migrantes, y a los cambios que estos han tenido a lo largo del tiempo. Del cambio en los perfiles se desprenden nuevos lugares de origen de la migración de mexicanos a Estados Unidos, como el sureste, y nuevos estados, sobre todo del centro y sur que se suman a este ejemplo.
Al respecto, se ha observado que la educación ha servido como pretexto para que con la idea de “estudiar en una High School” (nota 4) migren con menos trabas los jóvenes a los que les anteceden hermanos mayores, respecto a que si fueran a Estados Unidos sólo con el pretexto de trabajar. Otro grupo de jóvenes de origen rural migran porque son padres precoces y el empleo en el pueblo del cual proceden es escaso. Como sostiene Caicedo Riascos en su estudio sobre integración económica y desigualdad entre las tres generaciones de mexicanos en Estados Unidos, sobre la educación de los migrantes:
"[…] es necesario reconocer que el nivel de escolaridad de la población de origen mexicano mejora abismalmente cuando se pasa de las primeras a las segundas, o terceras generaciones […] los inmigrantes mexicanos, además de ingresar al país con muy bajos niveles de escolaridad, cuentan con un contexto de recepción negativo por parte del gobierno y de la sociedad en general" (Caicedo Riascos, 2001: 282).
Cabe precisar que los hombres jóvenes y las mujeres que migran a Estados Unidos, debido a los costos de la educación, así como al tiempo de trabajo que desempeñaban en aquel país, no cuentan con el acceso ni tampoco con el interés por aumentar sus niveles de escolaridad. El trabajo de campo, realizado desde 2007 a la actualidad, en comunidades rurales y urbanas de la ciudad de Puebla, así como en la zona metropolitana de Nueva York, así lo comprueba
No obstante, esta falta de interés no sólo ocurre en el lugar de destino de los migrantes, sino en sus propias comunidades de origen. Esto se constata en nuestra investigación empírica, así como en los resultados de otros autores, por ejemplo Adler Hellman (2008: 26), al sostener una entrevista con un migrante zacatecano, encontró lo siguiente: “Por la falta de buenos trabajos aquí en México, la gente de mi edad siente que los estudios son un boleto hacia la nada”.
Es evidente que los migrantes de origen rural suelen ver la migración como parte de sus ciclos de vida y, consecuentemente, algunas veces la escuela pasa a segundo plano. De ahí que, al migrar, muchos de ellos cuentan con estudios de secundaria o hasta de preparatoria, la mayoría de las veces, trunca.
Igualmente se observó cómo los jóvenes de origen rural (madres y padres incluidos, agregando a hermanos pequeños) se muestran un tanto orgullosos por tener hijos que se atrevieron a ir a Estados Unidos. Se reitera que muchos de ellos expresan que los estudios escolares no eran una salida viable para encontrar un mejor futuro. Además, las actividades a las que se dedican los migrantes y sus redes los obligan a emplearse en actividades similares a las de sus familiares y conocidos, como obreros de fábrica, empleados de algún tipo de negocio, etcétera.
En el caso de los informantes, la migración por parte de las mujeres se piensa desde otra perspectiva. Algunos estudios revelan, como el caso de los testimonios recogidos por Marroni (2009) y Arias (2009), que la migración rural femenina muchas veces no es aceptada, a pesar de que uno de los factores que impulsa la migración de mujeres es el reencuentro con el cónyuge. Así, las contradicciones sobre la migración en los ámbitos rurales son diversas y complejas desde sus raíces. Sin embargo, la migración ha traído beneficios tanto a las mujeres que migran como a las que no lo hacen, como en lo referente a la escolaridad y empoderamiento.
Continuando sobre esta reflexión acerca de las diferencias entre los migrantes, podemos aducir que mientras los de origen rural migran como parte de un ciclo de vida, los de origen urbano migran cuando en la ciudad no encuentran el trabajo que consideran deberían tener. Esta idea se debe al nivel educativo que poseen los migrantes de origen urbano, ya que se observó que el nivel de estudios de los migrantes urbanos es más elevado que el de los migrantes de origen rural. La mayoría de nuestros entrevistados cuentan con estudios de preparatoria concluida, licenciatura e incluso posgrado. Con estos elementos, los migrantes de origen urbano suelen tener mejores posibilidades de empleo en Estados Unidos.
Esto también ocasiona que los cambios en el perfil migratorio sean distintos que los que experimentan los migrantes de origen rural, ya que los migrantes urbanos migran a edades que oscilan entre los 25 y 40 años, muchos de ellos son mujeres —solteras o no— con niveles educativos superiores, pero cuyas formas de paso, circularidad, trabajo, e incluso en lo referente al retorno, presenta sustanciales cambios.
Como se muestra, existen sustanciales diferencias en cuanto al perfil de los migrantes entrevistados, principalmente en lo referente a la edad, las percepciones sobre la migración femenina y en lo general, la circularidad, el retorno y los usos que ejercen sobre las redes. Se reitera que muchos de estos aspectos van a derivar en la forma en que los migrantes se desenvuelven a partir de su capital social.
Recientemente se han observado cambios respecto al retorno de migrantes poblanos procedentes de Estados Unidos. Las políticas de Donald Trump respecto a migración han provocado temor entre la población migrante, lo que ha ocasionado un retorno voluntario para el caso de Puebla. En este contexto, observamos que los migrantes originarios de zonas rurales no han regresado masivamente, porque sus redes en el destino, en Nueva York y Nueva Jersey para este caso, son muy fuertes. En cambio, los migrantes de origen urbano, sí han presenciado este retorno, que históricamente, ha sido más constante.
Como se denotó previamente, en los ámbitos rurales es donde ha predominado el mayor número de migrantes, sobre todo de hombres, jóvenes, con iniciativa de migrar y con miras a un retorno como parte de su curso de vida. Las propias familias rurales ven en la migración una de las salidas comunes al mundo laboral de los jóvenes varones, que no tienen expectativas en el campo ni en el ámbito profesional. Para estas familias, y en suma, para las comunidades, la migración constituye un factor de éxito digno de ser mostrado y reconocido entre los mismos miembros de la comunidad, a través de distintos actos, como los cambios en la vestimenta, en los artículos de la casa y hasta en las formas de expresión. En cambio, para las personas de origen urbano, la migración constituye un factor de fracaso, no sólo en el nivel personal, sino también familiar.
Al respecto, es importante hablar de la circularidad, ya que aquí también se observan claras diferencias. Los migrantes rurales, sobre todo antes de las restricciones fronterizas, las dificultades en el paso y la crisis económica mundial, solían ir y venir en periodos de fiestas especiales, como las del santo patrono de su comunidad de origen, en Navidad y Año Nuevo, o también en periodos regulares. Arias (2009) resalta, a través de sus entrevistas, que la circularidad tiene que ver con la idea de tener un trabajo fijo o un domicilio referido en el norte, lo que establece diferencias sustanciales entre el proyecto migratorio de los migrantes de origen rural y los de origen urbano. Sobre esto, las formas de paso también muestran sensibles cambios. La mayoría de las veces, los migrantes de origen rural, particularmente los indocumentados, optan por realizar su proyecto a través del peligroso paso por la frontera.
Por otro lado, los migrantes de origen urbano suelen migrar gracias a la utilización de una visa, pero también migran una sola vez, puesto que ven en la migración una salida temporal a sus problemas económicos. En ellos también se observa que la circularidad está casi ausente, ya que permanecen menos años en Estados Unidos que los migrantes de origen rural. En suma, se reitera que para los primeros, la migración representa una opción de carácter temporal.
En lo referente al uso del dinero obtenido en Estados Unidos, los migrantes de origen rural aducen una amplia posibilidad de aplicación de sus ingresos monetarios. Desde jóvenes planean la construcción de la casa que ocuparán al unirse en pareja con una joven de la comunidad. También se aplica en la compra de terrenos, maquinaria, ganado y vehículos para transportar su mercancía o para posibilitar su asentamiento definitivo en su lugar de origen. Algunos utilizan los recursos para la fiesta del pueblo, contribuir en los gastos que por concepto de comida se ofrecerán en las festividades, así como los que destinan a la vestimenta del santo patrono. Otros utilizan estos recursos para el sostenimiento de sus padres mayores.
Los migrantes de origen urbano, observamos en el proceso de obtención de testimonios, que invierten sus ganancias en su propia persona, en comprar ropa, perfumes, zapatos, etcétera. Dependiendo de si son solteros o no, el dinero se emplea para la manutención de la esposa e hijos. De igual manera, suelen utilizar sus remesas para la educación de un niño pequeño, o para el cuidado de padres o familiares enfermos. Las diferencias entre migrantes de origen rural y urbano marcan significativas características en la conformación de las redes migratorias.
Consideraciones finales
Al respecto, entre las redes urbanas y rurales se aprecian ciertas diferencias. La rural se mantiene más cerrada, mejor cohesionada entre sus miembros, mientras que la red compuesta por migrantes “urbanizados” presenta mayores fracturas. Incluso, estas fracturas se manifiestan en los cambios de los flujos migratorios en Estados Unidos. Los migrantes de origen urbano expresan haber desempeñado trabajos distintos a los que realizan sus familiares de origen rural. Por ende, la separación entre sus miembros resulta más fácil.
Se reafirma que esta separación no sólo se refiere a lo laboral, sino también a los flujos migratorios, ya que varias personas afirman haber ido a trabajar a otros lugares, preferentemente a estados en donde sus “otros” familiares no se han atrevido a ir, como cerca de la frontera con Canadá, y a estados en donde no es común encontrar a tantos mexicanos (como en Kentucky o Alaska), algunos más comentan que trabajan en lugares desérticos, nevados y muy alejados de la gran ciudad y del “cobijo” que pueden proporcionar las grandes urbes como Nueva York.
La migración urbana, que en Puebla, como en diversos contextos no es muy evidente, está formando nuevas redes que rebasan el vínculo familiar que las originaron, lo que provoca al mismo tiempo que los lugares, tanto de origen como de destino se expandan y dispersen. Este planteamiento es reforzado por Lozano Ascencio (2005), quien afirma que cuando los migrantes de origen urbano se establecen en Estados Unidos por periodos más largos de tiempo, sus redes se amplían y se diversifican, y sus matices cambian a los estereotipos de la comunidad hispana, lo que provoca también la dificultad de saber si se trata de una migración temporal, permanente, o de corto o largo plazo. En todo caso, podemos plantear la hipótesis de que la migración urbana desde Puebla puede ser un factor que facilite la migración interna en los Estados Unidos, y que está conformando redes en los nuevos destinos migratorios.
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-Williams, Raymond, (2001), El campo y la ciudad, Buenos Aires, Paidós.
-Wirth, Louis, (1989), “Leer la ciudad. Ensayos de antropología urbana. El urbanismo como forma de vida”, Leer la ciudad. Ensayos de antropología urbana, Barcelona: Icaria.
1. Daniel, migrante originario de la ciudad de Puebla, que migró con redes de origen rural. En el caso de la presente entrevista, como en las sucesivas, se utilizan seudónimos.
2. Entre el uso de estas tecnologías, observamos el uso del internet y de toda las posibilidades que este recurso abre para las sociedades rurales, sobre todo en lo que a comunicación se refiere, de acuerdo a nuestro ámbito de estudio. Muchos de los migrantes entrevistados y sus familiares mantienen contacto a través de la concurrencia a cibercafés, y del uso de programas y aplicaciones que facilitan la comunicación.
3. El Valle de Atlixco comprende Atlixco, Izúcar de Matamoros y Huaquechula. La regionalización de la zona es un asunto problemático, ya que el Gobierno del Estado de Puebla, en la División Territorial, la ubica en la Región Socioeconómica VI, que comprende al Valle de Atlixco y Matamoros. Sin embargo, circulan definiciones oficiales que también incluyen a Huaquechula, Tochimilco, Tianguismanalco, Santa Isabel Cholula y Atzompa en esta región.
4. En México, la High School corresponde a preparatoria, educación media-superior.
28 de abril de 2017.
16 de junio de 2017.
Revista Diarios del Terruño. Reflexiones sobre Migración y Movilidad
No. 4 / julio-diciembre 2017
2448-6876
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa
La paradoja de los vínculos sociales: migrantes indígenas ante la crisis del mercado inmobiliario en California, Estados Unidos.
The paradox of social links: indigenous migrants at the crisis of the real estate market in California, United States.
Yuribi Ibarra Templos
Doctora en Antropología por el Centro de Investigación y Estudios en Antropología Social (CIESAS).
Este trabajo se centra en el análisis de los recursos económicos y sociales utilizados por parte de migrantes mixtecos en California, Estados Unidos, para hacer frente a la crisis del mercado inmobiliario suscitada en 2006. Asimismo, habla sobre el papel que juegan las redes sociales en los casos de ejecuciones hipotecarias experimentadas en una familia extensa; mostrando que las redes sociales que en algún momento brindaron apoyo y soporte a los migrantes y sus familias para salir de la comunidad de origen y establecerse en el lugar de destino, en otro pueden acotar los recursos para hacer frente a una ejecución hipotecaria. Finalmente, se argumenta que un análisis micro de las redes sociales y las características de sus vínculos, en conjunto con la perspectiva macro, permite exponer las paradojas de las redes sociales.
The paper focuses on the analysis of the economic and social resources used by Mixtec migrants in California, USA, to deal with the real estate crisis in 2006. It also talks about the role that social networks play in the cases of foreclosure experienced in an extended family; showing that social networks that at one moment provided support to migrants and their families to leave the community of origin and establish at the destination place, in another moment can limit the resources to deal with a foreclosure. Finally, it is argued that a micro analysis of social networks and the characteristics of their links, together with the macro perspective, allow exposing the paradoxes of social networks.
indígenas, migración, crisis, hipotecas, redes.
indigenous, migration, crisis, mortgages, networks.
yuribi_ibarra@yahoo.com
En 2015 regresé a la ciudad de Santa María, California, para analizar las consecuencias de la crisis del mercado inmobiliario en migrantes indígenas originarios del municipio de San Juan Mixtepec, Oaxaca. Mi relación y el trabajo continuo con diferentes miembros de la comunidad (en México y Estados Unidos), me facilitaron alojamiento e instalación. Los primeros meses mis contactos y los contactos de la familia con la que me hospedé fueron mi brújula en la ciudad. La reactivación de relaciones –cara a cara– con familias que había conocido en el 2001 me permitió insertarme en las actividades de la comunidad, participando de las celebraciones del ciclo vital y de las reuniones del comité de “paisanos”. (nota 1) Las familias con las que conviví me llevaron a los lugares que frecuentaban para hacer compras de víveres, abarrotes, ropa. Obtener ayuda de las agencias gubernamentales de apoyo a migrantes, conocer los lugares de recreación, las clínicas de atención médica, las escuelas locales, entre otras. Los primeros meses no necesité entrar en contacto con nadie más que no perteneciera a la comunidad de San Juan Mixtepec, sus vínculos y conexiones sociales me permitieron resolver, prácticamente, todos los asuntos de la vida cotidiana, además me contactaron con familias que habían perdido su propiedad.
Su funcionalidad y fortaleza me brindaron soporte en el nuevo medio social al que llegaba, sin embargo, también me retuvieron en un círculo restringido de relaciones sociales y de información. La solidez y fortaleza de las redes sociales de las que obtuve apoyo, han permitido a los mixtepenses hacer frente a las adversas condiciones que impone la migración. No sólo para emprender el viaje hacia el “norte”, conseguir alojamiento y trabajo en los lugares de destino o regresar a México, incluso para establecer acuerdos familiares –basados en la confianza– para la compra de una vivienda aún sin contar con los requisitos que el sistema inmobiliario impone en California. Las redes sociales en este caso han probado el papel de apoyo para acceder al sistema hipotecario (Ibarra, 2015). Sin embargo, hoy en día se discute si la permanencia a dichas redes no contribuye a frenar la movilidad social de los migrantes, es decir, si una red social con elevados niveles de interacción emocional y fuertes servicios recíprocos restringe el contacto con otros cliques o grupos de personas, limitando la incorporación a los lugares de destino, o incluso frenando la movilidad laboral (Granovetter, 1978; Herrera et. al., 2007).
El trabajo que aquí se presenta tiene como objetivo mostrar la paradoja de los vínculos en la red social de migrantes mixtecos, analizando los recursos utilizados por los mixtepenses para hacer frente a la crisis del mercado inmobiliario del 2006. Estudio las redes sociales, las características de sus vínculos, las interacciones sociales y personales establecidas en un contexto de exclusión y pobreza en que han vivido los pueblos originarios, ocasionada en buena medida por las persistentes fronteras que distinguen a los indígenas de los no-indígenas, sin exaltar las bondades o limitaciones de los vínculos, sino captando los cruces y relaciones que los interconectan en una realidad contradictoria.
Las reflexiones que aquí se presentan son resultado del trabajo de campo etnográfico realizado de febrero a agosto de 2015 en la ciudad de Santa María California, con migrantes indígenas oriundos del municipio de San Juan Mixtepec, Oaxaca, y no indígenas originarios de los estados de Jalisco y Michoacán. Los datos obtenidos durante esta última etapa de investigación se han visto enriquecidos con los obtenidos durante otros periodos de estudio en Oaxaca y California, logrando un análisis de larga duración que retoma casos analizados entre los años 2005-2008. El trabajo está organizado en tres apartados, en el primero se desarrolla el marco conceptual; redes sociales, vínculos fuertes-débiles y presenta la etnografía al respecto. En la segunda sección se muestran los datos generales que permitan comprender el crecimiento del mercado inmobiliario y la caída que sobrevino en una de las peores recesiones económicas en Estados Unidos. La tercera sección presenta el estudio de caso de una familia extensa y los recursos utilizados por parte de sus miembros para comprar una vivienda y salvarla de una ejecución hipotecaria.
Redes sociales: vínculos fuertes-débiles
El internet ha popularizado el concepto de redes sociales surgido hace ya varias décadas en el corazón mismo de la antropología. Radcliffe-Brown utilizó el término de estructura social para referirse a la red continua de relaciones sociales existentes entre individuos que ocupan una posición específica. Para él “human beings are connected by a complex network of social relations. I use the ‘social structure’ to denote this network of actually existing relation (Radcliffe-Brown, 1952:190)”. Sin embargo, fue mucho después que el análisis de las redes sociales comenzó a utilizarse por los antropólogos de la llamada escuela de Manchester. La red social, entendida como un conjunto específico de vínculos entre un conjunto definido de personas, permitió analizar las características de las relaciones para interpretar la conducta social de las personas implicadas (Mitchell, 1969). Se observó que los migrantes africanos se auxiliaban de ellas para hacer frente a las adversas condiciones que enfrentaban en las ciudades a las que llegaban (Mitchell, 1969; Scuthall, 1964). La red social entonces, representaba más que un agregado de individuos, y en su sentido explicativo más que metafórico, posibilitó el análisis de las conexiones y vínculos que se establecen entre un conjunto de personas (Mitchell, 1974).
La perspectiva de redes se introdujo en los estudios sobre migración interna en América Latina en la década de los setenta. Los análisis de Larissa Lomnitz (1975) y Lourdes Arizpe (1978, 1985) por ejemplo, mostraron su importancia para la sobrevivencia de los migrantes urbanos. En los ochenta, el enfoque de redes (Massey et. al., 1989; Mines, 1981) fue utilizado para analizar la migración mexicana a Estados Unidos, durante este periodo se enfatizó el carácter positivo y de apoyo para la movilidad de las personas involucradas en el proceso. El énfasis respondió a un momento de esplendor en las redes sociales que sustentaban la migración mexicana (Durand, 2000). Los vínculos de la red incluyen: 1) parentesco las relaciones son más estrechas y los vínculos más seguros, mientras más fuerte son los lazos de parentesco más sólida es la red; 2) amistad basados en un sentimiento de compañerismo y solidaridad entre individuos que han compartido vivencias en común; 3) paisanaje hacen referencia a los sentimientos de pertenencia a un mismo lugar de origen; y, 4) de identidad étnica, lo étnico comprendido por criterios objetivos de autodefinición colectiva como vínculos de parentesco (consanguineidad, afinidad y ritual), cosmovisión, lengua, origen común, son utilizados como medio de contraste y diferenciación con respecto a los otros grupos. Se comparten además las actividades ceremoniales, convenciones culturales y símbolos comunes. Este vínculo presenta un sentimiento de profundo arraigo con el lugar de origen y suele ser uno de los ejes principales para el reagrupamiento étnico en los sitios de llegada (Ohemichen, 2001). El factor étnico resulta un elemento relevante en la constitución de las redes de relaciones, se ha documentado que algunos grupos de migrantes indígenas tienden a configurar comunidades más allá de las fronteras territoriales de los Estados Nación (Ohemichen, 2001, 2015; Besserer, 1999). Las redes sociales vinculan y articulan la comunidad de origen con los lugares de destino reconfigurando las comunidades étnicas extraterritoriales y reproduciendo las desigualdades de género, poder y estatus, e incluso llegan a generar un mercado informal que hace negocio con los migrantes al imponer un cobro por los “favores” recibidos (Durand, 1994; Zenteno, 2000). La red puede además constreñir las posibilidades de los migrantes al imponer criterios cerrados a la perspectiva individual (Portes y Sensennbrener, 1993).
El estudio clásico de Granovetter (1973) coloca la mirada no sólo en las redes sociales sino en los atributos de sus vínculos. Su análisis sobre el mercado laboral devela la fortaleza de los vínculos débiles a los que la literatura les había prestado menor atención. Estos vínculos que suelen establecerse con contactos personales indirectos con lo que no se entabla una relación profunda, son los verdaderamente importantes para difundir la información y contar con mayores posibilidades de encontrar trabajo. A mayor cantidad de vínculos débiles aumenta la probabilidad de encontrar empleo pues son ellos los que aportan información nueva. Sin embargo, no todas las vinculaciones débiles proporcionan el mismo nivel de efectividad para la difusión de información. Son los “puentes” los nexos que sirven para conectar a un individuo o grupo con distintos círculos o relaciones que acortan el camino. Un vínculo débil que funcione como puente amplía el abanico de realidades que están a nuestro alcance.
La generación de los lazos sociales implica que ciertos individuos se asocien y otros queden descartados, pero asociarse con los miembros de la comunidad con la que se comparten valores y representaciones colectivas del grupo, puede ser una respuesta para sobrevivir a un medio social agreste e intolerante a la diversidad étnica. Para el grupo de migrantes indígenas que analizo, esta especie de enclaustramiento a partir de la permanencia a una red de vínculos fuertes responde a factores estructurales e históricos que los colocan en un papel de subordinación frente a los no indígenas en México y Estados Unidos. Sin embargo, no se trata únicamente de que un vínculo fuerte excluya los débiles, sino del límite de los fuertes y de la conectividad de los débiles para el intercambio y la interconectividad con otro tipo de capitales. Entonces, los atributos de los vínculos tienen un contrasentido; la fortaleza que les permite afrontar una realidad adversa los limita de contactos e información para acceder a otros recursos y responder con mejores herramientas a la ejecución de una hipoteca. En el siguiente apartado describo las redes sociales con vínculos fuertes de los mixtepenses asentados en la ciudad de Santa María, California, en el último apartado analizo las vinculaciones débiles de la comunidad y su impacto ante una crisis como la del mercado inmobiliario.
Mixtepenses en Santa María
La comunidad de indígenas mixtecos originarios del municipio de San Juan Mixtepec, Oaxaca es una de las más longevas en la ciudad de Santa María, California. (nota 2) Los primeros hombres que llegaron lo hicieron a finales de la década de los setenta siguiendo la temporada del trabajo agrícola, fueron ellos, en su mayoría, los que lograron regularizar su estatus migratorio a partir de la Immigration Reform and Control Act de 1986 (IRCA). El flujo más grande de varones se dio durante los años ochenta para trabajar como jornaleros agrícolas en la cosecha de la fresa. Las mujeres se incorporaron en mucho mayor número en los años noventa cuando la comunidad inició el proceso de reunificación familiar, es también en esta década cuando niños y niñas viajan en compañía de padres o parientes cercanos; estos niños conocidos como la generación 1.5, nació en México, pero se educó en Estados Unidos. Actualmente pueden contarse tres generaciones de mixtepenses, sin que ello implique la desvinculación con su lugar de origen y con sus prácticas culturales.
Los entrecruces de relaciones de parentesco por consanguinidad y afinidad, parentesco ritual y paisanaje, vinculan a los mixtepenses en una extensa red social en la que los individuos comparten, en mayor o menor medida, un conjunto de elementos simbólicos y culturales, funciona en México y Estados Unidos y mantiene comunicados a sus miembros allende las fronteras nacionales (Ibarra, 2011; Besserer, 2000). El apoyo de la red incluye desde el viaje México-California, hasta la re-inserción laboral de los retornados a México (Ibarra, 2015). La mayoría de los migrantes residentes en la ciudad emprendió el viaje en compañía de familiares o amigos, inclusive hoy en día los migrantes recién llegados reciben el apoyo de familiares para el pago del “cruce” de frontera y en casos extremos suelen emprender el viaje junto con ellos. De acuerdo a los datos del comité de paisanos en Santa María, actualmente se tienen registradas 65 familias asentadas en la ciudad que participan activamente en las colectas económicas para realizar obras de infraestructura en la comunidad de origen.
Las redes sociales son un recurso importante para sobrevivir en un medio social agreste que les ha dificultado el camino en la búsqueda de trabajo, vivienda e incluso educación. La discriminación de la que son objeto no sólo proviene de la sociedad a la que llegan sino de migrantes mexicanos no indígenas que marcan una distancia social con los migrantes indígenas a los que suelen referirse con apelativos discriminatorios como “oaxaquitas”. El apelativo hace referencia a los miembros de las culturas originarias que como en México, en Santa María ocupan una posición de minoría marginalizada. Ohemichen (2010) habla de que mediante un proceso de etnicización, a los pueblos originarios de México se les negó su participación como componentes legítimos de la nación. Se les identificó como gente de costumbre en contraste con la gente de razón. Esta “gramática” permeó las diferentes instituciones sociales a lo largo del siglo XX, arraigándose en la cultura mediante la forma de representaciones colectivas entre los diferentes grupos sociales que constituyen la nación. Martínez (2006) encuentra que en Baja California y en general en la región norte de la república mexicana, la conceptualización de lo indígena y lo no indígena responde a la oposición blanco-negro. En el norte del país se encuentran los blancos no indígenas, su cercanía con los Estados Unidos es otro elemento que influye en la percepción de que la región norte es más moderna en contraste con la región sur donde se localizan los “indígenas” y el “retraso”. Lo “indígena” entonces, se inscribe en una categoría social menospreciada. Estas representaciones nutridas de prejuicios tomados de los símbolos sobre los que se ha construido la “identidad nacional”, se reproducen aún fuera del territorio mexicano; asumirse como “mestizo” o no indígena expresa una distancia social con el otro “salvaje” (Martínez 2006; Ohemichen, 2010) .
