Revista Diarios del Terruño. Reflexiones sobre Migración y Movilidad
No. 5 / enero-junio 2018
2448-6876
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa
Entre el recuerdo y la memoria: un ejercicio didáctico de la historia en Patamban, en la Sierra P´urhépecha de Michoacán
Between Recollections and Memory: Oral History Documentation in Patamban, in the P´urhépecha Sierra, Michoacán
102-108
Mario Alberto Gómez Zamora
Es hijo de migrantes michoacanos radicados en California, Estados Unidos. Maestro En Enseñanza de la Historia por el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH). Fue Becario del Proyecto Institucional Matices, Realidades del Michoacán Contemporáneo en El Colegio de Michoacán. Ha colaborado en varios proyectos de rescate de historias de vida relacionadas con la migración y el cambio cultural en su comunidad de origen Tangancícuaro, Michoacán. Además, está involucrado en proyectos artístico-culturales para la reivindicación del uso del espacio público.
zamora1945@hotmail.com
Entretejiendo caminos
Recodar, traer el pasado al presente, pensar sobre los cambios en las formas de vida en los pueblos y ciudades, a partir de las experiencias que “cuentan” las “viejas” y los “viejos”; (nota 1) así como las transformaciones del espacio, por lo regular, no es una tarea que desde los centros de educación básica y media superior se lleve a cabo en México. Indagar sobre las fundaciones de los pueblos, las historias de la montaña, cómo un pueblo logró obtener agua y las historias que anteceden la organización de las fiestas en los espacios locales, se escapa de los currículos nacionales de historia. El saber local por lo regular es desplazado por contenidos de corte nacionalista, homogéneos, los cuales son “medibles” bajo pruebas estandarizadas impuestas desde arriba, por el Estado o por instituciones internacionales.
Antes de presentar la experiencia de trabajo de la cual resultó el libro Entre el Recuerdo y la Memoria: Historias de Patamban, describiré someramente otras propuestas alternativas que han sido y son inspiración para pensar y ofrecer una educación más cercana a los estudiantes. Este trabajo es apenas un intento aislado frente a los ejemplos didácticos que citaré a continuación, los cuales cuentan con una trayectoria de trabajo escolar y social importante en los espacios donde han sido implementados.
Desde otras experiencias didácticas alternativas
Las propuestas, derivan de trabajos que cuentan con una organización colectiva amplia. Algunas tienen una importante trayectoria histórica vinculada con la lucha social. A partir de estas experiencias, se han elaborado libros de texto, así como planes y programas de estudio no sólo en el área de historia para nivel secundaria, sino también para nivel primaria y en otras áreas de las ciencias sociales y humanidades.
A nivel nacional, profesores del Comité Ejecutivo Nacional Democrático del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en colectivo con miles de maestros de todos los estados de México en el 2010, estructuraron la primera propuesta de Programa Nacional Alternativo de Educación y Cultura (PNAEC). En este programa se estructuran los fundamentos filosóficos, socio-históricos y pedagógicos que proponen un nuevo modelo de educación. Desde ahí se estructuran también los planes y programas por grado escolar, para después, estructurar los libros de texto básicos. (nota 2) Las propuestas que los profesores del PNAEC han elaborado y que continuamente evalúan para su mejora, parten de las necesidades nacionales, estatales y regionales que ellos recogen entre sus estudiantes, las cuales son analizadas y sistematizadas en los libros de texto alternativos para ofrecer una educación más cercana a las condiciones socio-culturales de éstos. Además, están preocupados porque sus estudiantes lean con “pensamiento crítico” las problemáticas sociales y económicas derivadas del sistema capitalista que afectan los entornos locales de los estudiantes.