Los migrantes mexicanos no indígenas asentados en Santa María provienen principalmente de los estados tradicionales de expulsión; Michoacán, Jalisco y Zacatecas, sin embargo, pueden encontrarse migrantes de prácticamente todos los estados de la república mexicana (Barros, 2015). Cuentan con una red social madura fruto de su antigüedad en el flujo internacional. Según los datos proporcionados por la encuesta Mexican Migrant Proyect (MMP) el primer migrante registrado de Jalisco viajó a los Estados Unidos en 1906, el de Michoacán en 1916, en contraste el primer migrante de Oaxaca salió en 1945, es decir casi cuarenta años después que sus compatriotas. Los primeros migrantes del centro del país que llegaron a Santa María lo hicieron a principios de la década de los cuarenta como parte del Programa Bracero, los jornaleros vivían en campamentos para trabajadores, que anteriormente fueron ocupados por los inmigrantes asiáticos, ubicados a las afueras de la ciudad (Barros, 2015). La segregación espacial y el trato de menosprecio de la población nativa hacia los migrantes mexicanos fue largo, hasta que la ciudad comenzó a tolerar a los jornaleros agrícolas que de mantener un patrón de migración temporal pasaron a uno permanente para establecerse en la ciudad, debido, entre otras cosas, a que el valle de Santa María ofrecía trabajo la mayor parte del año sin tener que viajar de un lugar a otro. Este cambio ha sido posible gracias a las prolongaciones de las temporadas de cultivo que han empleado un conjunto de técnicas para modificar las plantas y hacerlas más resistentes a las plagas y los cambios de clima (Palerm, 1991).
Actualmente pueden contabilizarse hasta cinco generaciones de migrantes mexicanos no indígenas, las dos primeras nacidas en México el resto en California. La agricultura sigue siendo la principal fuente de empleo y a diferencia de la población oaxaqueña han ascendido en el escalafón laboral en mayor número. Aún pueden encontrarse trabajando en la cosecha de frutas y verduras, pero en la mayoría de los casos han salido de esta actividad catalogada por ellos mismos como “el trabajo más extenuante”. Se les puede encontrar como supervisores, mayordomos de las cuadrillas de jornaleros, conductores de tractores, montacargas, tráiler, encargados de mantenimiento, mecánicos, entre otros. Las mujeres suelen trabajar en la parte administrativa de las empresas agrícolas como secretarias, recepcionistas, guardias de seguridad, etcétera. Los adultos jóvenes han encontrado en las empresas empacadoras de frutas y verduras, en las manufactureras que se encuentran a las afueras de la ciudad o en instituciones de gobierno y otros nichos laborales. Un sector, aún muy pequeño, ha incursionado en los negocios como establecimientos de comida, ropa para las celebraciones de bodas, bautizos, XV años, en la venta de comestibles en los swap meets o en los servicios que suelen ofrecerse a otros migrantes mexicanos (Barros, 2013). En una ocasión Romualdo originario de Jalisco, a la cabeza de su negocio de venta de seguros de vida, médicos y de automóviles, me comentó que la incursión en este último sector responde a que la mayoría de sus clientes mixtecos viajaban con regularidad a México y pedían su apoyo para la compra del seguro que el gobierno mexicano solicita para circular por el territorio nacional. (nota 3)
En contraste, los mixtepenses, desde su llegada a la ciudad, se emplean en actividades económicas vinculadas a la agroindustria de California. La mayoría, hombres y mujeres de la primera generación, e incluso de la llamada 1.5, trabajan como jornaleros agrícolas en la siembra y cultivo de vegetales y frutas; una de las actividades más extenuantes físicamente y con los salarios más bajos. Algunos hombres han incursionado en otras actividades ligadas también a la agricultura; tractoristas, regadores, choferes de camiones de carga y en mucho menor número como mayordomos. No obstante, en el caso de quienes se integran por primera vez a la migración o aquellos que la experimentan de manera temporal, siguen ocupando los mismos nichos agrícolas del mercado de trabajo norteamericano al que llegaron los primeros mixtepenses.
Recientemente han incursionado en el negocio de la jardinería por cuenta propia. Un vínculo débil permitió la entrada a este nuevo nicho. El camino fue abierto por un paisano que compró la agenda de clientes a un mexicano no mixteco, el oficio se extendió poco a poco a otros miembros, emparentados con el primero, compartiendo conocimientos y clientes. Hasta principios de 2015 representaba una actividad que aglutinaba a un buen número de mixtepenses. Sin embargo, la sequía que azota al estado de California desde hace ya algunos años ha encarecido el agua y por ende el mantenimiento de los jardines. En una plática informal con Saúl, originario de una ranchería de Mixtepec y que hasta hace algunos meses se dedicaba tiempo completo al negocio de la jardinería, me comentó que había decidido vender su cartera de clientes a otro paisano debido a que regresaría al trabajo en el campo, esta vez como encargado de un rancho. Saúl había vendió su cartera de clientes a un paisano, no obstante, de haber recibido una oferta mayor de un hombre originario de Michoacán. Saúl decidió venderla a su paisano como muestra de apoyo: “yo ya había hecho trato con el otro y además era paisano y entre paisanos uno debe apoyarse”.
En Santa María la familia es un apoyo social y emocional para afrontar el nuevo contexto. Las familias emparentadas por vínculos consanguíneos, de afinidad o parentesco ritual, son pieza clave en la red de relaciones sociales; éstos apoyan a los paisanos en su tránsito temporal o permanente, proporcionando información sobre la experiencia migratoria, al mismo tiempo comparten alojamiento o gastos de alimentación entre ellos, y facilitan las actividades de la vida cotidiana. Por ejemplo, en el cuidado de niños, prestamos económicos, compra de ropa a menor precio, información sobre servicios médicos, legales, etcétera. Salvo el contacto necesario para conseguir trabajo con los mayordomos (en su mayoría mestizos) o con los servidores públicos de las agencias gubernamentales de apoyo como el Woman Infants and Childrens (WIC), para conseguir estampillas para comida, seguro médico para trabajadores de bajos recursos, ayudantes de maestras regularmente bilingües (español-inglés) es común que los mixtepenses no entablen vínculos fuertes con otros mexicanos mestizos, mexicanos indígenas, anglos u otro tipo de población. Los vínculos suelen ser débiles y en la mayoría de los casos no funcionan como puentes que conecten o comuniquen nueva información o capitales.
En algunos casos los migrantes indígenas que han llegado recientemente a la ciudad y que en su mayoría son monolingües de mixteco, pueden acceder a servicios de salud como el seguimiento del embarazo, el cuidado del bebé, o llevar un juicio en la corte en su lengua materna debido a que, en un número mayor de agencias y oficinas de gobierno, cuentan con los servicios de interpretes de mixteco. Los intérpretes suelen ser hombres y mujeres de la llamada generación 1.5. Las habilidades en dos (mixteco-español) o incluso en tres idiomas (mixteco-español-inglés) son apreciadas por las agencias no gubernamentales que tienen como uno de sus principales focos de atención a migrantes mixtecos. Samanta, por ejemplo, una de las pocas mujeres mixtecas con un grado de maestría, trabaja para un programa encargado de apoyar el crecimiento y desarrollo de los bebés y las mamás. Perla otra mujer trilingüe, trabaja desde hace seis años para el WIC.
La generación 1.5 mantiene relaciones con la comunidad debido, entre otras cosas, a la endogamia que se practica. Los matrimonios mixtos son más comunes, aunque se privilegian los endogámicos principalmente por parte de los varones que buscan mantener sus privilegios de género. En una ocasión un joven me explicaba que, a partir de su primer matrimonio con una mujer originaria de Guadalajara, había aprendido “la lección” y en su segunda relación había buscado una mujer del pueblo que “entendiera más las costumbres”. Los jóvenes de la segunda generación que establecen alianzas de afinidad a corta edad, suelen hacerlo con jóvenes de otros estados de la República mexicana, regularmente con los del sur o centro.
No todos los hombres y mujeres jóvenes siguen los rituales y las celebraciones “del pueblo”. Los jóvenes de la segunda generación, principalmente, se resisten a cumplir con los servicios comunitarios en el lugar de origen, o mantener el idioma mixteco para comunicarse con sus padres. En una charla con jóvenes nacidos en California me manifestaban su desinterés por regresar a vivir al lugar en el que nacieron sus padres, para la mayoría Oaxaca es sinónimo de vacaciones, pero no de un lugar de residencia o de continuidad de las prácticas culturales. Estos jóvenes entienden el mixteco, pero no lo hablan, en inglés entablan comunicación con otros jóvenes de su comunidad o con personas ajenas a ella (instituciones de la ciudad, educativas, servicios, otros). El español es recurrente para comunicarse con sus padres en caso de que estos no hablen inglés. Pese a estas resistencias, es común que los jóvenes de la segunda generación sean partícipes entusiastas de las celebraciones del ciclo vital, sobretodo de los enlaces matrimoniales que en fechas recientes se reproducen lo más apegado posible al ritual que se realiza en la comunidad de origen. Estos espacios permiten la socialización de los jóvenes e incluso, en algunos casos, representan los sitios para encontrar futuros consortes.
El boom y el declive del mercado de bienes raíces en California
Durante el 2001 y hasta el 2004, la Reserva Federal de Estados Unidos implementó una política de reducción de interés con el firme propósito de estimular la economía a través del gasto. Las bajas tasas de interés incentivaron el crédito y el mercado inmobiliario, dinamizaron las actividades productivas e impulsaron el crecimiento económico del país sobre un “castillo de naipes” (Stiglitz, 2007). El gasto de inversión en vivienda estimuló el gasto en otros sectores, convirtiéndose en uno de los principales rubros que contribuyeron al crecimiento de la economía durante el 2004 (FMI, 2008). El mercado inmobiliario atrajo a nuevos inversionistas que probaron suerte en el pujante negocio. En la parte más alta del castillo de naipes, cuando las tasas de interés llegaron al nivel mínimo, la avalancha de créditos alcanzó a las familias de menores ingresos y escaso o nulo historial crediticio. Los llamados créditos subprime que representan mayores riesgos de recuperación pues se otorgan a personas con bajo puntaje en su historial de crédito y con ingresos variables, se dispararon de 9% en 2001 a 40% en 2006 (Di Martino y Duca, 2007).
Fue en esta etapa que miles de familias que no habían logrado obtener una hipoteca, lo hicieron mediante un crédito subprime que elevó la tasa nacional de nuevos propietarios de 63.8% en 1994 a 69.2 % en 2004, un récord histórico (Osorio, 2008). En este auge, los mercados de préstamo hipotecario redujeron sus estándares para otorgar créditos; se ofrecieron productos financieros que incluían préstamos alternativos o “Alt-A” y subprime. Ambos, se ofrecían a bajas tasas de interés al principio de la deuda, pero crecían exorbitantemente cuando la tasa se reajustaba. Para los nuevos compradores, sin embargo, la laxitud de las prácticas facilitó la obtención de créditos que los acercaron al “sueño americano”. Entre los nuevos compradores se encontraron migrantes mexicanos trabajadores del campo que anteriormente no habían sido considerados sujetos de crédito hipotecario. Los bajos salarios en el sector agrícola, la variabilidad de sus ingresos y en muchos casos el bajo o nulo historial crediticio los dejaron fuera del sistema (Ibarra, 2010). Todo eso cambió cuando los prestamistas y las instituciones bancarias otorgaron préstamos de alto riesgo, convirtiéndolos, entonces, en un mercado jugoso.
Trabajadores del campo que habían llegado de México para mejorar sus condiciones de vida lograron acceder a hipotecas con poca o ninguna prueba de ingresos, incluso sin el pago inicial (Ibarra, 2010). El deseo de comprar fue aprovechado por los gigantes del sistema bancario y por toda la cadena de negocios involucrada en el mercado inmobiliario que de una u otra manera se benefició de los nuevos compradores. En 2004, Pedro, originario de Guanajuato y experto en el cultivo de la uva y en su empaque, logró acceder a una hipoteca para iniciar la compra de una propiedad en la ciudad de Arvin, California. Los ingresos de Pedro eran variables debido a que su sueldo dependía de la temporada de cultivo de la uva, sin embargo, al medir la capacidad de pago, el prestamista determinó que sus ingresos eran suficientes para sufragar el préstamo hipotecario con un interés fijo durante los tres primeros años, y mantener una familia conformada por dos adultos y tres niños, (Ibarra, 2011). Pedro desconfió del préstamo, pero el agente inmobiliario le aseguró que, ante el auge del mercado de la vivienda, la propiedad elevaría su valor en pocos años permitiendo refinanciar la deuda con una tasa de interés menor y obtener un préstamo de mayor monto para adquirir una nueva hipoteca u otro tipo de crédito. Este tipo de préstamos y la obtención de “dinero fácil” fueron la base del estallido de la burbuja inmobiliaria que incentivó el crecimiento económico, pero sobre la base de la revalorización de los inmuebles. Lo que a decir de Stiglitz (2007) significó el “consumo de parte del patrimonio familiar”.
En la segunda mitad de 2004 cuando la Reserva Federal restringió las tasas de interés, los créditos subprime ajustaron sus tasas y pagos al alza rebasando la capacidad de pago de los deudores. A lo anterior, se sumaron los precios inflados de los inmuebles y los riesgos excesivos que tomaron los inversionistas sobre hipotecas muy inseguras. Los resultados fueron los altos índices de ejecución hipotecaria y la crisis económica que se extendió a otras partes del mundo (Sitglitz, 2007). En el estado de California quienes sufrieron en mayor medida los estragos de la crisis fueron los latinos y los afroamericanos. Entre octubre de 2006 y noviembre de 2009 la población latina experimentó índices de ejecuciones hipotecarias 2.3 veces más altos que los prestatarios blancos. Los afroamericanos lo hicieron 1.9 veces (Bayer et al., 2010).
En el caso concreto de la ciudad de Santa María, Barros (2015) encuentra que entre 2006 a 2010 se registraron 1872 ejecuciones hipotecarias. Aunque la información no se desagrega por origen étnico al consultar el porcentaje de población latina o hispana que hasta el 1 julio de 2014 representaba 70.4% de la población total, podemos inferir que la población más afectada fue la latina (Census Gov, 2010).
La paradoja de los vínculos: familias mixtecas afectadas
Patricia R., nació en Santa Cruz, Mixtepec Oaxaca en 1980, Paty, como la conocen, pertenece a la generación 1.5 de mixtepenses, y al igual que otras niñas y niños que se integraron al flujo migratorio aprendió inglés y español en Estados Unidos. A la edad de 22 años decidió formar una familia con Genaro, también originario de Santa Cruz, se independizó de su familia nuclear y cambió su residencia a un pequeño apartamento que compartía con dos de sus cuñados, un primo hermano de Genaro y las esposas e hijos de cada uno. Los gastos de la renta y los espacios del departamento eran compartidos por todos los integrantes de la familia extensa. Paty vivió por más de cinco años en el mismo departamento hasta que la compra de propiedades comenzó a extenderse entre la comunidad de mixtepenses.
Por su parte en 2004 Sara y Pedro R., padres de Patricia, iniciaron la compra de una propiedad con ayuda del hermano de Pedro. Pedro fue uno de los primeros mixtepenses en llegar a Santa María lo que le permitió regularizar su estatus migratorio y el de su familia a partir de la amnistía de los ochenta. Pedro contaba con permiso para trabajar, pero no tenía historial de crédito que le permitiera obtener una hipoteca por lo que recurrió a su hermano mayor que se había incorporado al flujo migratorio mucho antes que él y había iniciado la compra de una propiedad en el estado de Nuevo México. Román había compartido la información sobre los mecanismos utilizados para la compra de la vivienda, sin embargo, vivir en otro estado implicaba cambios en leyes. Pedro y Sara se encargaron de averiguar por cuenta propia cuáles eran los requisitos para iniciar la compra en California. Se acercaron a una agencia de bienes raíces para obtener información. Sara y Pedro pidieron prestado a Román su historial de crédito para reunir los ingresos necesarios que asegurar el pago de la hipoteca. Román aparecería como el dueño de la propiedad y el responsable de la deuda, en tanto Pedro y Sara harían los pagos mensuales durante el tiempo correspondiente. El acuerdo “de palabra” al que habían llegado era riesgoso para cualquiera de las dos partes, por un lado, Román podría quedarse con la propiedad o con la deuda en caso de que su hermano decidiera no pagarla. Sin embargo, después de un año la propiedad se refinanció y el título de propiedad quedó a nombre de Pedro y Sara.
La experiencia de sus padres animó a Paty para comprar una propiedad, pero en 2005 sus ingresos como jornalera agrícola no eran suficientes para obtener una hipoteca por lo que recurrió a su tío Román. El acuerdo al que llegaron fue el mismo al que había llegado con sus padres; Román prestaría su historial crediticio para alcanzar los ingresos y los puntos necesarios para el otorgamiento de un financiamiento hipotecario. La vivienda quedaría a nombre de Román, pero él no contribuiría a saldar la deuda adquirida y tampoco habitaría la propiedad. Al cabo del tiempo estipulado para refinanciar la deuda, Román saldría del título de propiedad para quedar como única dueña Patricia. Con el respaldo del tío como el principal portador de ingresos y Patricia como la segunda responsable, lograron obtener dos créditos hipotecarios con diferentes instituciones bancarias para comprar una propiedad cotizada en el 2005 en 499 mil dólares. Los precios del mercado en aquel entonces iban en aumento, el precio de la propiedad era sumamente elevado, Patricia lo sabía, pero la idea de contar con una propiedad y la labor de convencimiento que realizó la agente de bienes raíces la hicieron dar el paso.
La deuda adquirida tendría que pagarse en treinta años con un interés fijo durante los tres primeros años y variable al cuarto. Las implicaciones que traería consigo adquirir una deuda con interés variable, no eran conocidas por la pareja. Para ayudarse con los gastos, el matrimonio pidió a los familiares de Genaro que vivían con ellos en el departamento que anteriormente rentaban, se mudaran a la nueva casa en la que podrían rentarles una habitación. De este modo, cinco adultos y tres niños compartían el techo de nueva cuenta.
Un año después de la compra, los precios del mercado descendieron en contraste con el aumento en la tasa de interés; la crisis comenzaba a sentirse en las familias que habían adquirido créditos suprime. Genaro recuerda:
"Y ya como al año, al año y medio ya empezó a bajar de precio, bajó, bajó y se fue hasta el suelo y pos nosotros con los pagos no podíamos y en ese entonces sólo trabajaba yo y el ahorro que teníamos nomás, y por eso todo se fue rápido. En menos de un año ya estábamos batallando para los pagos y ni aún con todos los que vivíamos en la casa podíamos, no, ni aun así." (Genaro, Santa María, California, octubre, 2015).
Ante la posibilidad de la pérdida Genaro y Patricia buscaron refinanciar la propiedad como lo habían hecho sus padres, el primer lugar al que recurrieron fue la oficina de bienes raíces que les ayudó a la compra, sin embargo, no obtuvieron respuestas. En segundo lugar, recurrieron a familiares y amigos que también habían comprado, fueron ellos los que les recomendaron a un “agente” que les ayudaría con el refinanciamiento. Sin embargo, la ayuda resultó una estafa de 1, 500 dólares pues la deuda no podía refinanciarse sin la autorización del dueño de la propiedad y Román no estuvo de acuerdo en ayudar más a la pareja, el agente sabía desde el principio que no había posibilidad de refinanciar, pero pidió un pago adelantado de 1,500 dólares. En 2007 llegaron los atrasos en los pagos y con ello las llamadas de los acreedores.
Finalmente, la pareja dejó de hacer los pagos de la hipoteca para ahorrar dinero y pagar las deudas que habían adquirido. Casi un año después llegó la notificación de la ejecución hipotecaria que generó angustia y miedo en la familia. En 2008 cuando se les informó que el banco recogería la propiedad, la ciudad y el país entero, era testigo de los miles de familias que eran desalojadas de sus propiedades con todas sus pertenencias dentro. Patricia y Genaro temían que además de quedarse sin la casa perdieran todas sus pertenencias. La pareja cuenta este último trance:
"So entonces, ya fue cuando ya mejor paramos, ya no hicimos nada por refinanciar, ya no hicimos nada por arreglar y ya mejor dejamos de hacer los pagos. Y ya estuvimos casi un año sin pagar y ya mejor lo que hacíamos era ahorrar para pagar las deudas. Ya después nos llegó una carta que decía que teníamos, no sé cuántos días, pero nos llegó la carta en un viernes creo, y nos dijeron que en tres días iban a llegar a cerrarnos las puerta. La carta era en inglés. Entonces en ese tiempo oíamos mucho en la radio que a mucha gente le estaba pasando eso, porque no hacían el pago de la casa. Nomás llegaban y de repente les cerraban la puerta y la gente llegaba y no podía agarrar sus cosas, o sea que llegaban y cerraban todo […] y entonces luego, luego que nos vamos a buscarle (un lugar para rentar) y entonces ya fue que estuvimos buscándole y buscándole." (Patricia, Santa María, California, octubre, 2015).
Después de la ejecución hipotecaria la pareja sufrió el distanciamiento con Román y el aumento de las deudas familiares. A la distancia Paty reconoce que la compra fue una mala decisión y entiende que la falta de experiencia, pero sobretodo conocimiento del mercado hipotecario jugaron en su contra y en las de otros familiares que también perdieron su propiedad. Este es el caso de su tía paterna de segundo grado que perdió su propiedad en el mismo año que ella.
Rosa R., llegó a Santa María California cuando era adolescente, al igual que su sobrina Patricia L., consiguió regularizar su estatus migratorio gracias a que su padre lo había hecho durante IRCA. Desde su llegada a la ciudad ha trabajado como jornalera agrícola principalmente en la cosecha de la fresa. En 2004 Rosa y su esposo Eugenio, oriundo también de Mixtepec, decidieron iniciar la compra de una propiedad, sin embargo sus ingresos no alcanzaban para comprarla en Santa María, California. La propuesta de Valentina, prima hermana de Eugenio, de una compra conjunta en la ciudad de Lamont representó una oportunidad. Ambas anhelaban comprar una propiedad, pero ninguna podía hacerlo sola. Valentina propuso a Rosa y Eugenio comprar una vivienda en la ciudad de Lamont donde las viviendas eran más baratas en comparación con Santa María. El historial de crédito de Rosa sería utilizado para obtener la hipoteca, en tanto las mensualidades serían sufragadas por las dos familias.
Rosa decidió “prestar” su crédito para obtener un préstamo bancario con el que ambas familias se beneficiarían. El lazo de parentesco por consanguinidad y afinidad era garantía suficiente para asumir el compromiso de la deuda. Ninguna de las dos mujeres conocía el funcionamiento del sistema de bienes raíces en California, pero en ambas existían experiencias previas de familiares que habían comprado y compartían información. Rosa contaba con dos experiencias cercanas, su tío Pedro R., y su hermano. Valentina conocía la experiencia de su hermano (casado con la hermana menor de Rosa) y sus padres que habían comprado en conjunto.
El crédito hipotecario obtenido por María les permitió iniciar la compra de una vivienda valuada en 170 mil dólares. El interés sería fijo durante los dos primeros años y variable al tercero. Los pagos mensuales ascenderían a 1,200 dólares al mes, más los pagos por servicios, el seguro obligatorio de la propiedad y un seguro hipotecario Mortage Insurance (MI). El título de la propiedad quedaría a nombre de Rosa. El MI es una garantía financiera que las entidades bancarias cobran a los prestatarios que no aportan 20% de enganche sobre el valor de la propiedad. Protege al prestamista, pero no al prestatario en caso de que éste deje de efectuar los pagos. El MI permite comprar vivienda con un anticipo menor al estipulado, sin embargo, el seguro aumenta el costo del préstamo otorgado. Los detalles del MI no fueron explicados a Rosa y Eugenio por el agente de bienes raíces, tampoco explicó los riesgos de un crédito con interés variable. Sin embargo, sí ofreció la propuesta de refinanciar la propiedad como mecanismo para obtener dinero en efectivo o incluso obtener otro crédito.
Por un año las dos familias compartieron el techo, pronto comenzaron las complicaciones. En Lamont la salud de Lupe, la hija menor de Eugenio y María, se deterioró debido a la alergia a los pesticidas y al clima del Valle de San Joaquín. La pareja decidió regresar a Santa María, renunciando a los trabajos que habían conseguido en la pizca de la uva y en el empaque de verduras. El acuerdo al que habían llegado con Valentina se respetó por lo que el pago de la hipoteca continuó, aunque no vivieran en la propiedad. Valentina y Juan lograron rentar el cuarto que le correspondía a su primo y de esa manera aminoraron los gastos de la pareja que regresaba a Santa María a una casa rentada.
Un año después de que Rosa y Eugenio realizaran pagos dobles, decidieron que iniciarían la compra de una segunda propiedad, esta vez en Santa María, California. La hipoteca previa les permitió obtener en 2006, un segundo crédito a nombre de Eugenio por un monto de 481 mil dólares a un plazo de 30 años, con un pago mensual de 2, 300 dólares y un interés fijo. Con la nueva deuda decidieron vender la propiedad en Lamont, no sin antes refinanciarla; el dinero obtenido se dividiría en partes iguales entre las dos familias. La decisión tomó por sorpresa a Valentina que propuso quedarse con la propiedad, la realidad era que no contaba con historial crediticio y no consiguió el respaldo de alguna institución bancaria para quedarse con la vivienda en la que había vivido por dos años. Después de algunas fricciones, ambas familias acordaron que, tras el refinanciamiento y el reparto proporcional del dinero, Valentina abandonaría la propiedad para venderla. No obstante, al intentar hacerlo el banco les notificó que la propiedad se encontraba en proceso de embargo (foreclosure) y que además debían regresar 7 mil dólares debido a que la casa había sido sobrevaluada al momento de refinanciarla. Ninguna explicación extra les fue proporcionada y nunca comprendieron que fue lo qué había pasado. Al respecto Rosa comenta: “cuando quería vender me dijeron que no se podía que la casa la iba a recoger el banco y que tenía que devolver 7 mil dólares ¡Dios mío y luego yo cómo le hago ahora que tengo que devolver! Mi esposo me dijo vamos a hablarle a Doña Valentina para ver cómo quedamos. Yo le dije, no, ya vemos cómo le hacemos, pero ya no quiero tener problemas. (Rosa, Santa María, California, noviembre, 2015).”
Para entonces la relación con Valentina se había tensado alcanzando a otros miembros de la familia que tomaron partido de la situación. Ante las circunstancias la pareja decidió que serían ellos quienes asumirían el pago de los siete mil dólares sin involucrar a Valentina para no generar más problemas familiares. No obstante, la relación entre los primos no volvió a ser la misma. Después de la perdida de la propiedad en Lamont, el crédito de Rosa quedó dañado y aún debía responder por la segunda hipoteca que comenzaba a ser un dolor de cabeza. Durante dos años pagaron las elevadas mensualidades, hasta que en 2008 el precio de la propiedad se vino abajo y la pareja se endeudo de nueva cuenta. Ante la posibilidad de que el banco recogiera la propiedad, decidieron venderla y salir mejor librados que la experiencia anterior. Esta vez dejaron de hacer los pagos de la hipoteca y después de dos años, la propiedad se vendió por diez mil ochocientos dólares, 470,200 dólares menos del valor por el que habían obtenido la hipoteca. La familia nuevamente rentó una propiedad en la que actualmente viven. Valentina decidió regresar al estado de Arkansas y aceptar el dinero del refinanciamiento con el que compró una casa móvil en la que actualmente vive con sus hijos y su hermano menor.
A la distancia Rosa y Eugenio coinciden en que la casa de Lamont les trajo más problemas que beneficios; además de perder la vivienda, la relación con su prima nunca volvió a ser la misma. Las dos pérdidas son razón suficiente para no intentar, en un corto plazo, la compra de otra propiedad en California. La familia ha comenzado a invertir en bienes inmobiliarios en Oaxaca, México, al que pueden regresar porque como lo asegura Rosa: “uno nunca sabe, tal vez pueda regresar”.
En el 2005, antes de la caída del mercado inmobiliario en California documenté el proceso de compra de viviendas entre migrantes mixtecos asentados en este estado de la unión americana (Ibarra, 2011). El papel de las redes sociales y la importancia de los vínculos fuertes salió a flote como parte central de las adquisiciones, a través de ellos se establecían alianzas monetarias y familiares para acceder a una hipoteca como lo vimos en los tres casos descritos en el apartado anterior. Sin embargo, la vinculación de los mixtecos con tal fortaleza conlleva un contrasentido: la debilidad para acceder a otro tipo de información. Es decir, la fortaleza que les permite acceder a créditos hipotecarios, los limita de contactos e información para diversificar los recursos (económicos y sociales) y responder con mejores herramientas a la ejecución de la hipoteca o acceder a servicios financieros con mejores beneficios. Incluso observamos, que desde el inicio de la compra la información y las condiciones en que se otorgaron los créditos hipotecarios fueron en condiciones inicuas.
Los vínculos fuertes han sido una herramienta importante durante todo el proceso migratorio y el posterior establecimiento en los lugares de destino, pero en momentos coyunturales, como una crisis económica, evidencia sus límites. No obstante, no se trata de que estos vínculos fuertes excluyan a los débiles, sino del límite de los fuertes y de la conectividad de los débiles para el intercambio y la interconectividad con otro tipo de capitales. Los migrantes mixtecos en Santa María establecen vínculos débiles, por ejemplo, con agencias de gobierno u organizaciones de la sociedad civil de quienes obtienen ayuda (seguros médicos para personas de bajos recursos, comida, asesoría legal, apoyo para mujeres embarazadas, entre otros), pero este tipo de vinculación no representa, en términos de Granovetter (1973), puentes de comunicación con otros capitales, aunque sí son de beneficio para los receptores de los programas.
Este tipo de interacciones evidencia el contexto de exclusión y pobreza en que han vivido los pueblos originarios, ocasionada en buena medida por las persistentes fronteras que distinguen a los indígenas de los no-indígenas. El contexto estructural que ha colocado a los miembros de las culturas originarias en una posición de minoría marginalizada limita y dificulta el desarrollo de vínculos débiles y tiende a fortalecer las redes de vínculos fuertes, en suma, los atributos de los vínculos responden a ese medio social. La “situación estructural limita la posibilidad de que los migrantes se muevan hacia otros nichos ocupacionales y que las condiciones de marginalidad y pobreza tiendan a reproducirse intergeneracionalmente” (Ohemichen, 2011: 167).
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1. Paisano es el vocablo que utilizan los miembros de la comunidad para referirse a sus coterráneos. Se utiliza de manera positiva y no despectiva.
2. Actualmente existen otras comunidades de migrantes mixtecos con presencia importante en Santa María. Procedente de la región baja de la mixteca encontramos a los oriundos de San Felipe Tecomoxtlahuaca, San Martín Piñas y San Martín del Estado.
3. Con el objetivo de mantener la confidencialidad, los nombres originales han sido cambiados.
28 de abril de 2017.
30 de junio de 2017.
Revista Diarios del Terruño. Reflexiones sobre Migración y Movilidad
No. 4 / julio-diciembre 2017
2448-6876
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa
Menores gitanas rumanas en contextos de vulnerabilidad social en Madrid, España: etapas de desarrollo y prácticas transnacionales.
Minor female Romanian gypsies in contexts of social vulnerability in Madrid, Spain: stages of development and transnational practices.
José David Gutiérrez Sánchez
Doctor en Sociología por la Universidad de Sevilla, España. Actualmente adscrito al Consejo Independiente de Protección de la Infancia (CIPI), y miembro de la Red de Estudiantes de Migraciones Internacionales (REMI). Líneas de investigación: infancia en contextos de riesgo, migraciones transnacionales y movilidad.
jotadegs@hotmail.com
Por medio de una división por etapas del desarrollo, este artículo realiza una aproximación a las menores gitanas rumanas asentadas en el poblado chabolista de El Gallinero en Madrid, España; manifestando, por medio de su perfil y los proyectos sociales donde participan, aquellos aspectos que las hacen socialmente vulnerables. En el marco de una realidad diversa, se plantean dinámicas intrafamiliares complejas donde es necesario una intervención social que aglutine y coordine tanto a las entidades sociales como a las administraciones locales y regionales. El texto diserta sobre la movilidad transnacional de las familias y cómo ésta afecta directamente al pleno desarrollo de las intervenciones que llevan a cabo las Administraciones Públicas y Entidades Sociales; así como a las menores debido a su doble condición de exclusión, como mujeres y menores de edad.
Through a division for stages of development, this article makes an approximation to minor female Romanian gypsies settled in the shantytown of El Gallinero in Madrid, Spain; demonstrating, through their profile and the social projects in which they participate, those aspects that make them socially vulnerable. In the frame of a diverse reality, where complex intra-familiar dynamics are taking place, it is necessary a specific social intervention that agglutinates and coordinates both the social entities and the local and regional administrations. The text talks about the transnational mobility of families and how it directly affects the full development of the interventions that Public Administrations and Social Entities carry out; as well as the female minors, due to their double condition of exclusion, as women and minors.
asentamiento, rumanos, gitanos, género, desarrollo.
shantytown, Romanians, gypsies, gender, development.
Desde finales del siglo XX, cuando los países del Este de Europa comenzaron a cambiar política y socialmente, se han ido llevando a cabo diversos proyectos de intervención social con población gitana y de procedencia rumana en España, en concreto, en las periferias de ciudades como Madrid y Barcelona. En el caso de Rumanía, es tras la caída en 1989 del régimen socialista de Nicolae Ceaucescu cuando dio comienzo una movilidad transnacional de la población autóctona en busca de mejoras económicas y calidad de vida. En el caso de los gitanos, éstos sufrieron una gran represión debido principalmente a la convicción del Estado Rumano de que esta población no era una fiel representante de los principios socialistas, por lo que desde 1991 hasta 1994, comenzó el peregrinaje hacia Europa Occidental, que estuvo caracterizado por el desplazamiento de un gran número de refugiados políticos (Gamella, 2007).
Este artículo centra su análisis en la población gitana de origen rumano, que aproximadamente desde 2001 vive en el asentamiento chabolista conocido popularmente como “El Gallinero”, ubicado a tan sólo 14 kilómetros del centro de Madrid. Un asentamiento en el que la mitad de sus habitantes son menores de edad (siendo la población total unas 400 personas), y donde podemos observar además grandes debilidades en relación a la intervención social, tanto por parte de las entidades sociales como de los gobiernos local y regional (Gutiérrez, 2015).
El Poblado, exterioriza unas características propias que afectan a la vida de las personas que allí habitan (Gutiérrez y Diz, 2015). El contexto de riesgo social y la dureza de las condiciones de vida en el propio asentamiento, establecen un escenario complejo que requiere de una intervención social específica. En este sentido, Marchioni (2014) interpreta que es necesario poner en marcha procesos y programas “de largo plazo” que permitan conectar intervenciones individuales, grupales y colectivas, así como asistenciales, promocionales y preventivas, contando con nuevas relaciones sinérgicas y colaboraciones entre todos los recursos sociales existentes, de tal forma que estos elementos contribuyan para una reconducción de las políticas sociales a sus finalidades originales.
En El Gallinero comprobamos un contexto dificultoso donde podemos situar diversas realidades: analfabetismo, desadaptación escolar, conductas acompañadas de violencia, situaciones de estrés estimuladas por el entorno, maltrato infantil, abuso policial, trastornos de conducta, mendicidad, abandono escolar, matrimonios a edades demasiado tempranas, problemas de vivienda y falta de habilidades sociales para resolver conflictos (Gutiérrez, 2017). A estas situaciones igualmente podemos añadirle los problemas resultantes y conocidos como propios del asentamiento: ocupación de propiedad privada, proximidad con la Cañada Real Galiana, cercanía con el vertedero de Valdemingómez, presencia de plagas de roedores, malas condiciones de hábitat, redadas, desalojos, infravivienda, falta de estructuras que permitan una mejor higiene y atención a los menores, y poca accesibilidad a equipos de emergencia. Estas son las situaciones más provocativas de un asentamiento que a pesar de llevar aproximadamente dos décadas, han continuado siendo parte del día a día de la población.
Detenernos en la cuestión de género y exactamente en aquellas etapas que afectan al desarrollo de la persona, resulta significativo debido a la multiplicidad de factores característicos que como mujer padecen por su propia condición las niñas de nuestra intervención. Partimos de un estudio exhaustivo de las intervenciones desarrolladas en El Gallinero durante el periodo de tiempo entre 2010-2017, en el que apreciamos una carencia relevante en lo que respecta a intervenciones específicas que contribuyan a reducir la exclusión social dentro y fuera del asentamiento.
Metodología
Este trabajo se presenta dentro de la comprensión de determinados espacios donde el contexto social alcanza una relevancia significativa. Nos situamos en un punto de análisis y observación de aspectos cotidianos dentro de una comunidad que incorpora sus propias dinámicas sociales, y que muestra una gran carga de contenido en relación a su propio proceso de inclusión social, en contraposición con la sociedad en su conjunto. De esta manera, tratamos de visibilizar los actores partícipes dentro del escenario de riesgo y delincuencia, pero avanzando en la interpretación de los métodos de intervención social empleados por las entidades sociales, además de los gobiernos local y regional.
Los datos que aquí se disertan, forman parte de los resultados de un proceso de investigación por medio de la aplicación de técnicas y métodos cualitativos de perfil socio-etnográfico en el asentamiento chabolista de El Gallinero (Madrid), durante el periodo de tiempo que va de 2010 a 2017. El objetivo central de la investigación era: “realizar una investigación evaluativa de la intervención social con menores gitanos rumanos, con el fin de establecer estrategias para proyectos de Trabajo Social con dichos colectivos”.
Los instrumentos empleados en la recogida de datos fueron la entrevista, Investigación Acción-Participativa (en adelante IAP) y observación participante. Debido a la dificultad en relación al acceso a la población por cuestiones de seguridad y delincuencia del entorno, decidimos incorporarnos (dentro de nuestro trabajo de campo) a la labor que la Fundación Imaginario Social desempeñaba en el asentamiento durante un año. Nos sumergimos en actividades de todo tipo (lúdico, deportivo, educativo, asambleario y de carácter no formal), pero deteniéndonos en cuatro aspectos destacados como vivienda, salud, educación e integración social. Desde la óptica propia de la sociología del conflicto, la cual es aquélla que entiende todas aquellas teorías sociológicas que analizan la sociedad desde el punto de vista de la desigualdad, el conflicto y el cambio social, nos aproximamos a la cuestión de la situación en la que las menores viven en el Poblado.
En relación a las entrevistas se llevaron a cabo un total de 86, las cuales se realizaron a diferentes personas que componen la unidad doméstica (sobre todo padres y madres), líderes de la comunidad, técnicos de otras entidades sociales, voluntarios y activistas, de tal forma que nos valiera para comprender el desarrollo del asentamiento, métodos de intervención empleados anteriormente y problemas y necesidades de la población. Para indagar más concretamente en aquellos aspectos que conciernen a la cuestión de género, nos apoyamos en las entrevistas que se llevaron a cabo por medio del Proyecto PUCAFREU (Promoting Unprotected Unaccompained Children´s Access to Fundamental Rights in the European Union) de CNRS-Migrinter desarrollado durante 2012 (a menores) y de donde extrajimos información valiosa acerca de los motivos migratorios y medios de subsistencia de la comunidad en su conjunto.
Sobre la IAP y la observación participante estas técnicas fueron empleadas anteriormente a la realización de entrevistas, como forma de inclusión en el contexto y relación entre participantes. La IAP combina las técnicas cuantitativas y cualitativas desde un nuevo enfoque lo cual nos permitía indagar en las estructuras sociales mediante un proceso participativo (Gutiérrez y Diz, 2017).
La observación y participación fueron especialmente interesantes para el estudio profundo de la vida diaria de las organizaciones, instituciones y grupos sociales que ocupaban un lugar periférico en la sociedad (Callejo, 2002). Según Greenwood (2000: 34) los conceptos de participación y observación se enmarcan dentro de una investigación recíproca, donde todos los participantes son actores principales y observadores de su propio desarrollo con el propósito de conseguir unos resultados beneficiosos para ellos mismos.
Resultados de la investigación
Plasmar una distinción entre géneros, entendiendo éste como el conjunto de características, valores, creencias, cualidades y comportamientos que las sociedades asignan a los hombres y mujeres (Petrozziello, 2013), puede resultarnos más sencillo a la hora de comprender aquellos procesos que se desarrollan en El Gallinero. El género es una construcción social, una idea fundada por las personas, grupos e instituciones que componen una sociedad. Por tanto, partiendo de lo anterior, detallar un perfil más específico, nos sirve para aproximarnos aún más a la realidad social que viven las menores en el asentamiento. Pero al ser numerosas las comparativas entre sexos que podemos realizar, vamos a centrarnos en las características como niñas, indagando en los aspectos que comprendemos que son más relevantes o que merecen de un análisis profundo.
Perfil de las menores gitanas rumanas asentadas en El Gallinero
Como hemos evidenciado durante nuestra investigación, las chicas suelen ir acompañadas de sus padres en todo el proceso transnacional o migratorio. La protección a la que están sometidas es bastante mayor en comparación con los chicos. Podemos deducir que dicho acompañamiento alberga gran proximidad con la asunción y aprendizaje de determinados aspectos culturales, donde los habitantes de El Gallinero entienden que son las jóvenes las que deben permanecer en casa ayudando a sus hermanos y colaborando en tareas del hogar. Entendemos pues, que la educación es una cuestión de contextos (Jiménez, Gutiérrez y Diz, 2014). En el asentamiento el número de chicos y chicas es bastante igualado, por lo que no existen inconvenientes en que las chicas permanezcan ayudando a sus madres en tareas del hogar (según las entrevistas realizadas).
La baja cualificación, el abandono prematuro de la escuela y la influencia del entorno, son catalizadores que implican una respuesta rápida en la madurez de los menores, influyendo en su interpretación propia de la realidad en la que se ven envueltos, transformando en poco tiempo el desarrollo de los menores y orientando sus vidas hacia una etapa adulta demasiado temprana. Estos problemas derivan en múltiples aspectos que pueden ser analizados desde diversos puntos de vista. Como ejemplo manifestamos la conciencia grupal de que son las chicas las que tienen que contraer matrimonio a edades prematuras (en torno a los 13 años). Prematuro desde nuestro posicionamiento como sociedad occidental, en el que la convicción holística conduce a realizar este acto en edades más tardías, cuando la madurez de la persona y sus posibilidades económicas y sociales son apropiadas. Como consecuencia de esta decisión comunitaria y cultural, tienen hijos a edades muy tempranas, lo cual repercute en su proceso de madurez y migratorio, alejándolas de la escuela y de una socialización plena con sus iguales (en relación a actividades extraescolares, clases de refuerzo en los estudios, o simplemente con los proyectos de integración social que se desarrollan en el asentamiento, ya que tienen que permanecer en sus hogares cuidando de sus hijos).
Partiendo de los descrito anteriormente, el proyecto migratorio en la mayoría de los casos, consiste en acompañar a su familia (o marido, si están casadas) en la búsqueda de recursos o trabajo. En este tenor, comprendemos un aspecto relevante en las chicas, la movilidad continua desde que parten de su país de origen. La movilidad es realizada tanto en otros países de Europa (Italia, Francia, Portugal y Reino Unido, según nuestras entrevistas a familiares) como por España. La movilidad poblacional es un aspecto común de barrios desfavorecidos (Alguacil, 2006; Jordi y Aix, 2009; Rojo, 2010), por el predominio de pobreza y exclusión social presentes. En este caso entendemos la movilidad tal y como la expone Vacchiano (2014) la cual es asociada al consumo, por ser al mismo tiempo un estatuto global (una forma del poder contemporáneo) y una posibilidad de transformación de uno mismo.
Basándonos en los resultados de las entrevistas y el trabajo de campo llevado a cabo en el asentamiento, las chicas (bajo la influencia de sus padres, hermanos o maridos, dependiendo del caso), rechazan el sistema de protección de menores. Identifican los sistemas de protección como procesos que pueden limitar sus decisiones propias de contraer matrimonio, tener hijos, viajar, o simplemente recibir un tipo de educación. De este modo, el sistema es identificado como represivo. Este aspecto resulta relevante ya que parte de una experiencia previa, donde se relaciona directamente a los sistemas de protección como restrictivos. En un esfuerzo por conocer las causas de esta convicción, descubrimos en el año 2012, cómo aquellos jóvenes entrevistados habían sufrido cuando eran más pequeños, redadas nocturnas en sus hogares, abusos policiales, intentos de derribos y desalojos, por lo que entendemos que dicha animadversión hacia el sistema en sí, se trataba de algo fundado y no se basaba solamente en el desconocimiento.
La capacidad resiliente para sobreponerse ante aquellas experiencias, pone de manifiesto las estrategias que usan los menores migrantes para guiar su movimiento emocional incluyendo la identificación de personas en las que pueden confiar y en las que se apoyan como un soporte que les permite seguir adelante (Kohli, 2014).
Etapa de Proyección a la Vida Adulta
Dentro de nuestro trabajo de investigación en el poblado hemos llegado a distinguir dos etapas específicas, que pueden desarrollarse a razón de la madurez de la persona o bien por el requerimiento del grupo o comunidad. El paso de una etapa a otra no es un momento determinado y específico reñido por la edad, es un momento de madurez particular, a la vez de estatus reconocido por el grupo (Gutiérrez y Diz, 2015).
La tipificación por etapas nos ayuda a vislumbrar determinados aspectos en los menores. En las sociedades occidentales es frecuente que el “paso” legal de niño a adulto se produzca a los 18 años. Ese período definido es ya observado como un momento cultural y por lo tanto se le atribuye a partir de ese instante una madurez personal y el disfrute de derechos y deberes de un modo más abierto, que en edades anteriores (Gutiérrez, 2015).
En nuestra investigación destacamos dos etapas: Etapa Familiar-escolar y Etapa de Proyección a la vida adulta. La primera de las dos etapas destacadas, sobre la cual plasmaremos menos atención debido a nuestro interés por centrarnos en la segunda de ellas, comprende el periodo de tiempo entre cero y trece años aproximadamente. Éste es un momento notorio por la continuidad de los menores por acudir a la escuela y permanecer todavía bajo el amparo y protección constante de los padres. En esta etapa los padres apoyan la educación de sus hijos y no consta un predominio excesivo del entorno (comunidad) por renunciar a los estudios o bien por resignarse en participar en actividades propias de la edad, ya que es comprensible el que los menores son demasiado jóvenes para comenzar o simplemente realizar otras acciones.
Dentro de nuestra intervención desarrollada en el asentamiento, una de las tareas que más nos preocupaba sobre todo como investigadores y profesionales de la intervención, era el posibilitar que la etapa Familiar-escolar pudiese prolongarse lo máximo posible en el tiempo, es decir, que los menores continúen asistiendo al colegio y sigan accediendo a una educación tanto formal como informal, de tal forma que ese momento de “salto” entre etapas, pudiese retrasarse. El trabajo permanente con las familias tratando la relevancia de la educación en sus hijos, servía como instrumento necesario para que los menores pudiesen continuar con su formación, reduciendo la probabilidad de manifestar conductas de riesgo. Entendemos el riesgo como probabilidad de que se desarrollen determinadas situaciones (Gutiérrez, 2014). El riesgo se presenta como concepto dinámico y multifacético (Stevenson, 1999; Ryan, 1996; Warner, 1992). Definimos por tanto situación de riesgo, aquella en la que por circunstancias personales o por influencias de su entorno o circunstancias extrañas, exijan la adopción de medidas de prevención y rehabilitación para evitar situaciones de desamparo o de inadaptación (Mondragón y Trigueros, 2004).
La segunda de las etapas mencionadas (Proyección a la vida adulta), comprende aproximadamente desde los 13 hasta los 18 años (subrayamos no obstante, que a lo largo de nuestra investigación, igualmente hemos trabajado con jóvenes con edades superiores, pero el énfasis lo situamos en el intervalo 13-18). Es a partir de esta etapa cuando los menores asumen responsabilidades y comienzan a colaborar con más intensidad en tareas del hogar e incluso trabajar. Trabajar por supuesto, en labores incluidas en lo que apreciamos como economía sumergida (Pajares, 2007) y mendicidad. La influencia del entorno comienza ya a tener más notabilidad. El Poblado concibe que a una determinada edad, los menores adquieran un nivel de madurez por el que deben dejar de ser niños para convertirse en adultos, en cuanto a su implicación con las necesidades y problemas de la familia. Esto provoca efectos que se manifiestan en abandono de la escuela, aumento del analfabetismo, asimilación de actividades propias de la delincuencia (robos y hurtos) y además de un cambio de actitud que refleja la comprensión por parte de los menores de su propio problema dentro de la sociedad en la que se relacionan y viven.
Esta evolución es apreciable tanto en niños como niñas, pero si indagamos un poco más en los aspectos propios de las chicas dentro de esta etapa, observamos que una vez que ellas alcanzan la madurez sexual, se da comienzo al casamiento. Volvemos a enfatizar este aspecto, ya que es un tema que persiste durante este periodo de tiempo. El que las familias permitan que sus hijas puedan casarse en torno a los 13 años provoca a largo plazo, problemas como aumento sustancial de las tasas de analfabetismo, o el casamiento con hombres con edades superiores en comparación con ellas (este dato no se reproduce siempre, pero tenemos que tenerlo en cuenta en tanto su posibilidad de manifestarse, para comprender mejor el fenómeno y la etapa donde nos encontramos).
Entre las tareas más específicas que realizan las chicas detallamos las siguientes; cuidado de hermanos, colaborar en tareas del hogar (cocinar y limpiar sobre todo), mendicidad, venta de objetos compilados durante su estancia en el asentamiento (ropa de cama, ropa para bebés) y finalmente otro tipo de tareas (acompañar a sus hermanos al colegio, coser y pequeños robos en el centro de la ciudad). Estas funciones de ayudar en las tareas del hogar, las van aprendiendo desde muy pequeñas, ya que es habitual que haya varios hijos en la familia (Gutiérrez, 2015). En relación a pequeños robos en el centro de la ciudad, manifestamos que este aspecto, no se produce en todos los casos, ya que existen familias que se sitúan distanciadas de este punto.
En este periodo a su vez se va educando a los jóvenes en tareas más concretas y de práctica habitual entre adultos. Los menores tienen que asimilar y aceptar el lugar donde viven, y con ello, saber desenvolverse lo mejor posible para superar los problemas derivados de la pobreza (pasar hambre, sentir rechazo, falta de higiene, poco acceso a medicamentos).
Hay que tener en cuenta que la relación entre pobreza y exclusión social no es de causa-efecto, pero la pobreza siempre se asocia a un nivel u otro de exclusión social, por lo que ésta sí puede ser la causa o el efecto de una situación de pobreza (Estivil, 1997). La pobreza, por tanto, forma parte normalmente de los grupos que están en exclusión social, así que en nuestro caso, puede ser considerado el asentamiento como un lugar de exclusión social, incluyendo aquellos que forman parte de él.
Partir de un proyecto individual del menor para realizar una intervención social eficaz, nos ayuda a indagar mejor en la persona y poder descubrir aquellas potencialidades existentes en la misma (Krmpotic, 1999), de tal forma que apoyándonos en las herramientas necesarias podamos resolver los problemas planteados. Una vez focalizadas las necesidades y problemas, estableceremos una metodología de trabajo individualizada. Un ejemplo de intervención que se ha llevado a cabo en El Gallinero, es el Proyecto EducaRom y que describimos de la siguiente forma: Intervención socioeducativa con menores y jóvenes Romá-Rumanos en riesgo de exclusión social residentes en el Poblado de El Gallinero. Intervención dentro de su medio socio-familiar a través del acompañamiento, actividades de educación no formal y la coordinación con otras instituciones.
En este punto destacamos las palabras de Redondo y Pueyo (2007), refiriéndose a la adolescencia como un periodo clave para el inicio o mantenimiento del comportamiento antisocial. Podemos observar en esta etapa conductas inadaptadas. Es frecuente el considerar a aquellos excluidos como los inadaptados socialmente. El inadaptado social es una persona que por su comportamiento en interacción con los demás y por su estilo de vida no encaja en los patrones normalizados de comportamiento social, aceptados por la comunidad (Ponce, 2009). Ante todo debemos visibilizar las situaciones de los menores, como forma de comprender los procesos migratorios, y para establecer respuestas concretas.