Otro proyecto que inspiró la propuesta de trabajo con los estudiantes de secundaria en la comunidad de Patamban, fue el trabajo de educación que se realiza en escuelas de las comunidades zapatistas. Espacios educativos que representan una nueva forma de lucha y resistencia, de rescate y reconocimiento del saber de las viejas y los viejos, en donde se trabaja con cuadernos didácticos elaborados a partir de las necesidades e historias de los pueblos. (nota 3)
Un esfuerzo colectivo más, es el que desde mediados de la década de los noventa, profesores de primaria de las comunidades de San Isidro y Uringüitiro en Michoacán, han realizado con padres de familia, estudiantes y el apoyo de profesores de la Universidad Autónoma Metropolitana para desarrollar la lecto-escritura de las lenguas p´urhépecha y español entre los estudiantes, para que éstos al salir de sus comunidades y convivir en espacios sociales en donde predomina el uso del español, puedan desenvolverse plenamente, sin la necesidad de olvidar la lengua originaria. Además, los profesores y padres de familia, se preocupan por acercar a los estudiantes al saber de la comunidad, entre ellos el cuidado de la tierra y el bosque. (nota 4)
Fueron estas experiencias educativas, así como los esfuerzos de compañeros profesores en distintos centros educativos en Michoacán, (nota 5) parte de la inspiración que junto con mis estudiantes me permitió sistematizar e implementar una propuesta didáctica alternativa para la enseñanza de la historia local. Sobre todo, fueron estos últimos actores, quienes me motivaron para diseñar el proyecto de rescate y estudio de la historia del pueblo de Patamban. Uno de los propósitos fue que los “estudiantes de tercero de secundaria no sólo fueran a buscar a quienes todavía podían contar viejas historias […] sino también encontraran un sentido a esa tarea y estuvieran dispuestos a transcribirlas, para que no se perdieran con el olvido, con la desmemoria” (Gómez, 2017:7).
Si bien, el trabajo que realicé como profesor visitante de la secundaria de Patamban en 2015 fue apenas un ejercicio didáctico que me permitió salir del aula a la comunidad para rastrear historias, hizo posible la vinculación de diversos actores sociales e instituciones locales, regionales y estatales. Además, esta actividad permitió a los estudiantes vivirse como sujetos de saber frente a sus profesores. (nota 6)
La historia de un libro hecho por estudiantes y profesores de secundaria
Estudiantes de varias escuelas de nivel secundaria ante la pregunta ¿qué es la historia?, suelen responder: son fechas, personajes, lugares, líneas de tiempo, copiar textos al cuaderno, es una materia aburrida. El saber que desde la asignatura de historia se transmite a los estudiantes llega a sus vidas como “un corte y pega” (Gómez, 2016:10). Saberes que no encuentran un lugar en su vida cotidiana. Por lugar, me refiero a que, el saber pueda visibilizarse en los territorios locales y regionales; que logre indagarse al dialogar de frente con los actores sociales, como las viejas y los viejos, los representantes civiles y religiosos; al gozar y participar de las fiestas y tradiciones del pueblo. Es decir, un saber que tiene lugar en la vida del sujeto al reconocer su pasado y ser actor de su historia.
Este proyecto, además de dar voz a los conocedores del pasado que transmitieron historias, fue un esfuerzo en el que 33 estudiantes (nota 7) de tercer grado de secundaria reconocieron y asumieron su pasado colectivo no solamente desde “lo que dice la gente de antes”, sino como lo que ellos saben y hacen como oriundos de un lugar y como actores del cambio cultural que proyectan el porvenir de su pueblo y de sus propias vidas. Porvenir, pensado no como si su pueblo se encontrará aislado, sino como la posibilidad de salir a otros territorios y emigrar con la memoria colectiva, (nota 8) como sujetos con historia (Ricoeur, 2003).
El trabajo de recopilación de historias se llevó a cabo en dos mañanas de trabajo en el mes de abril de 2015. (nota 9) Los estudiantes nos guiaron –a los profesores- por las calles del pueblo y nos llevaron a espacios geográficos que para la población tienen un valor importante. Cuando caminábamos por las calles, los muchachos nos señalaban el hogar de la persona que ellos consideraban era la indicada para compartir alguna historia, inclusive nos mencionaban la historia que ésta podría contarnos. Los estudiantes nos llevaron a espacios que, desde la explicación de Bonnemaison (1981), podemos señalar como geosímbolos. Es decir, “un lugar, un itinerario, una extensión o un accidente geográfico que por razones políticas, religiosas o culturales revisten a los ojos de ciertos pueblos o grupos sociales una dimensión simbólica que alimenta y conforta su identidad” (Bonnemaison, 1981:256, en Giménez, 2005:432). Lugares que, en el caso de Patamban, los pobladores cuentan a través de historias, mitos y leyendas que reverencian como parte de un sentido de pertenencia, que permite palpar la memoria del pueblo.