En palabras de Trujillo (2009: p. 65-68), para comprender el fenómeno de la inmigración en menores debemos visibilizar dichas situaciones y a su vez considerar:
"Conocer a los menores, saber su origen, sus contextos socio-familiares, sus itinerarios, de dónde, por qué y cómo emigran; entender sus proyectos, que objetivos formulan y cuáles son sus deseos inmediatos y a largo plazo, dónde y cómo quieren trabajar, vivir o amar; comprender sus procesos para la inclusión en la sociedad de destino, cómo asumen su situación, qué cuestiones les preocupan, con qué dificultades se encuentran; conocer como ejercen la transnacionalidad, qué relaciones y vínculos mantienen con la sociedad de origen, cuáles son los compromisos de ayuda a sus familiares o las deudas adquiridas a través de sus procesos migratorios; acercarnos a sus proyectos de autonomía, una vez que adquieren la mayoría de edad; etcétera" (Trujillo, 2009:65-69).
La intervención social en estas dos etapas detectadas en el asentamiento chabolista de El Gallinero (y sobre todo en la Etapa de Proyección a la Vida Adulta), debe seguir un constante y ser capaz de adaptarse a los nuevos retos que día a día vayan apareciendo.
La intervención por parte de los profesionales que operan en la zona, y las características propias del lugar, tales como los factores ambientales y de exclusión, esbozan una situación compleja. En el caso de mujeres inmigrantes y en nuestro caso como menores, intervienen más procesos relacionados con la exclusión y con la desigualdad. Según Abdelaziz (2005), las mujeres inmigrantes afrontan la necesidad de negociar una doble identidad de género, ya sea en el seno de su comunidad de pertenencia como en la sociedad de estancia que globalmente la desprecia también a dos niveles: desde los prejuicios culturales y los estereotipos como inmigrante.
Para llegar a descubrir cómo se desarrollan estas etapas detectadas en el asentamiento, nos hemos apoyado en la realización de actividades enmarcadas dentro del “Programa IntegraRom” que ejecuta la Fundación Imaginario Social. El Programa no sólo recoge los objetivos generales planteados por los anteriores proyectos, sino que además pretende realizar una importante labor de sensibilización con la población madrileña a partir de la capacitación de estos jóvenes en el uso de tecnologías de la información y la comunicación (como fotografía e internet) y otras vías de comunicación como exposiciones y ponencias, de tal forma que abran un espacio de interacción y escucha activa entre la población residente en El Gallinero y la población en general (IntegraRom, 2012).
El Programa IntegraRom, separa en dos los proyectos y las actividades que desarrolla en el asentamiento. Los proyectos son: EducaRom e ImaginarioRom.
En cuanto al primero, hablamos de un una intervención socioeducativa, la cual busca la integración social a través de la educación no formal, incidiendo particularmente en el uso y manejo de la lengua española.
En él se realizan las siguientes actividades: A) Taller de alfabetización digital: el cual trata mejorar la capacidad lectoescritora en español, la alfabetización digital y los conocimientos básicos en el uso y manejo de ordenadores y Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs). Los contenidos de la actividad contemplan la educación moral y cívica, educación para la igualdad de oportunidades, educación para la salud y educación ambiental y cultural. La actividad se realiza de forma semanal, con una media de 10 chicos/as, durante unas cuatro horas. La actividad contempla la recogida y el regreso de los jóvenes al asentamiento; B) Taller de teatro: espacio reservado al desarrollo de la expresión en lengua española y de la creatividad particular y grupal a través del trabajo de la espontaneidad y la comunicación. Se efectúan ejercicios de expresión corporal, Role-playing, sketch de improvisación gestáltica, seminarios impartidos por actores invitados y pequeñas obras teatrales. La actividad se ejecuta en las instalaciones de la Fundación Secretariado Gitano; C) Visitas a las familias: una vez por semana se realizan visitas a las familias de los beneficiarios del proyecto. La finalidad es implicar a los padres en el proceso de aprendizaje de sus hijos, informar de las actividades que se realizan, posibles incidencias, y resolución de trámites burocráticos (apoyo y orientación). El trabajo constante con las familias resulta un aspecto relevante para poder conseguir los objetivos planteados dentro de todo el programa; D) Salidas de ocio y culturales: busca acercar a los jóvenes a otras realidades y contextos; transmitir la capacidad y los medios para construir un ocio saludable dando a conocer todos los recursos existentes; favorecer momentos de convivencia grupal que beneficien el conocimiento mutuo y la adquisición de hábitos saludables, habilidades sociales y estrategias para la adecuada resolución de conflictos. Además con las salidas de ocio se pretende sensibilizar a la población sobre la situación de estos jóvenes y ayudar a superar la fuerte estigmatización que sufre este colectivo.
Cuando no nos ocupamos de las habilidades sociales en los niños, Vargas (2015) señala una serie de aspectos que brotan y que se presentan durante el proceso, tales como: problemas de ajuste emocional (inhibido y tímido); ser ignorados por sus pares en actividades y juegos; mostrar temor y pasividad ante el contexto social; ser poco activos, cooperativos, desobedientes y agresivos; o finalmente, tener trastornos de aprendizaje y problemas de rendimiento.
En cuanto al segundo de los proyectos, ImaginarioRom, se trabaja la sensibilización. Tiene como objetivo; favorecer la sensibilización y concienciación de la población respecto a las situaciones de pobreza y exclusión, contando con la participación activa y directa de los jóvenes con los que se interviene. Algunas de las actividades que se realizan son: exposiciones de fotografías, charlas-debate, y la elaboración y seguimiento del Blog del Programa.
A partir de las actividades y proyectos implantados, el modelo metodológico que se lleva a cabo, trata de potenciar aquellos recursos propios de los menores y la comunidad en la que viven. Recursos que capaciten para una resolución sana de los problemas y conflictos que enfrentarán durante sus vidas (IntegraRom, 2012). IntegraRom parte de las capacidades de las personas, entendiendo a éstas como sujetos independientes. Se trata de potenciar habilidades, competencias y logros desde los propios destinatarios, para los cuales son de gran importancia las relaciones interpersonales.
La responsabilidad con los menores viene acompañada de un trabajo de intervención constante con las familias. Tener en cuenta a las familias, es un aspecto trascendental. En el caso de las chicas, no se podría implementar el proyecto sin contar con el aval de los padres. Las chicas al estar atendiendo las necesidades familiares, deben contar con la aprobación de sus padres para realizar una actividad. Por supuesto, si hablamos de actividades en las que no participen otras chicas, no haya varios responsables y que por supuesto no haya plena confianza, tendremos una rotunda negación para desempeñar el propósito propuesto.
Discusión y Conclusiones
El discurso precedente nos sitúa en un escenario que a pesar de manifestarse complejo, nos muestra una perspectiva de actuación que contempla nuevas formas de análisis y de intervención social ante un contexto catalogado como de riesgo o vulnerabilidad social. Plasmar un perfil específico en relación a las niñas dentro de toda la investigación, nos incita a salir del tradicional rol que por género emplaza a nuestro objeto de estudio, en una posición menos aventajada que en comparación con los niños. En contextos como el de nuestro estudio es relevante perseguir el origen de determinadas causas que propician la exclusión, pero paralelamente estimamos conveniente que para abordar e incluir procesos de intervención, es necesario contemplar aquellas situaciones que albergan una gran carga discriminatoria (en relación a las chicas) y por supuesto de dominación a los menores en general (como estrategia para salir de la pobreza), lo cual es comprobado en nuestro análisis de la situación por medio de las etapas evolutivas (familiar-escolar y proyección a la vida adulta).
El asentamiento chabolista de El Gallinero exterioriza duras condiciones de habitabilidad para las familias. Es por ello que se establece como prioritario cometer actuaciones de manera coordinada tanto desde las entidades sociales que operan en la zona como de la administración local y regional, ya que por medio de nuestra investigación hemos comprobado, que las relaciones existentes están muy deterioradas, provocadas en gran parte por los continuos intentos de desalojos y derribos de viviendas.
Es de destacar que hablamos de una situación que ha permanecido constante durante casi dos décadas, lo cual enreda a lo largo de los años aún más la situación, conformando un espacio cada vez más excluido y difícil de intervenir debido a su multiplicidad de factores, los cuales no son abordados desde posiciones objetivas y sobre todo no se contempla que el 50% de la población es menor de edad.
En definitiva, estimamos relevante estudiar el fenómeno desde el Trabajo Social Transnacional como bien refleja Fuentes (2014), el cual ampara una perspectiva más allá de las fronteras, donde se tengan en cuenta las repercusiones de la unidad familiar al completo, en origen y destino. Así desde esta posición se originaría una estructura social orientada a la intervención social de las familias, contemplando sus especificidades y amparando la dimensión global como migrantes, que tendría en cuenta su proceso migratorio en relación a causas y que ofrecería alternativas permanentes ante las dificultades detectadas.
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6 de abril de 2017.
25 de junio de 2017.
Revista Diarios del Terruño. Reflexiones sobre Migración y Movilidad
No. 4 / julio-diciembre 2017
2448-6876
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa
Expansión y crisis económica de España a principios del siglo XXI: su reflexión en la migración latinoamericana.
Expansion and economic crisis of Spain at the beginning of the xxi century: its reflection on Latin American migration.
Ana G. Sanchis
Candidata a Doctora en Migraciones Internacionales en la Universidad Pontificia de Comillas, España. Miembro de la Red de Estudiantes de Migraciones Internacionales (REMI). Líneas de investigación: demografía, mercado de trabajo y crisis económica.
anagsanchis@gmail.com
Este artículo analiza la evolución de las migraciones en España durante el período 1998-2015, destacando la población con nacionalidad española en países latinoamericanos. Se utilizan fuentes de datos primarias, principalmente procedentes del Instituto Nacional de Estadística de España (INE), explicando sus limitaciones metodológicas y la subestimación de los datos demográficos en materia de migraciones. En primer lugar, se explica la inmigración extranjera recibida en España durante la expansión económica y, en segundo lugar, se analizan las emigraciones de retorno a países del continente americano, así como las emigraciones de españoles. Este análisis pretende incorporarse a la reciente discusión acerca de los destinos migratorios de la población española, comparando los datos de stock de la población con las tendencias de los flujos de población. Se argumenta que una parte importante de las salidas migratorias desde España incluye los retornos de población extranjera que consiguió la naturalización española, a sus países de origen en Latinoamérica, América Central o El Caribe.
This article analyses the evolution of migrations in Spain during 1998-2015, highlighting the population with Spanish nationality in Latin-American countries. Mainly from the National Statistics Institute of Spain, primary data sources are used, explaining their methodological limitations and the underestimation of demographic data in migration matters. Firstly, it examines foreign immigration received in Spain during the economic expansion, and secondly, it analyses return migration to the American continent, as well as Spanish emigration. This analysis attempts to contribute to the current discussion about the migratory destinies of the Spanish population, comparing stock population data with trends in population flows. It is argued that one important aspect of the out-migrations from Spain includes the return of foreign population that gained the Spanish naturalization, to their countries of origin in Latin America, Central America or the Caribbean.
migraciones, retornos, ciclos económicos, Latinoamérica, España.
migrations, returns, economic cycles, Latin America, Spain.
Agradezco al Banco Santander Universidades España por las condiciones materiales conseguidas bajo la Beca Santander Iberoamérica 2015. Especial mención al Dr. Francisco Zamora López, a la Dra. Ma. José Boavida y la Dra. Paula Remoaldo por su apoyo y supervisión académica. Cualquier error en este artículo está bajo la única responsabilidad de su autora.
Esta investigación expone una panorámica general de los movimientos migratorios de España, tanto de las entradas de población procedente de países latinoamericanos, como de las salidas desde España. La importancia de mostrar la inmigración de la población procedente de países latinoamericanos y del Caribe se realiza con el objetivo de entender la movilidad de la población latina desde España y, sobretodo, de las emigraciones de retorno hacia Sudamérica.
La expansión económica de España y su capacidad de inserción laboral están relacionadas con la atracción de la población contemplada durante la primera década del siglo XXI. Los movimientos de población entre los países latinoamericanos y España se deben a las relaciones internacionales e históricas a lo largo del tiempo entre estos países. Durante el período de expansión económica, entre el 2000 y el 2008 en España, según datos del Padrón Continuo del Instituto Nacional de Estadística (INE), un promedio del 35.99% de la inmigración internacional que España recibió provino de países de América Central, Caribe y América del Sur. Sin embargo, 40.33% de la población que recibía España venía de países europeos.
Con el comienzo de la recesión económica internacional en 2007, los mercados se vieron afectados fuertemente, lo que desencadenó también una crisis económica en España a partir de septiembre de 2008 (Sanchis, 2015). Además de la crisis financiera, la situación se agravó por la crisis inmobiliaria en España. En el sector de la construcción, se concentraba una buena parte de la inmigración económica extranjera recibida para suplir las demandas en el mercado laboral. Consecuentemente, los inmigrantes extranjeros son el primer colectivo afectado por la crisis económica y el desempleo estructural les pone en una encrucijada entre la emigración o el retorno a sus países de origen.
En este artículo, se utilizan los datos del Instituto Nacional de Estadística de España, como fuente principal. Se mantiene la metodología intacta de las fuentes primarias del INE utilizadas para el análisis descriptivo de los datos.
Podemos encontrar estudios previos sobre la inmigración extranjera en España, el boom económico y las emigraciones desde España. Sin embargo, hasta el momento, son muy pocos los estudios elaborados resaltando la diferencia entre emigraciones y retornos desde España en los últimos años y relacionando ambas.
Revisión de la literatura de las teorías migratorias que enmarcan este estudio
La teoría económica neoclásica tuvo influencia en el estudio demográfico de las migraciones. Posteriormente, destaca la aportación de las Leyes de Ravenstein en el siglo XIX, definidas como un conjunto de proposiciones empíricas generales, vagamente relacionadas entre sí, que describen relaciones migratorias entre orígenes y destinos. También destaca la “Teoría clásica de los factores push-pull” de principios del siglo XX (Zelinsky, 1971 en Arango, 1985).
La Teoría del Mercado de Trabajo de M. Todaro y G. Borjas (1969) considera a las migraciones humanas como un mecanismo equilibrador de los desajustes estructurales producidos en el mercado de trabajo mundial, es decir, los flujos migratorios se producen según la oferta y la demanda del mercado laboral de los países.
Oded Stark (1991) amplía y critica la anterior teoría de Todaro y Borjas afirmando que no es el sujeto individual quien elabora las estrategias migratorias, sino que éstas son resultado de una elaboración colectiva familiar. Dicha teoría es denominada Nueva Economía de la Migración.
Para la investigación de la posición y estructura social, la situación de los inmigrantes extranjeros puede explicarse mediante la Teoría del Mercado Dual de M. Piore (1969) y las Teorías de orientación Marxista, por las que se detalla que los mercados de trabajo nacionales son desiguales y tienen dos niveles dentro de la clase trabajadora: los nativos y los extranjeros. Sin embargo, a nivel macroeconómico, la Teoría de la Interdependencia Mundial diría que estos procesos migratorios se estarían produciendo como causas y consecuencias para intentar equilibrar la economía mundial, que es desigual en distintos puntos del planeta.
Respecto al mantenimiento de los flujos migratorios a lo largo del tiempo, podemos hacer uso de la Teoría de los Sistemas Migratorios de H. Zlotnik (1992) que englobaría la Teoría de la Interdependencia Mundial, la Teoría Institucional,(nota 1) de las Redes Sociales (nota 2) y la Teoría de la Causación Acumulativa.(nota 3)
Metodología
Este artículo se basa en datos recopilados por fuentes primarias, en concreto, datos oficiales que provienen de instituciones públicas. Es un estudio principalmente descriptivo elaborado con datos cuantitativos para el análisis de las migraciones internacionales.
Las migraciones son un fenómeno demográfico difícil de analizar porque las fuentes de datos tienen algunas limitaciones para medirlas y también porque los movimientos de las personas ocurren de forma más rápida que la recopilación de los datos. El número de individuos que emigra resulta mucho más difícil de calcular que los inmigrantes extranjeros, así que para analizar las emigraciones y retornos desde España necesitamos usar varias fuentes de distintos organismos oficiales:
¥ Instituto Nacional de Estadística (para el Padrón Continuo, el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero, Estadística de Variaciones Residenciales, Estadística de Migraciones);
¥ Ministerio de Empleo y Seguridad Social, a través de la Secretaria General de Inmigración y Emigración, realiza el análisis estadístico de los datos de stock de extranjeros en España, aunque los registros son variados. Poseen datos de personas acogidas al programa de retorno voluntario de atención social desde 2009 a 2013 por países.
Cada fuente de datos tiene su propia metodología, su propia evolución, ventajas y limitaciones. Así, en el Padrón Continuo, las personas de un vecindario se registran cuando llegan al municipio de residencia, pero no se dan de baja en el registro cuando abandonan el municipio (bien para volver a su país o emigrar a otro). También puede ser que las personas residentes registren a miembros de sus familias antes de que éstos hayan venido con el objetivo de acceder rápidamente al permiso de residencia. Por este motivo, necesitamos otras fuentes de datos para analizar las emigraciones. Por ejemplo, los emigrantes españoles pueden inscribirse en el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) cuando se van de España, pero los inmigrantes extranjeros no pueden hacerlo al no tener la nacionalidad española. Ver en el siguiente cuadro:
Cuadro 1. Ventajas y desventajas de las principales fuentes primarias del estudio de las migraciones en España
Padrón Continuo
Los datos de población están siempre actualizados administrativamente.
El recuento de población podría estar sobreestimado.
Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE)
La existencia de esta fuente de datos secundarios.
La población está claramente subestimada, porque las personas tienen que ir a la Oficina Consular a registrarse voluntariamente. Además, las series de datos no son demasiado largas.
Estadística de Variaciones Residenciales (EVR)
Es la única en España acerca de las variaciones residenciales externas de los extranjeros, pero es importante saber que las inscripciones de alta muestran el número de variaciones como flujos migratorios anuales, y no como el número real de personas que migra.
Existen limitaciones en las bajas con destino a otro país extranjero. La única forma de saber acerca de las salidas migratorias es que los ciudadanos no españoles lo dijeran en el registro antes de abandonar España, y eso no ocurre a menudo puesto que el registro no es obligatorio.
Estadística de Migraciones
Los datos están segmentados por mes de ocurrencia, sexo, año de nacimiento, edad, país de nacionalidad y país de nacimiento del migrante, país de origen y destino de la migración. Los datos son obtenidos por altas y bajas del Padrón Continuo.
Sólo existen datos de flujos migratorios desde 2008, lo que no permite estudios con demasiada profundidad histórica.
Fuente: elaboración propia.
La escala temporal expuesta en los datos viene determinada por las series de datos disponibles por el Instituto Nacional de Estadística español (INE). De esta forma, en este momento, el Padrón Continuo y la Estadística de Variaciones Residenciales poseen datos desde 1998 hasta 2014, la Estadística de Migraciones posee datos desde 2008 hasta 2014 y del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero se tienen series de datos desde 2009 hasta 2015.
En cuanto a la agrupación de países y áreas territoriales dentro de un mismo continente, se corresponden con las propuestas por el INE. Por ejemplo, el continente americano se divide en tres: América del Norte, América Central y El Caribe, y América del Sur. Cada subdivisión incluye varios países.
Expansión económica: causa de la inmigración en España
En la primera década del siglo XXI, España, por primera vez en la historia, cambió su tendencia demográfica en materia migratoria situándose como “el país de la Unión Europea que más inmigrantes recibía, y el tercero del mundo en números absolutos, tras Estados Unidos y la Federación Rusa” (Arango, 2012).
Esta tendencia de recepción de inmigración en España surgió junto con la etapa de expansión económica y el boom inmobiliario desde el año 2000 hasta el 2009. España tuvo una proporción de extranjeros del 2.28% en el año 2000 que fue creciendo desmesuradamente hasta un máximo del 12.22% en 2010. Destacar que, después del inicio de la crisis económica española en septiembre de 2008, se produjo un crecimiento estancado en la proporción de extranjeros (con respecto al total de la población) y, hasta el año 2012, no empezó a descender progresivamente (véase gráfico 1).
Gráfico 1. Evolución de la población española y extranjera en España (1998-2014). Fuente: elaboración propia, Padrón Continuo, INE España.
De acuerdo con los datos del Padrón Continuo del INE, la mayoría de la población recibida procedía de países europeos (como Rumania, Reino Unido, Alemania, Portugal y Francia), según los datos del padrón. En 2014, 49.40% de la población extranjera residente en España había nacido en países europeos. El segundo grupo mayoritario fue la población de Sudamérica con 20.77% de población extranjera en España, seguida de extranjeros de África (17.80%). Las minorías de extranjeros proceden de Asia (6.76%), América Central (4.13%), América del Norte (1.08%) y Oceanía (0.07%).
Los inmigrantes procedentes de América Central y del Sur aumentaron mucho durante el periodo 2000-2009 con la expansión económica en España, de acuerdo con los datos del Padrón, pero la disminución de población extranjera procedente de esos países también fue la primera de todos los colectivos con el comienzo de la crisis económica. Esto se produjo de forma mucho más drástica en comparación con población extranjera de otros continentes.
El comportamiento migratorio resulta diferente para personas de Norteamérica o América Central. La entrada de inmigrantes procedentes de esos países ha estado creciendo hasta el último año, y la disminución en 2014 no ha sido demasiado numerosa como para resultar alarmante. Sin embargo, la inmigración procedente de países europeos empezó a decrecer de forma masiva en 2012. Mucho más tarde, el mercado de trabajo afectó más a latinoamericanos, que comenzaron a emigrar o retornar, especialmente los que se concentraban en el sector de la construcción. La población extranjera dentro del mercado laboral español se convirtió en uno de los colectivos vulnerables de la sociedad (Carrasco, 2015).
Resulta importante resaltar el crecimiento de la inmigración de los africanos, que no ha decrecido demasiado durante la crisis económica hasta 2001, y de los inmigrantes asiáticos, que es el único grupo que ha seguido incrementándose en España a pesar de que no es muy numeroso (véase gráfico 2).
Gráfico 2. Inmigración extranjera por regiones de origen o nacimiento (1996-2014)* * Esta fuente carece de datos para el año 1997 en la serie del Padrón Continuo, por lo que se crea una línea de tendencia en el gráfico entre los años 1996 y 1998. Fuente: elaboración propia, Padrón continuo, INE España.
Profundizando en la inmigración latinoamericana en España, los datos se han distribuido por país de nacimiento en América Central, Caribe y América del Sur. Según los resultados, el principal stock de inmigrantes por países de nacimiento provenientes de América Central y el Caribe son República Dominicana, Cuba y Honduras (véase gráfico 3).
Los dos primeros países, República Dominicana y Cuba, triplicaron su población de 2000 a 2009 en España, lo que muestra el gran crecimiento de este grupo en ese corto periodo de tiempo. Después del año 2009, mantuvieron las mismas tendencias hasta 2013 que es cuando estas inmigraciones empezaron a disminuir en España. Sin embargo, Honduras continuaba manteniendo la tendencia de aumento de las migraciones hacia España y la población de Nicaragua ralentizó un poco sus salidas a España, pero no disminuyó.
Gráfico 3. Inmigración Centroamericana y Caribeña en España según país de nacimiento (1996-2014)* *Esta fuente carece de datos para el año 1997 en la serie del Padrón Continuo, por lo que se crea una línea de tendencia en el gráfico entre los años 1996 y 1998
Fuente: elaboración propia, Padrón continuo, INE España.
Las tendencias migratorias son diferentes para la población desde países procedentes de América del Sur (véase el gráfico 4). Los principales países de procedencia de los inmigrantes sudamericanos son Ecuador y Colombia desde el año 2000, como se puede observar en el gráfico 4. Casi 500.000 ecuatorianos vinieron a España desde 1996 hasta 2005, y después de ese año, este grupo de población fue decreciendo progresiva y rápidamente a diferencia de otros países como Bolivia, que creció rápidamente hasta 2008, convirtiéndose en el tercer país latinoamericano por encima de Argentina.
Gráfico 4. Inmigración Sudamericana por país de nacimiento (1996-2014)* * Esta fuente carece de datos para el año 1997 en la serie. Fuente: elaboración propia, Padrón continuo, INE España.
Los ecuatorianos frenaron sus tendencias migratorias a España muy drásticamente desde 2005. Sin embargo, Colombia y Argentina desaceleraron sus tendencias migratorias de una forma más ligera, mientras que otros países lo pararon años más tarde, desde 2008 o 2009. Llama la atención que toda la población procedente de los países de América del Sur tiene una tendencia decreciente de inmigración en España con el comienzo de la crisis económica. También influyó la buena coyuntura económica de países como Ecuador, Colombia o Bolivia.
Como se observó anteriormente en el gráfico 2, América Central y América del Sur constituyen uno de los grupos más importantes de inmigración en España, principalmente compuesto por población de Ecuador, Colombia, Bolivia, Argentina (de América del Sur) y República Dominicana, Cuba y Honduras (de América Central y El Caribe).
Tras analizar la composición de la inmigración extranjera y la reducción de los últimos años, a continuación, se va a proceder al análisis de las emigraciones desde España.
Consecuencias de la última crisis económica en las migraciones de España
Después de siete décadas como país de emigración (desde el comienzo del siglo XX a la década de 1970 y después de haber sido un importante país de inmigración), España ha vuelto a convertirse en un país de emigración desde 2008 (Larramona, 2013).
Antes de la crisis económica, España recibió un incremento medio alrededor de 720.000 personas extranjeras debido a la expansión económica durante el periodo 2002-2008 (González-Ferrer, 2013). No obstante, en 2009, los flujos de inmigración se redujeron un tercio comparados con el año anterior y, desde 2010, el saldo migratorio en España se volvió negativo (nota 4) (véase el gráfico 5). Esto no aconteció sólo por el incremento de emigración, que empezó a ser especialmente importante y numeroso desde 2012, sino que fue por la reducción en inmigración también.
Gráfico 5. Flujos y saldo migratorio de España (2008-2014)
Fuente: elaboración propia, Estadística de Migraciones, INE España.
Esta reducción de la inmigración puede explicarse por la carencia de oportunidades de empleo en el mercado laboral español, que no está atrayendo a población extranjera. El incremento de la emigración es probablemente más importante, de acuerdo a los datos analizados, así que las principales cuestiones son acerca de quiénes están abandonando España y cuáles son sus destinos.
En relación al Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero, la población española viviendo en el exterior era de 1.471.691 personas en 2009, y se ha incrementado en 711.352 personas hasta 2015.
Es importante saber que tenemos diferentes perfiles de personas con nacionalidad española incluidos en estos datos de stock de población. Tal y como Carmen González Enríquez (2013) señaló, podemos encontrar:
a) Emigrantes españoles a otros países europeos que migraron durante la década de los sesenta y que aún viven en el extranjero;
b) Emigrantes españoles a países latinoamericanos (especialmente Argentina y Venezuela) durante la Guerra Civil y la postguerra en los siglos XIX y XX, y los descendientes de emigrantes que aún viven en el extranjero;
c) Emigrantes españoles a otros países en el mundo como EEUU, Canadá o Australia. La mayoría de ellos no nacieron en España o EEUU, así que ellos probablemente son latinoamericanos que adquirieron la nacionalidad española en España y migraron a EEUU.
d) Latinoamericanos que migraron a España, adquirieron la nacionalidad española y ahora viven en sus países de nacimiento o en otros países extranjeros.
Después de conocer esta clasificación sobre españoles viviendo en el extranjero, podemos tener una mejor perspectiva de la evolución de españoles residentes en el exterior. Ya sabemos que los datos pueden estar subestimando la población española en el extranjero porque no necesitan anularse en el registro cuando abandonan España o registrarse en la Embajada Española en otro país de residencia. También, si la población española en el extranjero se inscribiera, podrían perder algunos derechos en España tales como el acceso a vivienda pública o el voto en las elecciones municipales (González-Ferrer, 2013).
A pesar de que las fuentes de registro municipales están subestimando la cantidad de población española en el extranjero, podemos observar a través de la serie de datos desde 2009 que el incremento de españoles en el extranjero se ha debido a la reproducción de los mismos y crear segundas generaciones de españoles nacidos fuera de España. Así que, de acuerdo con González Enríquez (2013) y González-Ferrer (2013), el volumen de población emigrando desde España y nacidos en España no es demasiado grande todavía (véase gráfico 6).
Gráfico 6. Evolución de los españoles residentes en el extranjero por país de nacimiento (2009-2015). Fuente: elaboración propia, PERE, INE España.
Esto significa que la mayoría de población que ha abandonado España era de origen extranjero, con nacionalidad española, y retornaron a sus países de nacimiento, mayormente en Latinoamérica. Pero, si también se observan los flujos de salida de los datos de población desde la Estadística de Variaciones Residenciales, se pueden analizar los porcentajes de salidas de España divididos por lugar de nacimiento. Los porcentajes de datos son más altos para la población nacida en el extranjero desde 2004 (véase tabla 1).
A pesar de que la población extranjera en España no superó el 8% hasta 2005, sus flujos de emigraciones no pararon de crecer hasta 2011, que es cuando comienzan a disminuir estos porcentajes de los emigrantes extranjeros desde España y, al mismo tiempo, comienzan a aumentar las emigraciones de españoles nacidos en España.
Tabla 1. Porcentaje de bajas o flujos de salida por lugar de nacimiento (2002-2014)
2002
71.76%
28.24%
2003
54.31%
45.69%
2004
22.24%
77.76%
2005
25.23%
74.77%
2006
15.01%
84.99%
2007
12.51%
87.49%
2008
12.40%
87.60%
2009
10.54%
89.46%
2010
10.49%
89.51%
2011
13.67%
86.33%
2012
13.70%
86.30%
2013
14.04%
85.96%
2014
14.99%
85.01%
El porcentaje de emigraciones de personas nacidas en países extranjeros fue 28.24% en 2002, aumentando hasta 45.69% el año siguiente y alcanzando el máximo en 2010 con 89.51%. Por otro lado, desde 2011, los emigrantes nacidos en España han incrementado desde 10.49% en 2010 hasta 14.99% en 2014 según los últimos datos. Debido a esas cantidades, es importante diferenciar entre migraciones de retorno y migraciones de no retorno cuando nosotros estamos tratando la materia de emigración. Esta diferencia es definida con respecto a la división de nacimiento (DaVanzo, 1976) y el retorno puede ser definido como la situación por la cual un migrante vuelve a su país después de vivir en otro país durante un periodo de tiempo (Dumont y Spielvogel, 2008).
La mayoría de población en España que está emigrando del país va a países europeos o americanos, de acuerdo a la Estadística de Variaciones Residenciales. Los flujos de salida hacia países europeos como destino migratorio, se han incrementado desde 14.481 personas en 2003 hasta 57.373 en 2013, casi cuatro veces más durante esa década. El crecimiento de flujos de salida es similar para los países americanos como destino migratorio, que empezaron a incrementarse desde 9.070 en 2004 hasta 51.212 en 2013, un crecimiento mayor que los flujos de salida a Europa con cinco veces más en casi 10 años (véase gráfico 7).
Sin embargo, los resultados no son los mismos en el stock de población española residente en el extranjero por continente. En el gráfico 8 se observa cuál ha sido la evolución de Españoles Residentes en el Extranjero desde 2009.
Gráfico 7. Bajas o flujos de salida según continente de destino (2002-2014). Fuente: elaboración propia, EVR, INE España.
La mayoría de población española está viviendo en el continente americano y los españoles allí se han incrementado desde 2009 en 434.032 personas, alcanzando 1.383.626 personas en 2015. También, los españoles en Europa han aumentado en 170.431 personas desde 2009 hasta 2015, así que esto no fue tan rápido como en América (véase gráfico 8). El crecimiento de españoles en América está influenciado por las naturalizaciones de inmigrantes latinoamericanos en España, quienes volvieron a sus países de origen.
Gráfico 8. Población española residente en el extranjero por continente de residencia (2009-2015). Fuente: elaboración propia, PERE, INE España.
Según los datos de 2015, el crecimiento más alto de emigración española ha sido producido hacia países americanos, alcanzando 63.38%. Desde 2009 a 2015, alrededor del 91% (del anterior porcentaje de españoles) residen en países centroamericanos o latinoamericanos.
Seguidamente, los países europeos tienen el 33.48% de población española residente en el extranjero. Sin embargo, el continente asiático ha tenido el 1.39% de población española, seguida por Oceanía (0.91%) y África (0.84%) durante el mismo periodo de tiempo.
Emigraciones y/o retornos hacia América Central o del Sur
La población española residente en el continente americano es considerablemente superior según los datos de stock de población, que proceden del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (INE España). Para los datos de flujos migratorios, es usada la Encuesta de Variaciones Residenciales. Al igual que hemos visto anteriormente, los flujos del continente americano se sitúan en segundo lugar después de Europa.
Si analizamos en profundidad, según los datos de stock de población del PERE, realizando cálculos con respecto al total de población en el continente americano como destino (desde 2009 hasta 2014), más del 60% de los españoles estaban concentrados en Argentina (32.79%), Venezuela (16,29%), México (8.92%) y Brasil (8.23%) durante el periodo señalado.
Con los mismos datos, se calcula el porcentaje promedio de población española en países latinoamericanos sobre el total de población mundial (entre 2009 y 2014) ha sido de 56.13%. En cuanto al promedio de españoles residentes en países latinoamericanos (con respecto a la población mundial), los promedios de los porcentajes para dichos años nos sitúan en Argentina (35.97%), Venezuela (17.87%), Brasil (9.78%) y México (9.02%).
El lugar de nacimiento de una gran parte de la población española residente en países latinoamericanos nació también en esos mismos países. A muchos efectos, esta población puede ser inmigrante con nacionalidad española. Sin embargo, poseemos datos de porcentajes exactos de españoles residentes y nacidos en Latinoamérica y Caribe que pueden verse en las etiquetas del mapa 1. Por tanto, a efectos estadísticos españoles, son nacionales y solo serían considerados inmigrantes en España si poseen otra nacionalidad (latinoamericana, por ejemplo). También serían considerados españoles nacidos en el extranjero.
Simultáneamente, la explicación de la clasificación de la densidad de la población española residente y nacida en cada país se detalla en la leyenda del mapa. Así, Cuba (98.09%), Guatemala (82.69%), México (81.87%) y Chile (80.16%) son los países con una densidad mayor al 80% de españoles nacidos en estos mismos países, acorde a los datos del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE).
Mapa 1. Porcentaje de población española residente y nacida en países de América Central o del Sur (2015)*
*Agradezco a todo el Departamento de Geografía de la Universidade do Minho, especialmente a mi compañera Catarina Pinheiro por sus explicaciones extra-oficiales durante el aprendizaje del uso del programa informático QGIS en la realización de este mapa.
Fuente: elaboración propia en QGIS, PERE, INE España.
En relación a la evolución de la población a lo largo de los años, los españoles que están viviendo en Argentina se ha incrementado bastante desde 2009. Argentina ha recibido 103.735 de españoles más hasta 2014, desde 300.376 registros en 2009 (PERE, INE).
El segundo país latinoamericano con un buen incremento de población española ha sido Cuba, recibiendo 66.266 españoles más desde 2009 y aumentando 108.858 españoles en 2014 (PERE, INE). Este último dato de españoles en Cuba es ligeramente más alto que la población española en México, así que es un fenómeno muy interesante si la tendencia continúa incrementando. Aunque otros países latinoamericanos no han experimentado un incremento tan rápido de población española como el caso de Argentina o Cuba, todos ellos han aumentado la cantidad de españoles en países latinoamericanos durante los últimos años.
Pero los datos de stock de población española son bastante diferentes a las tendencias de flujos de emigración desde España, los cuales están más relacionados con el stock de perfiles de población de inmigración descritos previamente.
Casi 17% de los flujos de migraciones de salida (entre 2002 y 2014) con el continente americano como destino fueron hacia Ecuador y el 14.42% de las emigraciones están yendo a EE.UU. Los siguientes países latinoamericanos de destino son Argentina (10.45%), Colombia (8.81%) y Bolivia (8.04%), según las Estadísticas de Variaciones Residenciales (INE España). Dicha población natural de países latinoamericanos que fue recibida en España durante el boom de la inmigración es la que está retornando a sus países de origen en Latinoamérica. Al ser datos de flujos migratorios, resulta difícil concretar sus nacionalidades.
Los flujos de salida a Ecuador empezaron a incrementarse desde 2007 rápidamente, hasta el punto que los flujos de salida desde España a Ecuador han sobrepasado a EE.UU desde 2010 (véase gráfico 9). En el caso de los ecuatorianos, se percibe una clara relación entre la población que fue inmigrante en España durante los años de expansión económica y los flujos migratorios hacia Ecuador, con una intención de retorno oculta. Es decir, según las estadísticas parece que son los españoles los que emigran, pero en realidad son ecuatorianos que consiguieron nacionalizarse como españoles los que están retornando a Ecuador, su país de origen.
Argentina es el país con más españoles y un destino importante para españoles, sin embargo, la emigración a Colombia se ha convertido en el tercer país más importante como destino, sobrepasando a Argentina desde 2012. Los flujos de emigración están incrementando bastante a Perú, Chile y Venezuela también, especialmente después de 2010 durante la recesión económica y la crisis en España.
Gráfico 9. Bajas o flujos de emigraciones por país de destino en América (2002-2014). Fuente: elaboración propia, EVR, INE.
A pesar de que los datos indican que mayoritariamente son emigraciones con un retorno encubierto, los únicos datos de retorno de los que se disponen son los referidos al Programa de Retorno Voluntario de Inmigrantes desde España (PREVIE). Este programa entró en vigor a mediados de los años de 1990 y, desde 2003, ha sido gestionado en cooperación con la Organización Internacional de Migraciones (OIM). Estas ayudas económicas, para que puedan retornar a sus países de origen, están destinadas a inmigrantes extracomunitarios con falta de recursos siguiendo las bases de los Servicios Sociales (véase tabla 2).
Con el comienzo de la recesión, el PREVIE tomó una mayor importancia debido al aumento del desempleo en la población extranjera, la disminución de oportunidades laborales y la acumulación de deudas de este colectivo.
La tendencia de retornos aumenta y presenta tres picos de crecimiento, que deben resaltarse, en los años 2004, 2006 y 2008, que coinciden con las nuevas políticas de inmigración y la crisis económica (Larramona, 2013).
Según los últimos datos del Programa de Retorno Voluntario llevado a cabo por la Secretaría General de Inmigración y Emigración, se puede analizar que alrededor de 90% de las personas beneficiarias de este programa proceden de países latinoamericanos a los que necesitan retornar.
Tabla 2. Retorno voluntario de Atención Social. Número de personas beneficiarias según países de retorno y anualidades (2009-2014). Fuente: Secretaria General de Inmigración y Emigración.
Bolivia es el país con mayores solicitudes admitidas para retornar, seguido de Argentina, Brasil, Ecuador y Paraguay. Durante el último año destaca el crecimiento de beneficiarios para retornar a Paraguay, junto con el descenso compartido para los países con mayor número de retornos a Bolivia, Ecuador, Brasil o Argentina.
Emigraciones desde España hacia otros países fuera del continente americano
Las emigraciones desde España por causas económicas se confirman puesto que existe una elevada correlación entre las migraciones y las tasas de desempleo (Sanchis, 2015).
Europa es el segundo continente, después del continente americano, donde se concentran los españoles en el extranjero. Entre el 30 y el 40% de la población española que reside en Europa durante los últimos años ha estado localizada en Francia (30.60%), Alemania (17.83%), Suiza (14.64%), Reino Unido (12.49%) y Bélgica (7.68%), como se puede observar en el gráfico 10.
Al igual que en los países latinoamericanos, todas las tendencias migratorias se han incrementado desde 2009. Francia ha aumentado el stock de la población española desde 2009 con 43.958 personas más, alcanzando un total de 223.636 personas residentes en 2015. Aunque Alemania es el segundo país con más españoles residentes en el extranjero, Reino Unido es el segundo país con más incremento de españoles desde 2009. Es decir, hay 33.546 personas españolas más en Reino Unido, siendo así un total de 91.316 españoles en Reino Unido según los últimos datos.
La presencia de inmigrantes latinoamericanos o desde otras fuentes de datos (mayormente marroquís) son quienes han obtenido la nacionalidad española. El Espacio Schengen, que permite la movilidad por Europa entre los países miembros que lo pactaron, facilita una siguiente migración de los iniciales inmigrantes extranjeros en España que consiguen naturalizarse. La obtención de la ciudadanía española por los latinoamericanos, les abre oportunidades de movilidad hacia países centrales de la Unión Europea. En este sentido, se puede apreciar dos tipos de flujos de españoles en países europeos a partir de la crisis: españoles de nacimiento y españoles por naturalización, donde se encuentran en su mayoría los latinoamericanos. Éstos últimos son los queforman el grupo de migrantes a Europa u otros países que más ha incrementado después de la crisis, 83% (nota 5) (González Enríquez, 2013).
La crisis económica global y los consecuentes niveles de desempleo en España están teniendo un impacto en la migración secundaria a Londres, donde se concentra más de la mitad de la inmigración extranjera en Reino Unido. Los latinoamericanos que están llegando a Reino Unido habían migrado primero a España y, en menor medida, de otros países europeos tales como Italia y Portugal (McIlwaine, 2011).
Gráfico 10. Porcentaje de población española en el extranjero por países en Europa (2015). Fuente: elaboración propia, PERE, INE.
Además, Reino Unido se ha convertido en el primer país de destino desde 2009, con 5.339 bajas en los registros estadísticos y administrativos de España, hasta 11.265 bajas en 2013 desde España (ver gráfico 11).
Durante los dos años anteriores a 2009, Rumanía fue el primer destino desde España y parece lógico porque ha sido uno de los grupos mayoritarios de inmigrantes viviendo en España desde los países europeos, seguido del colectivo británico en España.
De lo anterior, Francia y Alemania son los países con más españoles registrados viviendo en esos países europeos. Ambos países están siguiendo la misma tendencia y, desde 2004, son el segundo y tercer destino para la población desde España (excepto el periodo 2005-2010 encabezado por Rumanía). Incluso, debe señalarse que Bélgica está incrementando bastante los flujos de población española desde 2009 y que Alemania se ha convertido en el segundo destino desde 2012.
Gráfico 11. Bajas o flujos de emigración por país de destino en Europa (2002-2014). Fuente: elaboración propia, EVR, INE.
También podemos encontrar población con nacionalidad española en otros continentes del mundo, pero el porcentaje de población durante los últimos años es muy bajo: Asia (1.34%), Oceanía (0.93%) y África (0.84%).
En el continente asiático, las mayores cantidades de población están en China, Filipinas, Israel, Emiratos Árabes, Japón, Turquía y Jordania, por orden decreciente. En el continente africano, Marruecos, Sudáfrica y Guinea Ecuatorial tienen la mayor población española en números absolutos. Y en el continente de Oceanía, casi toda la población española está en Australia o Nueva Zelanda.
Aunque los números absolutos para la población española registrada en los continentes de Asia, África y Oceanía no son muy numerosos, podemos apuntar que Australia, Marruecos, China Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Filipinas son los países que más incremento de españoles experimentaron desde 2009.
Generalmente, España ha sido un país de emigraciones. Sin embargo, durante la primera década del siglo XXI tuvo la mayor recepción de inmigración de su historia. Casi la mitad de extranjeros provenían de otros países europeos. Otra parte de la población extranjera, alrededor de 20%, tenía como origen países de América Central y del Sur, seguida del colectivo africano.
La inmigración latinoamericana recibida durante el boom inmigratorio de España provenía de Ecuador, Colombia, Bolivia y Argentina. En cuanto a la inmigración procedente de América Central y El Caribe, la mayoritaria era de República Dominicana, Cuba y Honduras.
Con el comienzo de la recesión económica en España, la inmigración procedente de América del Sur comenzó a descender a partir del año 2008-2009, lo que provocó el principio de un saldo migratorio negativo a partir del año 2010.
Durante estos años de recesión y crisis económica, más de 85% de los flujos migratorios de salida son de personas nacidas en el extranjero, lo que hace plantearse si los españoles nativos están emigrando. Es aquí donde se percibe la principal limitación de los datos de migraciones en las fuentes utilizadas: la subestimación de las cifras de migraciones.
En cuanto a los flujos emigratorios de salida hacia el continente americano, a excepción de las emigraciones a EEUU, los países que fueron origen de las migraciones se convierten en el destino de las salidas migratorias de España. Es decir, la población que sale a Ecuador, Argentina, Colombia y Bolivia tiene un alto porcentaje de probabilidades de ser originaria de allí. Esto quiere decir, que la hipótesis planteada inicialmente se confirma, existiendo así una relación entre la población latinoamericana que fue inmigrante en España con la que ahora provoca un saldo migratorio negativo en la balanza. Además, el Programa de Retorno Voluntario se destinó mayoritariamente a personas de Bolivia, seguido de Argentina, Brasil y Ecuador en los últimos años.
Como es sabido, las personas migrantes tienen una mayor volatilidad en las migraciones. Por lo tanto, los flujos de salida no sólo han tenido emigraciones de retorno a países latinoamericanos y caribeños, sino que estas personas (junto con los emigrantes españoles nativos) han creado nuevas emigraciones desde España. Según los datos de la Encuesta de Variaciones Residenciales, los principales destinos europeos fueron Reino Unido, Alemania, Francia y Rumanía en los últimos años.
Finalmente recordar que este estudio tiene las limitaciones propias de las fuentes de datos oficiales. Debe ser entendido según los datos de flujos, teniendo en cuenta diversas fuentes, pero sin dejar de fijarse en la acumulación de stock poblacional en los países destino. Considero recomendable que se realicen futuras investigaciones más centradas en algún país latinoamericano para contrastar los datos mostrados con las fuentes oficiales de inmigración en los países de destino, embajadas, consulados, servicios de frontera, extranjería u otras fuentes oficiales de las que se pudiera conseguir información algo más precisa.
1. Arango Vila-Belda, Joaquín, (2012), “Del boom a la crisis: la inmigración en España de la primera década del siglo XXI” en Crisis e inmigración: reflexiones interdisciplinares sobre la inmigración en España. Tirant lo Blanch, págs. 23–54.
2. Arango Villa-Belda, Joaquín, (1985) “Las Leyes de las Migraciones de E. G. Ravenstein, cien años después”. Reis: Revista española de investigaciones sociológicas. Vol. 32, págs. 7–26.
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1. Destaca el papel de las organizaciones voluntarias y de las instituciones privadas en el mantenimiento de los flujos migratorios
2. Afirma que las nuevas relaciones sociales y familiares del inmigrante en el país de destino determinan su decisión de retornar a su país de origen o no.
3. Incorpora seis factores socioeconómicos que se ven alterados por las migraciones: distribución de la renta, de la tierra, del capital humano, la organización de la agricultura, la cultura y el significado social del trabajo (Massey, 1990)
4. Sin embargo, de acuerdo con la EVR, el balance migratorio empezó a decrecer desde 2008, y se tornó negativo a partir de 2012.
5. Porcentaje del crecimiento de españoles en otros países europeos (2009-2013), nacidos en otro pais diferente a España y al país de residencia (Segunda Generación de emigrantes).
25 de abril de 2017.
28 de junio de 2017.
Revista Diarios del Terruño. Reflexiones sobre Migración y Movilidad
No. 4 / julio-diciembre 2017
2448-6876
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa
Migración y (sub) desarrollo: una aproximación teórico-estructuralista
Migration and (under) development: A theoretical-structuralist approximation
Jorge Antonio Morales Cardiel
Maestro en Desarrollo Local y Territorio por la Universidad de Guadalajara. Actualmente es Doctorando en Estudios del Desarrollo en la Universidad Autónoma de Zacatecas, miembro de la Red de Estudiantes de Migraciones Internacionales (REMI). Líneas de investigación: Migración indocumentada, políticas públicas hacia la migración, migración y desarrollo, sociología de las migraciones.
jorgemcardiel@gmail.com
El libre movimiento internacional de la mano de obra del trabajador migrante debería ser la lógica respuesta al cuadro de retracción del mercado de trabajo en un mundo cada vez más globalizado y desigual. Sin embargo, en la práctica no existe ninguna armonización teórica dentro del campo de las migraciones, y en la realidad lo que existe son restricciones políticas cada vez más marcadas por las naciones desarrolladas. El intento que se encuentra en las siguientes páginas está encaminado a comprender otra parte de la migración indocumentada desde un punto de vista instrumental, pero dentro de la ineludible perspectiva del desarrollo económico, mediante una hipótesis que va en dirección contraria y que apunta hacia una noción más bien de subdesarrollo de las diásporas migrantes.
The free international movement of the labour force of the migrant worker should be the logical answer to the changes in the job market of a world becoming more globalized and unequal. However, there is no theoretical harmonization within the field of migrations; and, in reality what does exist are every time more increasing political restrictions set by developed countries. The attempt made in the following pages is directed to understand another side of undocumented migration from an instrumental point view, but within the unavoidable perspective of economic development, through a hypothesis that goes in the opposite direction and points towards the notion of the underdevelopment of the migrant diasporas.
migración indocumentada, subdesarrollo, sistemas migratorios, neo-estructuralismo.
undocumented migration, under development, migration systems, neo-structuralism.
En el presente ensayo no existió ninguna limitante hacia la marcada asociación tradicional entre migración y desarrollo, por lo cual podemos considerar que es un análisis post: desarrollista e instrumentalista, no obstante que migración y desarrollo es una relación que ha sido ampliamente abordada alrededor del mundo desde un enfoque económico clásico. El abordaje teórico y metodológico estuvo siempre inspirado por otras propuestas alternativas, como la de los sistemas migratorios comparados, que bien puede ser considerada como otra “alternativa al desarrollo”. Que por consecuencia aleje ese binomio que está detrás de las políticas públicas de los gobiernos y de los proyectos asistencialistas de organismos nacionales e internaciones, por ejemplo el Instituto Nacional de Migración (INM) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que solo siguen enmarcando la migración con el desarrollo sin considerar de primera mano aspectos relevantes del fenómeno migratorio que pueden ayudar a una mayor instrumentalización como lo es el lugar, la territorialidad y la temporalidad para cada ciclo migratorio, y las características sociológicas y antropológicas de los propios migrantes. Tipologías que en lo sucesivo se pretenden analizar.
Para alcanzar el objetivo del artículo, éste se encuentra dividido en tres partes, seguido de esta introducción; la primera consiste en un marco referencial, elaborado mediante una argumentación en tiempo pasado –pre-crisis– debido a la irrupción implacable de la crisis financiera del 2008. Se trata de una síntesis que para esos momentos de principios de siglo discurría entre las dos corrientes que abordaban la migración y el desarrollo: la pesimista y la optimista: la primera, de parte de organismos internacionales que confiaban plenamente en que las remesas eran un valioso e imprescindible instrumento de desarrollo comunitario, y los segundos, pesimistas académicos, que consideraban desde la perspectiva del desarrollo local que la migración más allá de generar desarrollo en las comunidades de origen se trataba de un proceso de despojo y desestabilización de dichas comunidades.
Estas posturas, sufrieron un giro importante en cuanto a la perspectiva misma del desarrollo, es decir, mucho tenían de optimistas algunos pesimistas y viceversa. De cualquier forma, este apartado representa un preámbulo hacia la instrumentalización de las migraciones internacionales bajo otra perspectiva que nos acerca a nuestro objetivo principal: la construcción de una argumentación teórico-marxista de las migraciones internacionales, indocumentadas, no calificadas y de carácter forzado, presentes en la mayoría de los sistemas migratorios actuales. Que se encamina en todo caso a un desarrollo, sí, pero para las comunidades de destino por la superexplotación de la fuerza de trabajo.
La segunda parte del artículo consiste en seguir representando una secuencia, “post-desarrollista”, que se dirige hacia la perspectiva estructural de las migraciones internacionales mediante la introducción del concepto de “sistema migratorio”, significativo en nuestro caso, ya que es otro intento que nos sigue alejando de la simple incorporación del análisis económico coyuntural que supuestamente está detrás de las migraciones. Se trata más bien de un esfuerzo por clasificar a los países que se localizan dentro de cualquier sistema migratorio; ya sean de origen, tránsito o destino. Es parte de la propuesta del sistema migratorio el considerar que cada una de estas naciones representa dentro de la argumentación estructuralista de tipo marxista un papel dentro de la nueva división internacional de trabajo.
Por último, se concluye con el análisis teórico marxista de las migraciones internacionales, enfocada en su segmento regional latinoamericano, en donde se puede encontrar además de la hipótesis que se traza en este trabajo, la principal propuesta sobre la relación post-crisis de la migración y el subdesarrollo. La estructura de este artículo precisaba de un marco referencial, en donde los conceptos que se presentan tienen que estar relacionados con la propuesta de abordar a las migraciones desde la teoría del desarrollo estructural de tipo marxista, ya que consideramos que en la actualidad esta corriente se ajusta con los nuevos paradigmas que se empiezan a construir en torno a las migraciones indocumentadas, que mucho tienen de forzadas por la superexplotación de su fuerza de trabajo en los lugares de destino.