La experiencia rescatada con los estudiantes se compartió en un primer momento dentro de la biblioteca de su escuela secundaria. Participaron compañeros del grupo escolar y profesores de la escuela, quienes preguntaron a los estudiantes sobre el “sentido que encontraban en sus vidas aquellas historias”. Dos meses después de haber realizado aquella pesquisa, con el apoyo de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, logramos imprimir las historias rescatadas por los estudiantes en una revista.
Afortunadamente el augurio que pensamos con los profesores de la secundaria fue erróneo, ya que hasta 2018 logramos seguir “los pasos” de más de 20 de los autores de aquel proyecto. La revista resultó interesante para los y las oriundos de Patamban y la región, asimismo para los y las migrantes que viven en Estados Unidos. En octubre de 2016 nos propusimos, con algunos de los coautores, imprimir una versión de mejor calidad y con registro oficial que respaldara nuestro trabajo, el cual sería presentado en alguno de los espacios públicos de la comunidad de Patamban. De esta forma empezamos a cocinar la versión a libro de la investigación realizada en 2015. Trabajo que fue patrocinado por migrantes en Estados Unidos y respaldado bajo el sello editorial del Instituto de Investigaciones Históricas de la UMSNH.
El libro fue presentado por 14 de los coautores y la Dra. Dení Trejo Barajas en la Escuela Benito Juárez de la comunidad de Patamban, el 29 de noviembre de 2017. Algunos de los interlocutores volvieron a cuestionar a los, ahora, reconocidos como jóvenes por su comunidad sobre “lo que significan en sus vidas las historias de su libro”. Los jóvenes que se atrevieron a responder, reafirmaron que las historias rescatadas eran importantes en sus vidas porque son parte de la cultura de su pueblo y de ellos mismos.
Desde 2016, en distintos momentos, he recogido diversos comentarios de los jóvenes que participaron y de la comunidad en general con relación al sentido que encuentra en sus vidas la investigación realizada. Algunos de ellos han mencionado que “muchas cosas ya no son como antes”. Señalaron que han habido cambios, por ejemplo: a las viejas y los viejos “ya no se les respeta como antes”, “casi ya nadie habla p´urhépecha , y la gente de antes no se preocupó por enseñarnos”. Una de las coautoras mencionó que si no hubieran hecho la investigación, difícilmente hubiera reconocido la importancia de aquellas historias:
"pues yo… no sabía lo que pasaba aquí y tampoco como que me llamaba mucho la atención, pero ya el ir con las personas, con lo que contaban, no sé… me sentí como que yo no era de aquí, sí porque no es así algo que se haya inventado ahorita, pues ya viene desde hace mucho tiempo, lo que contaban sus abuelitos, sus abuelitos a sus papás y ya ellos nos lo estaban contando a nosotros, yo los veía que lo contaban muy felices […] si yo no hubiera hecho eso, ya cuando yo estuviera viejita, qué les iba a contar a mis nietos" (Jaqueline Reyes, entrevista, Patamban Michoacán, 2016).
Compartir historias a las nuevas generaciones no sólo significa que parte de la cultura e identidad de los espacios locales no muera como señala Dení Trejo, también permite que los jóvenes que tienen hermanas y hermanos, sobrinas o sobrinos más pequeños, o que se han convertido en madres y padres de familia, conecten el pasado con su presente. Como señaló la coautora del libro, al reconocer que, sin aquel ejercicio didáctico no tendría historias para contar a sus nietos. La generación de jóvenes del libro no sólo tendrá historia oral para “contar”, ahora sus historias también podrán ser compartidas a través del texto escrito. No es ninguna garantía que el pasado no muera de la memoria de los más jóvenes, seguramente cada grupo etario agregará o quitará partes de la historia, quizás algunas ya no serán útiles y dejarán de mencionarse entre los habitantes del pueblo.
Reflexiones finales: entre la historia y la migración
El vínculo que he logrado mantener con más de 20 de los estudiantes (nota 10) que participaron en el proyecto, me permite conocer el sentido que la investigación de rescate de memoria colectiva toma en sus vidas. Varios de estos jóvenes tienen en cuenta el saber local y las historias familiares -historias no siempre amables-, como parteaguas para decidir las “formas” como transitan el camino de la “vida”. De tal manera que el pasado y el presente se entretejen, para decidir entre un abanico de posibilidades del que pueden optar por varias opción a la vez: estudiar una carrera universitaria, trabajar como jornalero en campos agrícolas de la región (principalmente), contraer matrimonio o emigrar a otras partes de México y, en algunos casos, proyectar emigrar a Estados Unidos.
Al igual que en muchas de las poblaciones michoacanas, la migración sigue siendo un fenómeno latente en la composición del tejido social. Para el año 2015, la población de Patamban era de aproximadamente 3,500 habitantes (IMSS-PROSPERA, 2015). Según señaló María Guadalupe Salinas, un porcentaje de la población similar al número anterior, se encuentra viviendo en Estados Unidos. En charlas con otros pobladores de Patamban y con coautores del libro, he constatado que muchos de ellos tienen también familiares radicando en ciudades como Morelia, Guadalajara o Ciudad de México. La necesidad económica, se presenta como la principal razón que ha llevado a los pobladores a migrar en la búsqueda de mejorar la calidad de vida de sus hogares.
Las historias de las viejas y los viejos toman lugar en la vida de los más jóvenes de distintas maneras. El pasado del pueblo no sólo genera intersecciones locales, pues es claro que el salir de este espacio es parte de una compleja dinámica familiar:
"-Porque de ahí somos, de ahí nacimos y no es muy bueno que se pierda la lengua y las tradiciones" (Perla Margarito, entrevista, Tangancícuaro Michoacán, 2016).
"-Nos dimos cuenta de muchas cosas que no sabíamos y conocimos más así de como era antes" (Jorge González, entrevista, Patamban Michoacán, 2016).
"-Con relación a las fiestas Eloísa comentó: aunque ya no es como antes, ya no la hacen como la hacían, los jóvenes ya no se involucran mucho, son muy irrespetuosos" (Eloísa Agustín, entrevista, Patamban Michoacán, 2016).
En enero 2017, como parte de un nuevo proyecto, inicié un estudio longitudinal de trayectoria de vida de los coautores del libro. Hasta finales del año 2017, de los 33 coautores, la mayoría radicaba aún en sus comunidades de origen, sólo tres de los estudiantes habían emigrado a otros territorios: un varón se trasladó a Ario de Rosales; una de las chicas estudia la preparatoria en la ciudad de Morelia; otra, que vive en la ciudad de Guadalajara con su familia, trabaja y cursa la preparatoria abierta. Dos de los coautores proyectan emigrar a Estados Unidos, uno de ellos ha vivido con sus abuelos maternos desde pequeño, actualmente sus padres radican en el estado de California; el otro ha considerado irse a trabajar con su padre a California, quien es jardinero.
Emigrar con historias, permite al sujeto tener un sentido de identidad y de pertenencia. Más de una vez me han cuestionado sobre mi interés en la historia local y en las historias que cuentan las viejas y los viejos, la primera respuesta que salta a mi mente es ¿y por qué otras historias internacionales y nacionales, pensadas y generadas desde arriba sí?
Algunos de los coautores comienzan a seguir los patrones de movilidad migratoria de su comunidad, otros lo están proyectando como parte de su proyecto de vida, pues su historia está marcada por el tránsito constante de un lugar a otro, en búsqueda de lo que muchas veces se entiende por una vida mejor. Las historias de vida que entretejen su pasado y su presente parecen mostrar las pistas para saber hacia dónde caminar. Vemos que arraigarse al pueblo no es en todos los casos la primera opción, pues varios de los coautores han expandido o están buscando echar a volar sus alas por otros horizontes.