Migración y (sub) desarrollo
Algunos organismos internacionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM), han llegado a plantear que la migración internacional y las remesas pueden actuar como palanca para el desarrollo –según el primero-, y que la migración internacional y las remesas pueden ser herramienta eficaz en el combate contra la pobreza, y que la migración bien administrada puede llevar al desarrollo local y regional –según el segundo. Lo cierto es que la migración internacional y las remesas no pueden compensar o remediar los impactos negativos del modelo económico vigente a nivel mundial (García, 2005).
Respecto al tema de migración y desarrollo en los países de origen de la migración, existen dos visiones opuestas: una pesimista respecto al impacto que tiene el uso de las remesas, que considera que éstas son usadas predominantemente para satisfacer necesidades básicas como alimento, vestido, educación, salud, donde solo una pequeña parte se puede emplear en proyectos productivos, razón por la cual no hay garantías de que la migración internacional y las remesas impulsen el desarrollo en las regiones de origen (Papademetriu y Martin, 1991, García, 2005). La otra vertiente asumía otra posición más optimista, que resalta los impactos económicos y sociales de las remesas colectivas y de los ahorros de los migrantes en proyectos productivos e inversión en capital humano, al financiar los gastos de educación y salud.
Los autores optimistas tenían esperanzas en la migración en aspectos del desarrollo porque veían al flujo creciente de migrantes internacionales y de remesas no sólo cómo un mecanismo transnacional de manutención de las familias en las comunidades de origen, sino además, como una potencial palanca para el desarrollo económico regional y un instrumento de estabilidad macroeconómica y social en varios países, sobre todo, las naciones subdesarrolladas expulsoras de mano de obra.
Esto residía por la experiencia de algunos proyectos con remesas colectivas, que tenían más de un aspecto sugerente al considerar que podían convertirse en un mecanismo complementario de la acción pública y de las organizaciones sociales, una perspectiva que parecía encaminarse hacia la descentralización de las políticas estatales. Como es el caso de El Salvador en los pueblos costeros de Chirilagua e Intipuca, así como en Ecuador en la ciudad de Cuenca, para el diseño de opciones similares que buscaran capitalizar e instrumentalizar el aporte de las organizaciones migrantes para la producción de las obras de infraestructura. En México la experiencia en el estado de Zacatecas con el programa 1x1, que después ascendería a 2x1 hasta llegar al Programa 3x1, sirvió como referente para otras entidades de México de la misma región tradicional de emigración como Michoacán, Jalisco y Guanajuato. Incluso para otros países, (García, 2005).
Esta capitalización de las remesas tenía como origen iniciativas locales, que habían sido consideradas como productivas y que podían florecer desde el ámbito de la migración desde una perspectiva transnacional entre las comunidades de migrantes, de origen y destino, tal como lo planteaba los lineamientos del Programa 3x1 para Migrantes. Este programa trató de incursionar proyectos de tipo productivos para seguir dotando a las comunidades de origen con proyectos de infraestructura básica y en muy pocas ocasiones con proyectos productivos empresariales de pequeñas y medianas empresas. Todo esto a través de la supuesta panacea que en su momento eran las remesas colectivas de los migrantes.
Múltiples estudios binacionales sobre migración internacional de México a Estados Unidos coincidían en señalar que desde hace aproximadamente dos décadas, ese flujo de migración a pesar de las restricciones seguiría creciendo, y con ello lo harían las remesas. Se decía que esto seguiría pasando mientras no se consolidara el nuevo patrón migratorio de emigración definitiva con la reunificación familiar de los migrantes, con lo cual la cantidad de transferencias se reducirían significativamente (García, 2005). Sin embargo, más allá de la preocupación de que se cerrara el ciclo de las migraciones con dicha reunificación familiar y que se intensificaran las políticas de restricción de fronteras, lo que irrumpió contundentemente fueron los efectos de la crisis financiera al reventarse la burbuja inmobiliaria del año 2008. La cual, como era de esperarse tenía que impactar en la concepción optimista. Ahora, tanto la versión optimista del desarrollo que tenía a la migración y las remesas en el centro, como las políticas públicas de los países de origen de las migraciones, tuvieron que reorientar el camino y las ideas, así como el discurso.
Se aceptaba desde antes de la crisis, que las remesas no eran la panacea para el desarrollo local o regional, quedando de manifiesto en muchos estudios, como lo muestra el estado de Zacatecas inclusive desde antes de que se reprodujera el Programa 3x1 para Migrantes a nivel nacional. En otras palabras, la corriente del pensamiento pesimista reconocía ampliamente que la falta de desarrollo no se resolvía con emigración, lo que apuntaba a no descuidar las políticas de desarrollo y empleo, así como el fenómeno de la inversión, sea estatal o privada (García, 2010).
Subiendo de escala geográfica, desde el ámbito latinoamericano, para la CELADE (División de Población de la CEPAL), existían espacios para identificar buenas prácticas de la migración y el desarrollo, ya que los gobiernos conservadores de los países de la región habían mostrado un vivo interés en apoyar y fortalecer las iniciativas que buscaban reducir los costos de transferencia, enfocado hacia la orientación de recursos en un uso productivo de las remesas y en encontrar mejores prácticas para que contribuyeran al alivio de la pobreza en las familias receptoras y, en general, a la elevación del bienestar (Ratha, 2003, García, 2010). Se podría considerar esto como un yerro de la CEPAL desde la visión pesimista, no obstante, el carácter estructuralista y económico que justifica esta perspectiva de la CELADE.
Por todo lo anterior, había en la región latina gobiernos, además del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y, en especial el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que abogaban por la necesidad de reorientar las remesas hacia la creación de pequeñas y medianas empresas en los países de origen, sobre la base de algunas experiencias bien conocidas, llevadas a cabo en algunos países de la región, sobre todo El Salvador y México, en donde antes de la crisis de 2008 se aceptaba la idea de que las interrelaciones entre las remesas y el desarrollo podrían representar una área de potencialidades por descubrir (García, 2010).
En este sentido Delgado y Knerr (2005), abundaban a la corriente optimista –como varios autores lo harían para después pasar al lado pesimista-, señalando que ante la emergencia y fortalecimiento de los circuitos migratorios y sobre todo con el avance de las organizaciones de migrantes –clubes y federaciones-, se abriría la posibilidad de modificar los impactos negativos del fenómeno aprovechando los recursos materiales y humanos. Involucrados en la formación de comunidades transnacionales para impulsar estrategias de desarrollo local y regional. Esto se consolidaría a través de la disponibilidad del capital social acumulado por la comunidad migrante y su empoderamiento binacional, el uso social y productivo de las remesas, el crecimiento y desdoblamiento institucional de las organizaciones de migrantes que supuestamente abrirían todo un campo de posibilidades para impulsar iniciativas de desarrollo comunitario y regional.
Es cierto que en las décadas anteriores a la crisis, el crecimiento de la población, por ejemplo, de los migrantes mexicanos a Estados Unidos, así como la expansión de los servicios y empresas dedicadas al negocio de las transferencias de fondos iban en aumento, contribuyendo considerablemente al incremento de flujos de remesas hacia México. Pero también era cierto que crecía el interés de muchos actores gubernamentales por obtener una tajada económica o política de esas millonarias cifras de fondos provenientes del exterior. Aunque históricamente las remesas constituyeron el vínculo más tangible entre la migración internacional y el desarrollo de los países de origen; en el terreno de las políticas públicas era preciso pensar en programas que fueran más allá de las remesas, pues a pesar del fuerte impacto de estos recursos, no existía suficiente evidencia que probara que eran una maquinaria contra la pobreza en los países de origen de los migrantes (Lozano, 2005).
Esta argumentación “pre-crisis” tenía un sustento desde la lógica territorial microeconómica de los actores locales a través de la experiencia transnacional migrante, que desde la práctica del desarrollo fue analizada fundamentalmente como un proceso de cambio, que incluía el crecimiento económico, y sobre todo, una mejor distribución de la riqueza, es decir, del excedente, referido principalmente en la transformación de la relación entre personas, grupos y clases, que incrementarían la participación, la iniciativa y la igualdad. Era tan elevado el discurso de las remesas que el desarrollo llegó a ser visto como un proceso de aprendizaje colectivo que implicaría un cambio en la perspectiva de los actores locales, que experimentarían una creciente capacidad de trascender más allá de sus fronteras. Esta participación estaba inscrita según algunos teóricos “ultra optimistas” (Delgado y Knerr, 2005, García, 2005, Valenzuela, B. 2007) dentro de la perspectiva de la gobernanza local, lo cual estuvo lejos de ser una realidad ya que la nueva crisis del capitalismo global fue más que contundente al impactar negativamente en este desarrollo de fuerzas.
Ahora bien, tratando de entender aún más ese optimismo a ultranza; para que hubiera existido una sociedad transnacional interesada en la participación social con vistas a alcanzar cierto desarrollo, tendría que haber riqueza; riqueza generada por los mismos actores binacionales sobre la cual ellos más que nadie ejercían un control decisivo. En estos casos se supondría que los grupos locales binacionales eran tendientes a definir sus posiciones en función de su influencia sobre la utilización de ese excedente, constituyendo así una jerarquía social regulada por la mayor o menor capacidad de los miembros de influir en la toma de decisiones (Arocena, 2002).
Lo cierto es que el fenómeno migratorio tenía en su haber realidades más que sugerentes para plantear distintos procesos de desarrollo local. En el caso específico de México, con relación a la participación de las aproximadamente 700 organizaciones de migrantes mexicanos en Estados Unidos que se dedicaban a financiar cientos de proyectos de infraestructura básica en sus comunidades de origen. Así, en tanto actor colectivo –organizado y comprometido con sus comunidades-, el migrante podía convertirse, en un aliado estratégico para el desarrollo regional y local del país, si cumplían, según García (2005), dos condiciones: que existieran políticas públicas comprometidas con esos objetivos, y que en las comunidades de origen migrantes se promovieran procesos permanentes de organización y capacitación que les permita acceder al desarrollo integral de ambos lugares.
Por ejemplo, Imas (2004), contribuía a este discernimiento, cuando sugería que en relación a las comunidades de migrantes organizados en los Estados Unidos y su inserción como actores del desarrollo local, habría un impacto político de estas organizaciones en sus comunidades de origen y en diversas instituciones del país si era causado por: a) el tamaño de la población emigrada; b) la política del Estado mexicano hacia sus emigrados; c) la relación México-Estados Unidos; d) el poder económico de esa población; y e) el arraigo cultural de los emigrados.
Estas organizaciones giraban alrededor de dos principios fundamentales y generales: el primero consistía en la promoción de un sentido de comunidad entre los paisanos de un mismo pueblo o región, lo que permitía la constante consolidación de las propias redes de migrantes entre su lugar de origen en México y las nuevas comunidades en Estados Unidos, un principio simbólico y cultural en el argumento marxista que se propone. El segundo propósito consistía en la provisión de recursos para sus comunidades de origen, para lo cual realizaban actividades diversas con el fin de recaudar fondos (Escala Rabadán, 2004). Este punto ilustra aún más la conexión entre comunidades de ambos lados de la frontera y su inserción en el desarrollo local de las comunidades de origen, sentido que sigue vigente, pero no de la forma económica tradicional en que se entendía la instrumentalización de la migración y desarrollo, ahora el escenario y el contexto es distinto.
Este mismo autor, haciendo hincapié sobre la creciente importancia de los clubes y federaciones de migrantes mexicanos, refería que a la par de la puesta en marcha de nuevas políticas de atención migratoria, éstas habían conducido al Gobierno Mexicano a implementar diferentes programas para facilitar la relación entre las comunidades de ambos lados de la frontera –entiéndase Programa 3x1-, al igual que la optimización de recursos materiales y financieros provistos por dichos grupos. Estos programas no solamente habían sido de utilidad para que los migrantes organizados canalizaran recursos hacia sus lugares de origen, sino que también constituían una estructura horizontal a través de la cual las asociaciones de migrantes podían interactuar con los gobiernos locales, estatales y federal de México (Escala Rabadán, 2004).
En relación a los gobiernos locales se tenía algo importante contemplado, ya que era trascendental tener presente que el fenómeno migratorio en México es en principio un asunto de competencia federal, sin embargo, dado que la migración adquirió en el país una marcada importancia demográfica, económica, política, social e inclusive cultural, los gobiernos locales se habían involucrado de forma más directa en dicha realidad. En este sentido cabe afirmar que tal vez las primeras políticas públicas hacia la migración elaborada desde las mismas entidades federativas hayan sido las que buscaron el desarrollo local (Valenzuela, 2007).
La migración involucraba por lo tanto, aspectos de políticas públicas que rebasaban la capacidad gubernamental a nivel federal en México para brindar atención especializada a las diferentes situaciones desencadenadas por este proceso a nivel local, lo que en teoría haría cada vez más importante el papel que desempeñaban los municipios y los estados. Para esos años anteriores a 2008 los estados habían implementado una serie de políticas migratorias y programas públicos de atención al migrante independientes del gobierno federal, que buscaban disminuir los efectos negativos de la migración a nivel local, todo quedó desafortunadamente en buenas intenciones y en argumentaciones optimistas.
Con todo lo anterior, tenemos que las principales acciones y políticas hacia la migración desde la perspectiva del desarrollo local en México, tuvieron una excesiva confianza en la aplicación de programas tales como el Programa 3x1 para Migrantes. Sin embargo, en la medida en que el fenómeno organizativo y económico de los migrantes probó que su relevancia no se circunscribía al ámbito del desarrollo local, la participación de los gobiernos y la propia academia, teóricamente hablando, empezaron a virar. Aceptando la aplicación de nuevas políticas y visiones, lo que ha llevado a una incipiente diversificación de las políticas locales hacia la migración, que sin embargo tiene que afrontar esta emergencia en un nuevo contexto post-crisis.
Sistemas migratorios: una aproximación neo-estructuralista post-crisis de las migraciones indocumentadas
Para definir la propuesta de sistema migratorio, (nota 1) es necesario partir de la comprensión de que la mayoría de las migraciones responden a la desigual distribución espacial del capital y trabajo. Asumiendo como el origen las disparidades entre los niveles salariales de los países que intervienen –origen, tránsito y destino-, reflejado en los niveles de ingreso y bienestar (Arango, 2003). Esta afirmación se vale del pensamiento más clásico de las migraciones, que podemos establecer una crítica en la actualidad de arcaico, ya que como dice Arango, es visto así por quienes ven los procesos y fenómenos sociales en términos de conflicto y no de equilibrio. No obstante es un primer paso para explicar esta coyuntura entre migración y (sub)desarrollo. Pero sobre todo podemos criticar esta corriente del pensamiento porque considera a todos los flujos de migrantes indiscriminadamente y a todas las sociedades implicadas como si fueran homogéneas, cuando no lo son.
La argumentación y propuesta del sistema migratorio que aquí se plantea se encuentra relacionada con las diferentes teorías migratorias, clásicas y post-desarrollistas que sobresalen en la actualidad. Es decir, se trata de una perspectiva que busca combinar el aspecto micro, que trata de la decisión individual de migrar considerando la diversidad del inmigrante, sus motivaciones para trasladarse desde su lugar de origen y sus efectos en el lugar de tránsito y destino; desde las determinantes estructurales clásicas de un nuevo orden económico hasta la nueva división del trabajo internacional y la superexplotación del trabajador.
El enfoque en este ensayo traza una intervención con ambos enfoques teóricos; clásicos y post-clásicos, estructurales y neo-estructurales que no dejan de estar compuestos en la realidad por un núcleo de países desarrollados y una periferia de países en vías de desarrollo, vinculados por relaciones asimétricas de producción. Como menciona Arango, “supeditados al desarrollo económico con oferta limitada” (Arango, 2003: 5), que presentan diferentes grados de desarrollo entre las mismas naciones, pero a fin de cuentas insertos en economías en desarrollo (Lewis, 1954, en Arango, 2003). Que en segmento del denominado triángulo de Centroamérica con el resto de los países de Norteamérica es más que evidente que en el resto del continente latinoamericano.
En estos sistemas que tienen en la base lo económico por la acumulación o despojo del capital en los distintos espacios geográficos por donde lograra emerger el sistema migratorio, está presente, junto con la división del trabajo y la superexplotación, el intercambio de bienes y el flujo de capital del mismo trabajo. Mismo que ha evolucionado hasta exhibir una de las principales características de estos sistemas migratorios transnacionales en la actualidad: la circulación de trabajadores, aún sea de forma forzada bajo el rasero indocumentado, o de carácter calificado pero supeditado a las normas y reglamentación migratoria del país de destino; en donde la libertad de movimiento es la excepción y su restricción es la norma (Arango, 2003).
Si nos damos a la tarea de examinar las transformaciones de los sistemas migratorios, vemos que estos sistemas se pueden explicar a través de las inflexiones de las políticas migratorias. Esto se debe a que la política migratoria constituye un sub-sistema de cualquier sistema migratorio, pues incluye las acciones de los gobiernos centrales y locales, de origen, tránsito o destino, que reflejan el contenido político que posee el sistema, que determina en gran medida los componentes esenciales de la dinámica del mismo, aun cuando la frontera entre sistema y política migratoria sea imprecisa en sí, sin estar muy seguros tampoco cuál determina a cuál. Lo que sí podemos afirmar es que las políticas migratorias son parte de los sistemas migratorios y no al contrario.
La argumentación anterior trae a colación la presencia de las políticas de control restrictivo fronterizo aplicadas en varios sistemas migratorios por parte de cualquier país desarrollado de tránsito y destino con sus subsecuentes resultados en la práctica de violación de derechos humanos. Un aspecto incluyente que no puede en la actualidad dejar de analizarse dentro de los sistemas migratorios, independientemente de que los Derechos Humanos sean o no un instrumento más neocolonial de perpetuación del capitalismo. Izquierdo y Cornelius (2012), llaman “políticas de control” a las practicas que regularizan el volumen y naturaleza de los flujos en su doble dirección, sin descartar de la misma forma los derechos de integración.
Dirimiendo en la contemporaneidad de las migraciones internacionales, en específico en las migraciones laborales de carácter indocumentado, tenemos que empezar por comprender que estas se han recrudecido en un marco de crisis constantes del capital financiero. Definitivamente existen más elementos para preocuparse por la existencia de la teoría de la crisis, como expone acertadamente Michael Roberts, a la vez que como este mismo autor plantea, es necesario invertir aún más tiempo en reflexionar sobre las ideas marxistas desde diferentes perspectivas. Porque efectivamente “una buena teoría conduce a una mejor practica” (Roberts, 2016: 2).
Tomando en consideración este argumento de Roberts, la conducción a una mejor práctica en donde la propuesta teórica es central, ya que tratándose de un ajuste a los hechos migratorios transnacionales desde la comprensión de la teoría general de la acumulación marxista, que corresponde a la explotación y pauperización de las llamadas sociedades atrasadas, que automáticamente nos mueve al campo del desarrollo desigual. Resulta un hecho específico y contundente para el sistema migratorio a tratar, el sistema migratorio de Norteamérica, en conjunto con el triángulo de Centroamérica como origen, y a México como tránsito y destino, pero fundamentalmente a Estados Unidos como principal destino.
Otro marco apropiado para aterrizar tomando en cuenta el análisis regional de los países involucrados, es el estudio de Jaime Osorio (2004), al igual un teórico con amplia formación marxista, señala que para el subdesarrollo latinoamericano se ha acostumbrado a presentarlo a simple vista como atrasado e insuficientemente capitalista, esto frente a otras formas y modalidades que asumió el capitalismo en los llamados países centrales. Osorio, desde una postura estructuralista se refiere en realidad a un desarrollo insuficiente de las relaciones capitalistas. Una noción predeterminante de aquellos aspectos de una realidad que por su estructura global y su funcionamiento no podrá nunca desarrollarse de la misma forma como se han desarrollado las economías capitalistas llamadas avanzadas. Estamos ante un “precapitalismo”, cuando no un capitalismo sui generis como bien argumentaba décadas atrás Ruy Mauro Marini (1991), en relación al marxismo endógeno de la región.
Bajo esta perspectiva del capitalismo sui generis en cualquier contexto de desigualdades asimétricas, es de donde mejor podemos contextualizar el análisis del fenómeno de las migraciones internacionales, que por su carácter forzado, y muy importante señalar, dentro del marco jurídico denominadas como “indocumentadas”, que esta categoría impuesta por los gobiernos de las naciones de destino que constituyen meramente un marco normativo al momento de cruzar las fronteras. Para Izquierdo y Cornelius (2012), esta ilegalidad no forma parte de la naturaleza migratoria, mencionan que no es una característica de la propia movilidad, sino el resultado de su tratamiento. Cabe resaltar a la vez, ya que es fundamental, que este tipo de migraciones son las más expuestas a la superexplotación del trabajo dentro de la reproducción capitalista.
Si bien es cierto, como mencionaba Marini en “La dialéctica de la dependencia” de principios de los noventa que América latina desempeñaba un papel significativo en el aumento de la plusvalía relativa de los países industriales, habrá que seguir sustentando y rastreando esa tesis para los estudios de las migraciones internacionales con base en el trabajo. Con Marx, en el Tomo I de El Capital (1967), podemos encontrar un primer momento cuando expresaba que la aceleración de la acumulación mediante un desarrollo superior de la capacidad productiva del trabajo, se aceleraba o incrementaba a través de una mayor explotación del trabajador.
Marini, fue claro en ese sentido, cuando menciona que la producción capitalista no suprimía la fuerza de trabajo sino que más bien la acentuaba, elevando la intensidad del mismo trabajo para aumentar la masa de valor y la plusvalía producidas (Marini, 1991). Siguiendo con el análisis estructuralista de la explotación del trabajo, Marini, llama como “marginalidad social” al modo en que se entrelazan las economías dependientes en cuanto a la misma productividad del trabajo, que hace que la productividad continúe, una marginalidad social que adquirió su plena expresión en los países latinoamericanos al desarrollarse en estos la economía industrial. Una suerte de condena a la movilidad territorial del trabajador que se veía desplazado de sus medios de producción y de su capacidad productiva en aras del desarrollo industrial periférico.
Para Marini la participación de América Latina en el mercado mundial contribuiría a que el eje de la acumulación en la economía industrial se desplazara hacia la (re)producción de plusvalía absoluta a la de plusvalía relativa, esto refiere a que la acumulación pasara de depender más del aumento de la capacidad productiva del trabajo a la explotación misma del trabajador (Marini, 1991: 7). No hace falta resaltar la trascendencia de estas líneas hacia la importancia que tiene el trabajador inmigrante en un contexto de superexplotación, una vez que ha sido expulsado tanto de sus medios de producción como su capacidad productiva en su lugar de origen, de su territorialidad y de su “arraigo material”.
De Latinoamérica, existen posiciones que atribuyen el atraso del capitalismo a los resabios feudales y terratenientes, en este punto el propio David Harvey (2007), menciona que una característica importante del capitalismo, más que atraso en sí, es que ha logrado combinar en su desarrollo la democratización de la vida social con nuevas formas de feudalización (valiéndose del arraigo material de los procesos sociales, refiere en otra parte del texto). Por una parte, por otra a los enfrentamientos entre los sectores populares y democráticos en ascenso. Imbricadas en ánimo de las manifestaciones ideológicas, que si bien se han medido con los intentos restauradores formales y materiales, no dejaron en cambio mucho margen para implementar un desenvolvimiento equilibrado de la nación latinoamericana en su conjunto. Por encima de iniciales demandas jacobinas, dice Biagini (2000), terminan por imponerse una línea elitista que entroniza la propiedad privada y el librecambismo, mientras se siguen exaltando la igualdad jurídica en medio de despóticas acumulaciones con serias limitaciones para las etnias locales, los trabajadores y la misma anhelada inmigración.
Una condición adyacente que podemos encontrar en Veltmeyer y Petras (2007), en su tratado que desenmaraña las relaciones íntimas entre capitalismo e imperialismo por su dinámica geopolítica, -las que más nos interesa cuando nos referimos al estructuralismo dependentista latinoamericano y al propio concepto de sistema migratorio-, mencionan que ha sido mediante relaciones de poder imperial a través del Estado (especialmente el estadounidense) las relaciones tanto políticas como económicas que han derivado en un capital que busca únicamente la ganancia para perpetuar “el domino del capital sobre el trabajo” (Veltemeyer y Petras, 2007: 15). Citando a Willian Robinson, mencionan estos autores, que esto constituye un principio organizativo del desarrollo capitalista, así como una de sus etapas más avanzadas, tendiente a dar forma a las fuerzas sociales y de clase.
David Harvey desde su metodología espacio-temporal y desde el campo de la teoría del desarrollo geográfico desigual, que se desprende de sus estudios de geografía crítica, recrea ciertos “ajustes espaciales”, en donde las contradicciones internas del capitalismo y su tendencia a la expansión espacial –llámese imperialismo o neo-imperialismo- parecen dejar vestigios territoriales visibles para su análisis, el más marcado quizá sean las propias crisis, pero más importante aún es que estos vestigios muestran lo evidente del desarrollo desigual en la actualidad, que a la vez pueden ser comprendido como configuraciones o reorganizaciones espaciales. En cada oportunidad que se tiene de leer a Harvey, la relación con la movilidad territorial humana -entiéndase como migración laboral-, aparece automáticamente, aunque no habla directamente de migraciones como uno de los aspectos más marcados de dicha configuración espacial, si trata sobre las crisis de sobreacumulación que se manifiestan en excedentes simultáneos de capital y de mano de obra (Harvey, 2004, 2007).
Sobreacumulación en un territorio tanto de la inversión como de los medios de producción y excedente de mano de obra en otro, es decir, fuerza de trabajo desempleada, es una implicación que conlleva a uno de los escenarios más marcados del desarrollo desigual y a un ejemplo claro de reconfiguración espacial. Para dar paso a desestabilización de los territorios por las crisis, siendo los menos desarrollados industrialmente los más vulnerables y con ello la desestabilización de todo esos ejércitos de reserva de mano de obra que de antemano formaba parte de la división internacional de trabajo en su escala más reprimarizada.
Debemos de entender en este análisis que la mano de obra al igual que la inversión del capital, e inclusive los medios de producción, hoy más que nunca son movibles, esto es quizás el aspecto más marcado de la globalización, hay una necesidad inherente en este hecho. Ya lo dice el mismo Harvey sobre el capital sobreacumulado, que al no desplazarse está abocado a devaluarse directamente, y asumiría que con la fuerza de trabajo no debe ser muy distinto el análisis.
Si empezamos a valorar las migraciones y su aporte dentro de un proceso de restructuración de las fuerzas sociales en cualquier reconfiguración espacial, estos es, migraciones internacionales, ya sean calificadas o laborales, clásicas y post-desarrollistas, -ambas, seguimos insistiendo forzadas- en el lugar de destino se encuentran dentro del llamado “excedente real”, y no como por ejemplo el capital financiero que se encuentra dentro del “excedente potencial”, atendiendo las definiciones de Paul Baran y Paul Sweezy. (Prólogo Danilo Astori, s/f).
Debido a que el excedente real esta generado por medio de la fuerza de trabajo subsumida al capital por la superexplotación, es por consiguiente que debe de representar una nueva forma de valor de producción remunerado sí, pero incluso por debajo de su valor real, lo cual genera a corto plazo una plusvalía extraordinaria en función de una mayor acumulación de capital y de una mayor ventaja al resto de los competidores. Nos podemos encontrar si ponemos mayor atención a una autentica ganancia extraordinaria. Es tan relevante este hecho y tan contundente que si lo comparamos para el segundo, el excedente potencial, que solo genera mediante la expansión del crédito, endeudamiento, mismo que lleva a la inexorablemente crisis del sistema capitalista.
Siguiendo con el sentido estructural de las migraciones dependiendo del lugar; origen, tránsito o destino, dentro de la propuesta de la teoría marxista, como “tendencias” y “contratendencias”, tenemos que para el país de destino, por ejemplo, se puede relacionar con la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, que sostiene que el valor de los medios de producción, como lo son los equipos; maquinarias u oficinas, con el tiempo pierden su valor en relación con la fuerza de trabajo, la composición orgánica creciente del capital, considerada así por Marx (Roberts, 2016). De ahí en gran parte la necesidad constante en los países de destino del denominado excedente real “orgánico” de la fuerza de trabajo. Llegamos a un punto clave para nuestro análisis, ya que lo que determina la cuota de plusvalía no es la productividad del trabajo en sí, si no el grado de explotación del mismo trabajo.
Las políticas públicas de la migración de los países de origen se han caracterizado por instrumentar la práctica transnacional del migrante como actores locales del desarrollo, debido a que poseen una inserción importante en sus comunidades de origen como inversionistas. Sin embargo, esta respuesta gubernamental, para el caso mexicano no ha alcanzado a responder a las verdaderas necesidades de las comunidades de origen de la migración, en gran medida debido a que estas políticas se adaptaron sin considerar las características específicas de cada lugar de origen, a causa del contexto de generalización en las que fueron creadas. Por ejemplo el mencionado Programa 3x1 para Migrantes, mismo que desde su instauración se ha aplicado de manera diferenciada tanto en las entidades federativas como al interior de estas es sus municipios.
Por la parte económica las relaciones comerciales internacionales de América Latina desde principios del siglo pasado con la monopolización que han ejercido las economías industriales desarrolladas, en los países de origen de las migraciones, en el propio continente con la presencia abrumadora de los Estados Unidos, sobre todo con la centralización de los bienes industriales y la tecnología es que se ha establecido a lo largo de la historia reciente un intercambio desigual desfavorable a las economías latinoamericanas, las cuales transfieren a diario valor a los países industriales. Estando dentro de esa transferencia valores excedentes correspondientes la mano de obra del trabajador inmigrante.
Si bien es cierto que fue osado mencionar la teoría de la dependencia marxista en términos neo-estructuralistas para la migración en Latinoamérica, ya que fue sólo una parte de la misma región la que se incluyó, porque tradicionalmente esta región está inscrita en el tratamiento estructural determinado por su vocación económica. Para las migraciones indocumentadas la teoría marxista y neo-estructuralista propone que pueden existir valiosos elementos de análisis para entender que detrás de las crisis migratorias contemporáneas hay primero una reconfiguración neo-estructuralista que se ve reflejada en ajustes territoriales o configuraciones espaciales.
Otra conclusión que se asoma abre la posibilidad de que la migración indocumentada laboral y de carácter forzado funge de alguna forma la misma función que la servidumbre feudal y terrateniente que prevaleció por siglos de colonialismo en toda América –los resabios feudales y terratenientes que mencionaba Harvey. Pero es obvio que no podemos ser tajantes ni aseverar nada en este sentido, sólo fue el hecho, premeditado e intencional si se quiere, de que la superexplotación del trabajado migrante está generando para los lugares de destino, las naciones desarrolladas, la cuota de plusvalía que genera el excedente real, es la productividad del trabajo en sí mediante el grado de explotación del mismo trabajo.
Es así que las migraciones laborales también se pueden explicar mediante otra construcción teórica, dentro de una teoría marxista de la dependencia, refiriendo sobre todo a la región desigual de Norteamérica que desde hace siglos ha ayudado a contrarrestar las tendencias de la caída de la tasa de ganancia en las economías desarrolladas, lo que ha favorecido históricamente al incremento de la tasa de explotación, dicho de otro modo de superexplotación laboral del trabajador migrante.
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1. Véase: “La inmigración indocumentada por países de tránsito, nuevo paradigma de los sistemas migratorios. El caso de México y Marruecos”. Perspectiva Geográfica. Disponible en http://revistas.uptc.edu.co/index.php/perspectiva/article/view/5857/4897.
24 de abril de 2017.
17 de junio de 2017.
Revista Diarios del Terruño. Reflexiones sobre Migración y Movilidad
No. 4 / julio-diciembre 2017
2448-6876
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa
Sobrevivir al riesgo en la frontera de Ceuta
Surviving the Risk on the Border of Ceuta
Ma. Isolda Perelló Carrascosa
Maestra en Cooperación al Desarrollo, Especialidad Codesarrollo y Movimientos Migratorios por la Universidad de Valencia. Actualmente Candidata a Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Valencia. Miembro de la Red de Estudiantes de Migraciones Internacionales (REMI). Líneas de investigación: migración, movilidad y cambio social.
isoldapc@gmail.com
Esta nota crítica fue elaborada a partir del proyecto de Tesis Doctoral “Estudio comparado entre el impacto de la política migratoria estadounidense sobre la Frontera Norte de México y la política migratoria española sobre la Frontera Sur con Marruecos”, aún en ciernes como parte del Programa de Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Valencia y codirigida por El Colegio de la Frontera Norte, México. Blog del Proyecto de Tesis y fotografías: Investigar en tiempos extraños.
"Hay peligros que tienes que afrontar. Hay obstáculos, pero hace falta diez veces más coraje y diez veces más rabia para llegar…
[Portavoz de grupo de migrantes malienses del campamento de Benyunes, 2014]."
Introducción: Ceuta, ciudad frontera
Ceuta ha ocupado a lo largo de la historia dentro del ámbito de las comunicaciones internacionales una posición privilegiada en el paso del Estrecho de Gibraltar. Desde el inicio de sus tiempos, esta ciudad europea ubicada en el África septentrional, ha estado militarizada de alguna manera y ha sido objeto de numerosas controversias bélicas. Durante un largo periodo de 1,000 años su situación geográfica de ciudad abierta al Océano Atlántico y al Mar Mediterráneo atrajo el asentamiento de distintas civilizaciones. Con un pasado cristiano-bizantino, sometida a la conquista musulmana en el s. VIII y a la Reconquista portuguesa en el s. XV, la frontera comenzó a ser trazada durante la Edad Media y Moderna para la defensa de un espacio que dependía del armamento con el que contaban en el territorio. En el s. XVII, cuando se anexionó a la Corona Española, la ciudad cumplía también la función de “plaza fuerte de frontera”, donde eran enviados soldados y deportados para cumplir su condena en prisión. Posteriormente, durante el transcurso de los s. XVIII y XIX, se firmaron una serie de Tratados entre España y Marruecos, que reconocían una línea que se iba ampliando o reduciendo fruto de las disputas, hasta estallar la Guerra de África (1859-1860). Tras ello, el Tratado de Tetuán de 1860 puso fin a la guerra, configurándose el perímetro fronterizo que perduró durante el Protectorado (1913-1956) hasta nuestros días, aunque Marruecos siempre reclamaría sus fronteras históricas y naturales, más especialmente, después del proceso de Independencia.
La militarización de la frontera
Cuando en 1986 España se incorporó a la Unión Europea (UE), la ciudad de Ceuta pasó a ser un enclave geopolítico de gran importancia dentro del ámbito europeo (junto con Melilla), como zona de contención de la migración transmediterránea “no deseada”. Desde que el fenómeno migratorio cobró una mayor dimensión, se constató que el vallado que había anteriormente no era efectivo, por lo que fue eliminado y se dio inicio a la construcción del ahora existente. Así que tras la puesta en marcha del Tratado Schengen en 1995 (firmado en 1990), se inició el proceso de militarización de la frontera, instalándose unas vallas de tecnología más avanzada, que fue posteriormente acompañado por el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) y la acción de la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores (FRONTEX), con el objeto de interceptar las embarcaciones de migrantes que trataban de alcanzar las costas del sur de Europa.
Sin embargo, las rutas migratorias se desplazaron a Ceuta (y Melilla), y pronto comenzaron a establecerse campamentos de migrantes en los montes marroquíes, a la espera de poder cruzar a la península. De esta manera, empujados por las condiciones extremas de vida y el acoso ejercido por las fuerzas auxiliares marroquíes, se produjeron los primeros saltos colectivos de las vallas. El resultado inmediato fue la concentración de un mayor número de recursos de vigilancia en el perímetro fronterizo, incorporando un triple vallado en Melilla y sistemas de seguridad de alarma temprana, al tiempo que se incrementaba la presencia de agentes de la Guardia Civil. Mientras tanto, en Marruecos, también se activaron más dispositivos de control.
Como consecuencia de ello, la vulneración de los derechos humanos y la violación sistemática de la normativa vigente en el ámbito nacional e internacional en materia migratoria y de asilo, ha sido una constante. Así, son diversos los informes de entidades pro migrantes que reportan la práctica ilegal de “expulsiones en caliente” y “devoluciones colectivas” de personas susceptibles de protección internacional, además de la existencia de heridos y muertos tras los intentos de traspaso del perímetro fronterizo por la vía marítima o saltando las vallas. Ejemplo de ello son los sucesos del 6 de febrero de 2014 producidos en la playa del Tarajal de Ceuta. Según la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), debido al uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes de la Guardia Civil, resultaron muertas al menos 14 personas de origen subsahariano que trataban de cruzar a nado la zona fronteriza, volviéndose a reproducir una situación similar a la de los sucesos de las vallas de 2005, con cinco personas fallecidas. Pero la respuesta dada por el Gobierno fue la aplicación de más medidas represivas, aumentando los efectivos para la disuasión y detección en la frontera ceutí, y aprobando un régimen especial para las ciudades autónomas a través de la Ley de Seguridad Ciudadana, por el que se daría por primera vez cobertura legal al rechazo en frontera sin garantías ni procedimiento. Tales hechos dieron lugar a la apertura de la causa de la Tragedia del Tarajal promovida por varias organizaciones de la sociedad civil, la cual sigue en curso.
Según Esteban de la Rosa (2016: 91), “se acepta comúnmente que el Estado ha de controlar sus fronteras nacionales cuando se trata de impedir la llegada de personas, en especial en situación irregular”, con el objetivo de “salvaguardar la seguridad de todos los ciudadanos que residen en un determinado territorio […]". Sin embargo, la gestión fronteriza de la UE está promoviendo la generalización del miedo contra las personas migrantes, justificando así la aplicación de medidas excepcionales y dispositivos de emergencia, que son diseñados para producir una categoría de sospechosos a priori. De manera que el continuo reforzamiento de la vigilancia en las vallas, o el establecimiento de mayores barreras legales, aun cuando éstas impliquen la suspensión de derechos o el levantamiento de garantías que protegen a las personas migrantes y refugiadas, serán normalizadas en un escenario de guerra permanente frente a las amenazas externas que suponen los extranjeros (Mbembe, 2016; Rodier, 2013).
Los campamentos forestales de Benyunes: la eterna espera.
La Agencia FRONTEX señala que en 2016 ha habido un récord a la baja en intentos de entrada en las ciudades autónomas respecto a ejercicios anteriores. Sin embargo, durante los últimos meses, Ceuta ha vuelto a las portadas de todos los medios de comunicación, (nota 1) cuando en varias ocasiones numerosos migrantes indocumentados lograron franquear la frontera saltando la valla. Las personas que protagonizan los saltos colectivos, son en su mayor parte jóvenes migrantes procedentes del África Subsahariana, de entre los cuales, una parte significativa permanecen escondidos en pequeños grupos en las proximidades del perímetro fronterizo, donde se sitúan los campamentos forestales de Benyunes, ubicados en una zona casi inaccesible de la montaña.
Costado del Monte Musa o “Mujer Muerta”, ubicado al oeste de Ceuta, en la población de Benyunes (Marruecos), fotografía de Sergio Torres, 2014.
Desde allí, pretenden cruzar principalmente por la vía marítima, poniendo en serio peligro sus vidas, ya que los dispositivos de vigilancia de la valla junto con la orografía del terreno, la convierten en un obstáculo prácticamente infranqueable.
Grupo de migrantes subsaharianos pidiendo en la carretera hacia Tánger, fotografía de Sergio Torres, 2014.
Además, al carecer de recursos, se ven empujados a ejercer la mendicidad para sobrevivir, por lo que es habitual encontrarlos en las cunetas de la carretera dirección a Tánger, esperando recibir algún tipo de ayuda.
"Soy de Mali. Tengo 18 años y somos un grupo de tres personas. Vivimos en la colina. En las cuevas, en las grutas y en el subsuelo. Desde hace generaciones que vivimos así aquí…Yo me dedico a bajar la colina y luego la vuelvo a subir. […] Después voy a tener que ir hasta allí (señala dirección a Benyunes). Es una mierda. Llevo más o menos…tres meses. Somos una centena, incluso más. A veces 200 ó 300 personas. Vienen y van. […] la vida es difícil, pero lo que yo vivo es todavía peor. Al llegar aquí, pierdes la dignidad. […] vivimos de la caridad para sobrevivir, ni siquiera para vivir. […] Nosotros venimos de un pueblo en el que llevamos la dignidad sobre nuestros hombros. […] Estás obligado a caminar con ella. Y aquí no tenemos ni para lavar la ropa, […] no tenemos nada para comer." (Portavoz de grupo de migrantes malienses del campamento de Benyunes, comunicación personal, 2014).
Los “hijos de África” (Schindel, 2017: 17), ocupan el último escalafón en el sistema clasificatorio de llegada, de tal manera que si logran traspasar la valla, probablemente tendrán muy pocas oportunidades para calificar al asilo. Así, los marginales de los expulsados, son hostilizados durante su trayecto en todos los países que atraviesan, sufriendo actos de racismo.
[…] Allí es todavía peor. Nos tuvimos que desviar por Argelia. Después entramos por Marruecos. Caminando, desde Magnhya a Uxda. Haces aproximadamente 20 km a pie. Y lo tienes que hacer. Y como los marroquíes te cojan en la frontera, te pegan como a un asno. Lo que nosotros vivimos aquí, verdaderamente, yo lo llamo: “me tratan mal”. […] La "mafia" nos integra en el país ilegalmente. Porque…estamos estigmatizados. Hay como una enfermedad que sólo es nuestra. Y es la enfermedad de entrar a Europa. No es que Europa sea el paraíso, sino que colonizar es desestabilizar. Tenemos riquezas en nuestra casa en África, pero Europa, con los dirigentes africanos…nosotros vamos detrás. Sin embargo, venimos para exiliarnos. Nos tenemos que ir. (Portavoz de grupo de migrantes malienses del campamento de Benyunes, comunicación personal, 2014).
Del lado derecho el portavoz del grupo de migrantes malienses, fotografía de Sergio Torres, 2014.
El sistema de vigilancia de la valla ha ido evolucionando con el tiempo, aumentando la altura e incorporando la más alta tecnología. Éste es utilizado como medio de apoyo para dar un margen de intervención de las fuerzas que prestan servicio en el perímetro ceutí de 6 a 7 minutos. La zona más abrupta, junto a un bosque lleno de arbustos cercano al Collado de “Anyera”, el cual históricamente ha sido el punto de invasión en Ceuta por parte de las cabilas cercanas y donde la carretera no pudo construirse en paralelo por su orografía, es el tramo que más favorece la ocultación de las personas que tratan de saltar. Junto a él, para completar el dispositivo de vigilancia, se halla el inmenso "foso" del Estrecho.
Tramo de valla de Ceuta, en una zona de acceso prohibido, fotografía de Sergio Torres e Isolda Perelló, 2014.
El doble vallado en Ceuta tiene una dimensión de 6 metros y medio de altura y 8.2 km de largo, coronado por concertinas onduladas y reforzado en la parte inferior con doble acero. En el momento hay un intento de intrusión y se nota una presión, salta la alarma en el sistema de la central operativa y las cámaras de vigilancia de circuito cerrado se dirigen hacia ese punto, ya que están estratégicamente situadas, de manera que cubren todos o la gran parte de ángulos. Asimismo, hay instalados visores térmicos nocturnos que se convierten en los “ojos” de los agentes, e igualmente existe vigilancia en el sistema de alcantarillado. Pese a ello, la valla se constituye en paso obligado para los migrantes clandestinos que carecen de suficientes medios económicos para cruzar al otro lado, aun cuando suponga el riesgo de sufrir una lesión grave o directamente morir en el intento.
"Yo no tengo necesidad de pagar para atravesar el mar. Yo me voy a la valla. De hecho, tengo una pierna que está rota, porque fui allí. Y entonces, así, no tuve que pagar. […]. Sólo he hecho contribuciones con los hermanos para auto-organizarnos" (Portavoz de grupo de migrantes malienses del campamento de Benyunes, comunicación personal, 2014).
Asimismo, sufren la constante persecución de las autoridades marroquíes, quienes les agreden, queman y roban sus escasas pertenencias, convirtiendo los campamentos en espacios inhabitables.
"Tenemos problemas con la policía siempre. Cuando tú ves a algún hombre negro, siempre está un policía detrás de él. Nosotros no hemos hecho nada y siempre nos han tratado como criminales. El comportamiento de los policías es más o menos. Hay algunos que son muy simpáticos y agradables con nosotros. Y hay algunos otros que nos maltratan también. Pero […] no se interesan en absoluto por nuestro caso. Como puedes vivir a partir del agua, de la comida…" (Portavoz de grupo de migrantes malienses del campamento de Benyunes, comunicación personal, 2014).
Algunas veces, los habitantes de estos asentamientos reciben ayuda humanitaria que les prestan puntualmente las organizaciones de la sociedad civil en ambos lados de la frontera, además de algunos vecinos de la zona. En Ceuta la falta de recursos materiales y económicos, ha hecho que distintas asociaciones empleen la vía de la cooperación mutua para la organización espontánea de recogida de material y alimentos con el objetivo de llevarla a los campamentos, en coordinación con otras entidades marroquíes.
"Estamos bien organizados. No estamos todos aquí por el mismo motivo…pero somos como una familia, vaya. Pero no existe una persona que hable en nombre de todos los inmigrantes de aquí. [..] Peleamos por sobrevivir. Las asociaciones normalmente vienen, pero no es para tanto. No tienen tanta voluntad realmente de recibirnos. Bueno […] En realidad, yo no conozco todo porque realmente no llevo tanto tiempo, pero esto lleva desde generaciones. La inmigración Marruecos-España no ha empezado hoy. Fue antes de que yo hubiera nacido. Aquí hay gente que viene, también periodistas. (Interrumpe el otro compañero:-Bueno, hay gente como el doctor que viene habitualmente. Lo que tiene que ver con la sanidad y todo eso, sí-)." (Portavoz y compañero de grupo de migrantes malienses del campamento de Benyunes, comunicación personal, 2014).
La política de control de fronteras de la Unión Europea (UE) y el proceso de securitización de la frontera terrestre y marítima de Ceuta, ha provocado que estas personas vivan a merced de los elementos, expuestas constantemente al peligro de los entornos hostiles en los que se hallan. De esta manera, “son llevados […] a través del abandono […], a una zona de mera ‘supervivencia biológica’ por riesgo ambiental o colapso fisiológico” (Schindel 2017: 23).
"El futuro para mí es sobrevivir, porque vivir es un riesgo. El futuro para nosotros es […] un riesgo. Yo actualmente tengo un plan y […] es que voy a “montar sobre el mar” para pasar a Europa. Me puedo quedar a vivir allí. No estoy solo. Tampoco es el primero que ha dejado su vida dentro del mar. Hay muchos desde hace muchos años. Yo…quiero ir…voy a ir a Francia, porque “la Francia” y yo tenemos algo en común. Francia nos ha colonizado y yo he estudiado francés. No lo hablo muy bien, pero me las “apaño”. Tengo ganas de ir a Francia, no para pasar toda mi vida, pero a lo mejor, no lo sé…Pero para vivir un poco estable, sí. […] Necesitamos ayuda. Tienen que meterse en la cabeza los europeos que nos les molestamos, que nosotros los negros no les molestamos. Colonizar es desestabilizar. Si vamos a Europa es porque nos sentimos aprisionados. Como que sentimos la vida huir. Un hombre tiene que tener un futuro, una vida sin futuro no tiene existencia para ti. Tenemos que proteger lo que vivimos y que nunca dejemos que nadie nos diga que no puedes hacer alguna cosa. […] si es posible, hay que dar solución a la inmigración. Si no es aquí, que sea en otro sitio. […] en todo Marruecos. (Portavoz de grupo de migrantes malienses del campamento de Benyunes, comunicación personal, 2014)."
Tramo junto al “Collado de Anyera”, Fotografía de Sergio Torres e Isolda Perelló, 2014.
El control que ejerce Marruecos y la UE impidiendo la entrada de quienes huyen de la guerra y la muerte, de la pobreza o de los desastres naturales, estigmatiza a este grupo de personas, al no reconocerles un estatus legal que les permita circular libremente como cualquier ciudadano, por lo que tendrán como único derecho la condición biológica de ser meramente humano.
"Sigue habiendo una cosa que yo no entiendo. No hablo de racismo, pero, me pregunto por qué el marroquí nos llama “africano”, porque Marruecos está también en África. Nos pueden llamar hombres con la piel negra, pero no “africanos”, porque está El Magreb y el África Negra, pero los dos son África. Marruecos, Argelia, Túnez y Egipto, también es África. Yo estoy orgulloso de ser africano, porque tenemos muchas cosas que decir aquí en África. […] si yo voy a Europa, es porque tengo ganas de educarme, de cultivarme. Y no es mucho. Aquí el futuro no está permitido. […] Francamente, no he venido a trabajar en Marruecos. He hecho un recorrido muy largo y es para ir a Europa. Y estoy listo para pagar el precio. Es una elección. Hay peligros que tienes que afrontar. Hay obstáculos, pero hace falta diez veces más coraje y diez veces más rabia para llegar. El precio que hace falta, será pagado […]. Cuando quieres algo, […] cuando tienes un sueño, debes protegerlo. Obtenemos lo que queremos, cuando queremos. Todo es posible y nunca nada ha sido imposible. (Portavoz de grupo de migrantes malienses del campamento de Benyunes, comunicación personal, 2014)."
Lejos queda ya aquella frontera porosa de los años ochenta, en la que la valla que separaba la ciudad de su vecina Marruecos era de muy reducido tamaño, con una pequeña alambrada, y por la que la gente podía transitar tranquilamente a diario, cruzando por el campo. Actualmente, a pesar del proceso de militarización de la frontera, una gran parte de la población ceutí no vive la situación de la valla como propia, de tal forma que se ha generado un espacio urbano en el que transcurren los días al margen de la dura realidad de la migración irregular y de las consecuencias de la seguridad fronteriza. Sin embargo, al otro lado, pueden verse los devastadores efectos de una política de control basada en el uso de violencia extrema contra los migrantes que tratan de traspasar el perímetro fronterizo. Así, condenados a subsistir resistiendo en una especie de limbo, son despojados de sus derechos, y la única salvación posible es arriesgar lo único que tienen: la propia vida.
1. CEAR, (5 de febrero de 2016), Dos años después de la tragedia de El Tarajal, catorce muertes y una desaparición siguen impunes. Recuperado el 20 de diciembre de 2016 del sitio web: https://goo.gl/MTPHpC
2. Esteban de la Rosa, Gloria, (2015), Principios del Derecho internacional de los Derechos humanos, ordenamiento de la Unión Europea y Migraciones. Mejora de las condiciones de la emigración de las personas del África Sudsahariana a la Unión Europea. Gloria Esteban de la Rosa, Aly Tandian (coords.). Ed. Comares. (Estudios e informes sobre inmigración; 4). ISBN 978-84-9045-267-7, págs. 77-108.
3. FRONTEX, (2017), Annual Risk Analysis. Recuperado el 10 de abril de 2017 del sitio web: http://frontex.europa.eu/assets/Publications/Risk_Analysis/Annual_Risk_Analysis_2017.pdf
4. Mbembe, Achille, (2016), Politiques de l'inimitié. Éditions la découverte (París).
5. Rodier, Claire, (2013), El negocio de la xenofobia. ¿Para qué sirven los controles migratorios? Ed. Clave intelectual (Madrid).
6. Schindel, Estela, (2017), “Migrantes y refugiados en las fronteras de Europa. Cualificación por el sufrimiento, nuda vida y agencias paradójicas”. Revista de Estudios Sociales, núm. 59, págs. 17-29. Recuperado el 14 de febrero de 2017 del sitio web: https://revestudsoc.uniandes.edu.co/index.php/es/revista-no-59
26 de abril de 2017.
22 de mayo de 2017.
Revista Diarios del Terruño. Reflexiones sobre Migración y Movilidad
No. 4 / julio-diciembre 2017
2448-6876
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa
¿Una broma del destino o una oportunidad?
Relato breve sobre una experiencia migratoria individual
A twist of fate or an opportunity?