1. Giménez, Gilberto, (2005), “Teoría y análisis de la cultura. Volumen uno”, México, CONACULTA/ICOCULT, págs.432.
2. Gobierno Autónomo II. Cuaderno de texto de primer grado del curso de “La Libertad según l@s zapatistas” en https://mujeresylasextaorg.wordpress.com/2015/08/11/circulo-de-estudio-del-primer-grado-de-la-escuelita-zapatista/ [Consultado el 05 de enero de 2018].
3. Gómez, Mario, (2016), “Pensar históricamente a través de la Historia local”, Tesis de Maestría en Enseñanza de la Historia, México, UMNSH IIH, pág.10.
4. Gómez, Mario (Coord.), (2017), “Entre el Recuerdo y la Memoria: Historias de Patamban”, México, UMSNH IIH, pág. 7.
5. Programa IMSS-PROSPERA, Región I Zamora, Zona 04 Paracho, Localidad Patamban, Censo de población 2015.
6. Ricoeur, Paul, (2003), “La memoria, la historia, el olvido”, Madrid, Totta, págs. 157.
1. Para este texto, por las viejas y los viejos, me refiero a lo que en poblaciones michoacanas reconocemos como gente que transita la senectud, es gente que sabe de la vida, que sabe y quizás práctica uno u varios oficios. Es gente que cuenta historias, no sólo historias locales, también historias de su vida, historias que muchas veces se vinculan con otras formas de vida y con espacios que van más allá del pueblo o la ciudad.
2. Información proporcionada por el profesor José Manuel Valtierra Bautista, colaborador del PNAEC. Tangancícuaro, entrevista, Michoacán. 04 de enero de 2018.
3. Al respecto véase: Gobierno Autónomo II. Cuaderno de texto de primer grado del curso de “La Libertad según l@s zapatistas” en https://mujeresylasextaorg.wordpress.com/2015/08/11/circulo-de-estudio-del-primer-grado-de-la-escuelita-zapatista/ [Consultado el 05 de enero de 2018].
4. Véase la organización de las jornadas escolares en https://www.youtube.com/watch?v=Wqy9lLglCN4 [Consultado el 03 de junio de 2016].
5. Profesores que no están adscritos de manera formal a ningún plan o propuesta de trabajo alterno al del Estado.
6. Rancière (2003), reflexiona que no necesariamente las prácticas de desarrollo de saberes requieren de la intervención de los profesores. El autor refiere que: “No existe hombre alguno sobre la tierra que no haya aprendido alguna cosa por sí mismo y sin maestro explicador”. El saber está colocado en una posición distinta a la acostumbrada por el profesor que representa el poder/saber. En este escenario, el saber sólo existe en el espacio/tiempo y son los actores del lugar quienes lo toman para compartirlo, no para poseerlo como dueños de un –supuesto- saber absoluto.
7. Cuatro de las estudiantes provenían de la comunidad de Aranza, ellas investigaron juntos con sus compañeros historias de Patamban. Tres de los estudiantes arribaban de la comunidad de Ocumicho, ellos se interesaron por investigar la historia de la fundación de su pueblo.
8. Ricoeur (2003), considera a la memoria colectiva como una selección de huellas dejadas por los acontecimientos que afectaron el curso de la historia de los grupos concernidos, y se le reconoce el poder de escenificar estos recuerdos comunes con ocasión de fiestas, de ritos, de celebraciones públicas.
9. El trabajo fue realizado por ocho equipos conformados por estudiantes, profesores y amigos de Patamban y la región.
10. Relación que he mantenido gracias a visitas que he hecho a sus hogares, o en las escuelas donde actualmente algunos cursan el bachillerato, o en encuentros ocasionales en espacios públicos de la localidad o la región.
12 de diciembre de 2017.
05 de enero de 2018.