Brief history of an individual immigration experience
Elizabeth Ortiz Estrada
Maestra en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente es voluntaria en la FEDECMI-Casa Michoacán, Chicago, Illinois EE.UU. Líneas de investigación: migración y género, feminización de la migración, migración de las mujeres mexicanas en Estados Unidos durante el neoliberalismo.
elizabethfranco963@gmail.com
Cuando pienso en mi experiencia migratoria, me sigo preguntando si fue una broma que me hizo la vida, cuestión de mala suerte o en el aspecto más positivo, la oportunidad que me dio el destino para comprender de una mejor forma lo que es ser una mujer migrante. Todo comenzó en el 2015, hace poco más de un año, sin embargo, para mí ha sido una eternidad. Me casé muy enamorada de un ciudadano estadounidense de origen mexicano, teníamos un tiempo de conocernos. Su madre había trabajado con mis padres cuando los tres eran solteros; posteriormente ella se mudó a los Estados Unidos, obtuvo su doble nacionalidad y continuaba viajando a México año con año.
Nuestros padres dicen que Antonio y yo habíamos jugado de niños un par de veces e incluso nos vimos en la fiesta de XV años de su hermana mayor. Sin embargo, no habíamos tenido la oportunidad de tratarnos mucho, sino hasta el 2014 cuando él comenzó a viajar a México para visitar a su familia y envolverse más en la cultura mexicana. Salíamos constantemente y no tardamos mucho tiempo en enamoramos. No había duda de que éramos el uno para el otro, así que nos casamos y decidimos venir a vivir a la ciudad de Chicago, a la casa de sus padres, pensando que sería más fácil para él conseguir un empleo mejor remunerado y entonces podríamos comenzar a construir una familia.
En ese entonces me encontraba cursando el último año de un programa de maestría en la Ciudad de México y mis intereses académicos se habían enfocado en los temas de migración y género. Durante la licenciatura hice un trabajo de tesis sobre la situación de las mujeres mexicanas en los Estados Unidos bajo el neoliberalismo y en la maestría había comenzado con la cuestión de la feminización de la migración; así que me pareció una buena idea venir a Estados Unidos, al mismo tiempo que terminaba mi tesis y podía conocer más sobre los mexicanos que residen en este país.
Era la mujer más feliz del mundo en ese entonces: recién casada, terminando la maestría, planeando un futuro. Llegamos un 14 de febrero a la ciudad de Chicago y al mes de estar aquí, mi esposo sufrió un derrame cerebral y falleció. El mundo entero se destruyó en cuestión de segundos. No tenía siquiera la capacidad de preguntarme qué pasaría a partir de entonces. Todo fue tan rápido y mi cerebro se quedó en pausa.
La familia de mi esposo tomó las decisiones referentes a su muerte y funeral, así como de sus pertenencias. Inmediatamente se apoderaron de todas las cosas materiales y me hicieron ver que ya no era parte de la familia. Una de las poquísimas cosas que podían hacer por mí –decía su hermana- era tramitar la residencia permanente legal porque ese había sido el deseo de mi esposo, “Él quería que tú vivieras en un país con menos violencia, más oportunidades y respeto para las mujeres”, decía. Y yo, en pausa, sin poder pensar y analizar sobre lo que un proceso como ese llevaba consigo: el tiempo de espera, los requisitos, las prohibiciones, etcétera.
Un par de semanas después, mi madre vino por mí y me llevó a México al ver el mal estado en que estaba viviendo y las nuevas condiciones frente a mi suegra. No obstante, al poco tiempo me informaron que había recibido una carta de las oficinas de inmigración para presentarme a la toma de fotos y huellas digitales o de lo contrario, se perdería el trámite de la residencia que había comenzado, además de amonestarme quitándome la visa de turista. Decidí volver. Después de todo, creo firmemente que siempre hay que hacer lo correcto, bajo toda circunstancia y condición.
Me fui a vivir a la casa de una amiga de mi esposo que apenas conocía y que me ofreció ayuda. Es en este punto cuando me convertí en una mujer inmigrante: sin familia, sin amigos, en un país desconocido, sin hablar bien el idioma, sin conocer sobre las leyes, el transporte, estando sola.
A lo largo de todo este año he experimentado muchísimos cambios y situaciones que me gustaría narrar. Podría decir que el más fuerte de todos tiene que ver con las cuestiones psicológicas, pues además de no vivir un periodo de duelo; me vi en la necesidad de vivir en un país ajeno, bajo otra cultura, otras personas, sin familia, sin amigos y viviendo constantemente la violencia doméstica.
Es bastante común que, al pensar en el término de violencia doméstica nos imaginemos a un hombre violentando a su pareja y señalo el caso de una persona de sexo masculino porque hasta ahora ha sido el tipo de violencia en pareja que más se ha visto en medios de comunicación y que más denuncias presenta. Sin embargo, este concepto es mucho más amplio y abarca la violencia física o sexual ejercida por un familiar, una pareja o la familia de nuestra pareja. Además de ello, se refiere a las amenazas, el abuso económico y emocional que puede conducir a una depresión, ansiedad o aislamiento social, así como al miedo.
El primer acto de violencia doméstica lo viví con la familia de mi esposo: cuando su mamá y sus hermanas me despojaron de las pertenencias de Antonio y me recalcaron constantemente que no era parte de su familia; además de verme en la obligatoriedad moral de trabajar haciendo la limpieza de la casa y de dos departamentos más que mi esposo utilizaba para rentarlos por noche y que ahora pertenecían a su madre, para de esa forma ganarme la comida de cada día.
Posteriormente, cuando me mudé a casa de su amiga Constanza y decidí iniciar un negocio de bolsas que mi madre me enviaba de México para venderlas, ella no tardo en aprovecharse de mi situación. Cuando el negocio comenzó a prosperar, mencionó a los agentes de migración para meterme miedo y quedarse con el total de la mercancía. Fue entonces que acepté la ayuda de unas tías de mi esposo, con quienes vivo hasta ahora. Sin embargo, otros miembros de la familia expresan abiertamente que como mi esposo ya no está, no soy parte de la familia. Todas estas situaciones me han hecho sentir excluida y ajena al contexto donde me desenvuelvo.
Respecto a lo anterior, hay una frase que me gusta mucho y me ha permitido sentirme tranquila, tener la certeza de que él y yo de alguna forma, seguiremos juntos, eternamente unidos: “De la fusión de dos almas, una tercera entidad sutil nace, aunque invisible e intangible en la tierra, es el alma compuesta de dos amantes. El progreso de uno misteriosamente influye en el otro. Llegan a ser los tutores de las almas uno del otro. La distancia o la muerte, fuerzas meramente físicas, no pueden causar su desintegración ¡Ningún mortal puede concebir la unión y la armonía que Dios ha destinado para esposo y esposa!", Abdúl Bahá.
Conjuntamente con las dificultades psicológicas, se presentan cambios físicos: dolores en las articulaciones por el frío; infecciones recurrentes en los ojos por el cambio brusco de temperatura, problemas de circulación sanguínea, falta de vitamina K y de vitamina D. Esta última debido a la falta de exposición a la luz solar. En México una de mis mejores terapias era salir a caminar, recuerdo que hacía recorridos por varias horas en compañía de mi perro, actividad que es difícil hacer en la ciudad de Chicago por el clima tan cambiante y extremo, sumado a la situación hostil que se vive bajo la nueva presidencia y el incremento de los crímenes raciales y de odio que lo único que provocan es generar temor en la población inmigrante. Aunque mi situación no ha sido de ilegalidad, me ha tocado sufrir la falta de un trabajo estable, emplearme en alguna actividad donde paguen en efectivo o “cash”, sufrir de discriminación y lidiar con el miedo cuando camino en algún barrio o zona desconocida y por supuesto, sentir miedo de encontrarme con una patrulla o policía que me pueda detener y revisar mi estatus migratorio. Aquí he vivido con miedo, como todos los migrantes que por no poseer un papel, los tachan de “ilegales” y “delincuentes”.
En el ámbito económico, mi situación cambió drásticamente, pues si bien contaba con algunos ahorros de la beca que recibía en México; el tipo de cambio era muy alto y me veía en la necesidad de obtener dinero, buscando alternativas para no violar las leyes. Pasé de tener la oportunidad de laborar como profesionista y maestra, a realizar otras actividades en un lugar donde no soy una mujer preparada, donde no tengo títulos y donde mi educación y experiencia no es reconocida pero que sin embargo me han permitido vivir como migrante: he trabajado limpiando casas, como mesera, ayudante de fotógrafo, dando clases de español, vendiendo productos diversos por cuenta propia y además, he sido voluntaria en FEDECMI-Casa Michoacán, una organización sin fines de lucro que ayuda a personas migrantes ofreciéndoles la oportunidad de cursar la primaria y secundaria; organizarse para invertir dinero en sus lugares de origen y la oportunidad de conectarse con la cultura a través de actividades artísticas y culturales.
Viví la pobreza en este país, una pobreza distinta a la de México pero que finalmente sigue conservando el mismo título. Llegué al punto de quedarme sin dinero para continuar con los trámites legales para obtener la residencia permanente, los cuales inicié con un abogado que contrató la hermana de mi esposo. Desafortunadamente, este “representante legal” intentó abusar de mi situación migratoria y emocional y comenzó a mandarme mensajes inapropiados. Ante este escenario, fui al Consulado de México donde después de un análisis detallado de mi caso, me brindaron ayuda por no tener familia, recursos y haber hecho todo con la mayor legalidad posible. Después de un año con tres meses, obtuve la cita con un agente de migración en las oficinas del Congreso para determinar la aprobación de la residencia legal, la cual aún no recibo pero que me da la esperanza de volver a darle rumbo a mi vida. Me ilusiona la posibilidad de volver a mi país, visitar a mi familia y amigos, así como la añoranza de ingresar en el ámbito académico nuevamente. Me pregunto qué sería de nuestro país si todos entendieran lo difícil que es estar lejos de todas las personas que uno ama: la familia, los amigos y hasta los recuerdos; si comprendieran que el famoso sueño americano no es nada fácil y que por más dura que sea una situación, en México tenemos a esa gente que nos apoya y quiere. Aún tengo esperanzas de que en nuestro México se establezca la paz en todos los ámbitos de la sociedad y mientras eso pasa, sigo cantando de vez en cuando “serenata para la tierra de uno”, extrañando, añorando…
"Porque me duele si me quedo, pero me muero si me voy Por todo y a pesar de todo, mi amor, yo quiero vivir en vos, Por tu decencia de vidala, y por tu escándalo de sol, Por tu verano con jazmines, mi amor, yo quiero vivir en vos; Porque el idioma de infancia es un secreto entre los dos, Porque le diste reparo al desarraigo de mi corazón; Por tus antiguas rebeldías y por la edad de tu dolor, Por tu esperanza interminable, mi amor, yo quiero vivir en vos; Para sembrarte de guitarra, para cuidarte en cada flor Y odiar a los que te lastiman, mi amor, yo quiero vivir en vos…"
[María Elena Walsh, interpretada por Mercedes Sosa, 1968]
05 de junio de 2017.
27 de junio de 2017.
Revista Diarios del Terruño. Reflexiones sobre Migración y Movilidad
No. 4 / julio-diciembre 2017
2448-6876
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa
Los usos del pragmatismo. Un paseo por las ciencias sociales entre México y Estados Unidos. Siglos XX y XXI. Philippe Schaffhauser M., 2016, El Colegio de Michoacán, 250 páginas, ISBN: 978-607-9470-67-8.
Reseñado por Patricia Mejía Ruíz
Doctoranda en Ciencias Sociales en El Colegio de Michoacán
patimejia@colmich.edu.mx
Una pregunta sintetiza el objetivo de esta reseña descriptiva ¿Qué podemos encontrar en la obra Los usos del pragmatismo. Un paseo por las Ciencias Sociales entre México y Estados Unidos Siglo XX y XXI? La obra tiene la intención de acercarnos al pragmatismo, principalmente al que se ha desarrollado en México, pero, poniendo puntos de contacto con el pragmatismo desarrollado en Estados Unidos. Para dar cuenta de la influencia que tuvo el pragmatismo en México, el autor hace un recuento de lo que se podría llamar un pragmatismo mexicano. Como un objetivo mayor, aunque no implícito, intenta esclarecer qué es el pragmatismo y cómo se puede hacer uso de él. De esta manera, a lo largo de la obra se podrán encontrar referencias a distintas definiciones del pragmatismo, sus características, y elementos que pueden ayudar a lograr una mejor comprensión de las obras pragmatistas.
La obra de Schaffhauser se encuentra estructurada de la siguiente manera. En la introducción se plantea la dificultad de comprender en qué consiste el pragmatismo debido a que “es una filosofía cuya propuesta general guarda evidentes relaciones de compadrazgo teórico-metodológico con varias corrientes de pensamiento filosófico o con el quehacer de distintas Ciencias Sociales” (Schaffhauser, 2016: 15). Lo que lleva al autor a hacer la aclaración de que las definiciones que se pueden enunciar son, en realidad, “aproximaciones que forman parte de una semántica en construcción” (Schaffhauser, 2016: 15). Así, este último punto es parte de la esencia de lo que es el pragmatismo: “No una idea fija, sino una idea en proceso” (Schaffhauser, 2016: 15). Entre estas dificultades también se encuentra “el esfuerzo que implica hablar de esta filosofía en plural, ya que no se trata de una doctrina filosófica constituida por un cuerpo de tesis inamovibles, sino de una metodología para pensar y aclarar problemas conceptuales” (Schaffhauser, 2016:19). Una más reside en la diversidad y diferencia de las propuestas de los llamados “clásicos del pragmatismo” o “fundadores del pragmatismo” (Charles S. Peirce, William James, John Dewey y George Mead). Pero con base en dichas dificultades, el autor también señala elementos como el concepto de acción “que tiene la virtud de poder intervenir en la realidad, así como de aclarar las ideas al encauzarlas hacía el mundo real” (Schaffhauser, 2016:15), que son de interés para entender el pragmatismo.
A pesar de que definir el pragmatismo puede llevarnos a ciertas ambigüedades, la postura del autor es clara pues insiste en que “no intenta ser guardián de una tradición so pretexto de cuidar más el contenido de la propuesta de autores iniciales del pragmatismo” (Shchaffhauser, 2016: 21), porque lo esencial del pragmatismo es que su espíritu está en construcción, en este sentido, a través de los nuevos trabajos y los futuros que cuenten con toques pragmatistas o se definan como tal, se podrá seguir entendiendo este proyecto filosófico. Por lo tanto, la obra en sí, es parte de este entendimiento, principalmente en su último capítulo en donde intenta hacer una comprensión de los procesos migratorios de México hacia Estados Unidos como resultado de una acción creadora.
Es importante mencionar dos señalamientos que tienen que ver con una postura crítica pragmatista que tiene el autor y con las distintas razones para el entendimiento de este proyecto. Schaffhauser defiende al pragmatismo como una filosofía y no como un modo de pensar a la media –hecha de los poderosos. Esta postura tiene que ver con la idea confusa sobre cómo los macro-actores estadunidenses marcaron la pauta de su estilo de vida y de la historia social de las sociedades latinoamericanos bajo determinada ideología, el pragmatismo.
El segundo señalamiento tiene que ver con el eje de lectura que se encuentra en todo el libro: la distinción entre un “pragmatismo práctico” y un “pragmatismo de investigación”. El primero tiene que ver con el sentido común y las habilidades para sortear problemas, y el segundo “refiere a la idea de una lente pragmatista que permite observar, documentar y analizar la vida social y sus prácticas” (Schaffhauser, 2016: 30). Es decir, el autor a lo largo de la obra intenta rehabilitar el pragmatismo de investigación situando los distintos temas que aborda desde una reflexión de las Ciencias Sociales.
En el primer capítulo el autor no intenta hacer un estudio de la genealogía del pragmatismo, sin embargo, sí retoma puntos en común entre sus protagonistas, señalando que, si bien no hay una sola metodología, y mucho menos un cuerpo doctrinario o teórico propio del pragmatismo, sí hay puntos en común. En este sentido, el autor busca “seguir despejando las confusiones existentes que envuelven la comprensión cabal del pragmatismo en general” (Schaffhauser, 2016: 30), lo que hace que su capítulo tenga una pretensión pedagógica.
Para intentar responder qué es el pragmatismo y cuál es la influencia del pragmatismo en las Ciencias Sociales, Schaffhauser señala los siguientes puntos:
1) El pragmatismo es un cuerpo de prescripciones y orientaciones para hacer ciencia, su traducción, su influencia posible, siempre se diluye en las investigaciones y adaptaciones metodológicas a circunstancias propias o especiales que haya,
2) Ser pragmatista no es un acto performativo, sino un asunto de aprendizaje y experiencia. No es algo que se merezca, es algo que simple y llanamente se experimenta día con día. Es una postura (Schaffhauser, 2016).
Por lo tanto, existen líneas del método y del pensamiento pragmatistas que han sido plasmadas:
• Ser un antidualismo y un anti-esencialismo.
• Otorga una función conceptual suprema a la dupla acción-creencia.
• Reasigna una función a la duda y un rol especifico a la acción (investigación).
• Ser un pensamiento de la continuidad y de los procesos.
• Acorde con lo anterior, ser una filosofía de lo nuevo y orientado hacia el futuro.
• Plantear el carácter profundamente social del individuo que es, ante todo, un ser semiótico, un agente colectivo.
• Ser una suerte de epistemología de la creatividad, lo que implica: 1) concebir el conocimiento en tanto que fruto de un saber-hacer desplegado en una práctica que cobra la forma de una experiencia de investigación; 2) plantear una relación estrecha entre filosofía y ciencia, siendo la primera un terreno de experimentación para la segunda y no un espacio de especulación donde otearla; y, 3) tener el pragmatismo por un método para pensar (y actuar) y no por un método de pensamiento determinado.
• Ser una filosofía sentada en una paradoja que admite al mismo tiempo un punto de vista que es el anti-escepticismo (no podemos dudar seriamente de todo) combinado con otro que es el falibilismo (el conocimiento tiene, por decirlo de una manera trivial, fecha de caducidad).
El autor va desarrollando cada uno de estos puntos a lo largo de éste capítulo, así como los conceptos útiles para el entendimiento de estas premisas y para el entendimiento del pragmatismo en general, conceptos como: acción, medio, interacción, índice, experiencia, evolución, investigación, situación, conocimiento y comunicación. De igual forma, el capítulo va marcando las diferencias existentes, tanto teóricas como metodológicas, entre distintas doctrinas de las Ciencias Sociales. Tales como estructuralismo y pragmatismo, positivismo y pragmatismo, resaltando las cualidades que tiene éste proyecto filosófico como la capacidad de ver los procesos, su preocupación por lo pequeño, es decir, su interés por tener un acercamiento al mundo y a sus objetos, su sello teórico no encasillado en una teoría, entre otros. En definitiva, lo que se puede ver en esta primera parte, son los principios de esta filosofía centrada principalmente en Peirce y en James, así como la ubicación de la disciplina pragmatista en su entorno académico.
En el segundo capítulo titulado El pragmatismo en la escuela de Chicago un nuevo hábito para hacer ciencia y resolver problemas públicos, tiene como objetivo principal “situar el nacimiento de la sociología (y antropología urbana) en el contexto de su relación con el pragmatismo y sus protagonistas en Chicago (John Dewey y George H. Mead)” (Schaffhauser, 2016: 84). Para dar cuenta de ello, el autor aborda el surgimiento de la llamada “Escuela de Chicago” y su desarrollo en un contexto histórico-nacional en Estados Unidos. Schaffhauser señala como un problema semántico y de interpretación a la propuesta científica que caracterizó a dicha escuela. Así, se le llamó “Escuela de Chicago” al periodo de trabajo de campo y producción académica, principalmente de sociología y antropología, realizada en la Universidad de Chicago entre los años 1915 y 1935. Se consideraba a la ciudad de Chicago un laboratorio para las Ciencias Sociales, en donde se podían encontrar fenómenos caracterizados por la alta migración, el progreso industrial y la relación entre urbanismo y sociedades migrantes de zonas rurales. De esta manera, era un espacio para realizar investigación empírica de una manera innovadora.
Este capítulo es importante debido a que, al dar cuenta de lo que llamaron “eclecticismo académico”, lo que hoy en día podría ser llamado interdisciplinariedad, el autor puede esclarecer el espíritu pragmatista que se refleja de cierta manera en la llamada “Escuela de Chicago”. Este eclecticismo consistía “en considerar la experiencia de investigación en un continuum epistémico y metodológico y que finalmente las fronteras disciplinarias no han de ser camisa de fuerza, sino puntos de enlace con otros campos de conocimiento” (Schaffhauser, 2016: 91), siendo ésta una de las líneas que caracteriza al pragmatismo. De esta manera, el autor propone que la “Escuela de Chicago” tiene una herencia pragmatista y que se sustentan en tres cuestiones afianzadas con la presencia de John Dewey y George Mead en dicha escuela. Estas cuestiones tienen que ver con las nociones de acción, situación y conocimiento empírico, debido a que “constituyen puntos de entrada para tejer las conexiones entre temas, campos de observación, conceptos y métodos que formaron parte de dicha experiencia socio-antropológica” (Schaffhauser, 2016:92). Así, otra tarea realizada en este capítulo es esclarecer estos tres conceptos y ponerlos en relación con el pragmatismo y la Escuela de Chicago.
Si bien la Escuela de Chicago fue un espacio que sirvió para la experimentación de nuevos métodos en las Ciencias Sociales, como lo fue el pragmatismo. Existieron otros espacios en donde este proyecto filosófico logró influenciar fuertemente, no sólo en el ámbito académico sino en la institucionalización de políticas públicas, como lo fue el caso de México y, de manera más específica, en el proyecto de educación que se gestó a la par de la revolución. De este modo, el tercer capítulo Los usos del pragmatismo en México. La antropología en el blanco, busca ahondar en “la relación que existe entre pragmatismo y educación, en el marco del indigenismo posrevolucionario y también intentar analizar la relación entre pragmatismo y antropología social y cultural aplicada, en el marco de lo que por defecto llamarían el indigenismo institucional” (Schaffhauser, 2016:103).
En este tenor, el capítulo busca comprobar la hipótesis de la existencia de una dimensión pragmatista en propuestas, planes y proyectos educativos en el México de inicios del siglo XX (Schaffhauser, 2016), pero poniendo más atención al proyecto filosófico educativo de John Dewey. Para comenzar con esta indagación, el autor intenta entender el proceso de la Revolución mexicana desde el pragmatismo, lo que lo lleva a señalar puntos en común entre revolución y pragmatismo. Como lo fue la diversidad de propuestas revolucionarias, es decir, villistas, maderistas, zapatistas, entre otros, como punto en común al devenir de varias propuestas, algunas divergentes, como el pragmatismo lógico de Peirce y el pragmatismo psicológico de James (Schaffhauser, 2016). Para el autor, no es coincidencia que uno de los países influenciados por el pragmatismo haya sido México, por el contrario, señala que esta influencia se debe a las mutuas influencias que han unido a México y Estados Unidos.
Para el autor, los personajes de Moisés Sáenz y Rafael Ramírez pueden encarnar la dimensión del pragmatismo en México. Sáenz considerado uno de los protagonistas del indigenismo moderno tenía una constante relación con Rafael Ramírez, ambos con posturas pragmatistas en su indigenismo como la interdisciplinariedad. De igual forma, para el autor “ambos educadores buscaban la construcción de un México incluyente y más democrático para la gente de campo” (Schaffhauser, 2016:115), lo que permite ver sus ideas pragmatistas constantemente. Aparte de buscar una dimensión pragmatista en los proyectos educativos en México, este capítulo tiene un aporte importante pues menciona que si bien no existió en México “una escuela filosófica, ni tampoco fue un nuevo paradigma para las ciencias sociales” (Schaffhauser, 2016:129), sí se puede hablar de un “aire de familia” metodológico dentro de los estudiosos de la realidad mexicana. Esto es importante porque este “aire de familia” nos ayuda a entender lo que puede ser el hilo conductor de distintos investigadores que fueron miembros de la llamada Escuela de Chicago, así como discípulos de Dewey y Mead. Pero, por otra parte, me lleva a realizar la pregunta ¿cuál es el aire de familia que existe en México en torno al pragmatismo, no sólo el que pudo haber existido a inicios del siglo XX, sino también en la actualidad?
Para cerrar con broche de oro el autor hace una aproximación con el afán de rehabilitar el pragmatismo en la investigación. Proponiendo a la migración como “un proceso de creación que contribuye a reorganizar la vida local, sus valores y el sentido de sus instituciones en una dimensión cotidiana y en cierta medida minúscula” (Schaffhauser, 2016: 129). Para ello, aborda el tema del movimiento de los exbraceros estudiando sus características para de ahí estudiar y explicar su dinámica desde un enfoque pragmático y socioantropológico, dando un lugar especial al tema de la acción. Así, la premisa principal de este capítulo es que “la migración es un tipo de acción social” (Schaffhauser, 2016: 129), influenciada por un tipo de ingenio. Lo que intenta señalar el autor con lo anterior, es que las prácticas migratorias no son solamente culturalmente instituidas, sino que existen otros motivos, otras lógicas y otros recursos para comprender por qué migran las personas, siendo el pragmatismo una forma de entender estas lógicas y la acción. De este modo, el tipo de acción que le interesa al autor es la llamada acción creadora culturalmente situada, que permite una nueva lectura de los procesos migratorios porque atiende a tendencias creadoras.
En las conclusiones el autor intenta, de manera clara y precisa, hacer una definición de lo que es el pragmatismo y al mismo tiempo busca entender si el pragmatismo es un nuevo paradigma para las Ciencias Sociales. Intentando responder a estos objetivos, se puede decir que el pragmatismo se presenta como una metodología para aclarar las ideas, no es una doctrina, no es una escuela, es un proyecto filosófico y científico en construcción, es una serie de indicaciones para hacer investigación (Schaffauser, 2014 y 2016). A través del pragmatismo se puede estudiar cualquier tema: el arte, la biología, la literatura y lo social. Este proyecto ha encontrado, principalmente, popularidad entre las Ciencias Naturales y las Ciencias Sociales. El pragmatismo considera que el mundo es un proceso de creación continuo, y procura resaltar la importancia metodológica de sistematizar el procedimiento por el cual nos movemos de una apreciación del detalle etnográfico, a conceptos útiles. Es decir, busca las consecuencias prácticas del pensamiento y el valor que tiene éste para la vida diaria del ser humano.
1. Schaffhauser, Philippe, (2014), El pragmatismo en la sociología: ¿hacia un nuevo giro epistemológico? En Intersticios Sociales 7(marzo-agosto):1-33.
2. Schaffhauser, Philippe, (2016). Los usos del pragmatismo. Un paseo por las Ciencias Sociales entre México y Estados Unidos. Siglo XX y XXI. El Colegio de Michoacán: México.
27 de mayo de 2017.
22 de junio de 2017.